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Víctor Gerardo Cárdenas González
Marisol Pérez Ramos
En este trabajo se analizan las características del estrés profesional que pueden padecer los profesores de educación primaria en función de ciertas variables del contexto laboral. Se estudia en particular un tipo específico de estrés: el «síndrome de estar quemado» o Burnout (este término fue usado por primera vez por Freudenberger en 1974, significa literalmente «estar quemado»; estar exhausto, haberse agotado emocionalmente y aunque es un término de uso coloquial en Estados Unidos, ha sido adoptado por los especialistas en psicología de la salud en el sentido que más adelante se describe). Este síndrome es un problema de salud que pueden padecen los profesionales de ámbitos laborales caracterizados por altos niveles de exigencia y responsabilidad en los que la interacción social es fundamental en el ejercicio laboral.
El objetivo del trabajo es resaltar el hecho de que existen condiciones laborales que favorecen el desarrollo de este problema de salud y, en ese sentido, favorecer la construcción de alternativas de solución.
Cabe destacar desde un principio que no todas las personas responden de la misma manera a las condiciones potencialmente generadores de estrés; existen variables personales y sociales que actúan como moderadoras. Entre las primeras se encuentran los estilos de afrontamiento, el nivel de compromiso con la actividad o la percepción generalizada de autocontrol. De hecho, algunos autores hablan de «personalidades resistentes», como un intento de caracterizar las variables de personalidad que median entre las demandas del contexto y el surgimiento de estrés. Entre las segundas, destaca el apoyo social, el estilo de dirección o liderazgo y la profundidad de los lazos afectivos interpersonales.
Además de ser este un problema de salud, es un factor muy importante en la calidad de la labor educativa pues las manifestaciones del burnout afectan directamente la calidad de la interacción social, no sólo entre alumno y profesor sino entre profesores, profesores y padres de familia, profesores y autoridades escolares. Por ejemplo, los profesores «quemados por el trabajo», los profesores que padecen en algún grado el burnout, tienden a aislarse, a perder el interés por el trabajo y por sus alumnos, a hacer menor esfuerzo y a culpar a los demás de los problemas laborales. Todo ello nos indica que el estrés es determinante en el logro de los objetivos educativos de la escuela.
El estrés es una respuesta adaptativa de nuestro organismo ante las demandas del entorno, es un recurso para afrontar situaciones amenazantes. En este sentido, el estrés es fundamental para la supervivencia y la adaptación. Sin embargo, cuando las demandas del entorno exceden los recursos del organismo, cuando las situaciones generadoras de estrés se prolongan o aparecen con demasiada frecuencia, es muy probable la aparición de consecuencias negativas en el organismo. Entre ellas se encuentran problemas de salud, pero también problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión. En ciertos contextos y en conjunción con otros determinantes, es probable que aparezcan conductas dañinas para el propio sujeto que padece estrés y para quienes lo rodean: conductas adictivas, violencia, entre otras. Además, altos niveles de estrés se han asociado a la disminución en la presentación de conductas saludables, lo que generalmente origina un círculo vicioso que favorece crecientes niveles de malestar. Es decir, el estrés puede tener consecuencias tanto positivas como negativas. En el primer caso hablaríamos de eustrés y en el segundo de distrés.
Hans Selye, uno de los pioneros en el estudio del estrés, se refirió a este padecimiento como un «síndrome general de adaptación» y lo definió como «la respuesta no específica del organismo frente a toda demanda a la cual se encuentre sometido». La concepción de Selye ha ido modificándose; actualmente, una de las definiciones más aceptadas es la que aportaron Lazarus y Folkman: estrés es «la relación particular entre el individuo y el entorno, que es evaluado por éste como amenazante o desbordante de sus recursos y pone en peligro su bienestar» (1986). En otras palabras, el estrés no puede ser comprendido analizando únicamente los factores o disposiciones personales. Se trata de una relación entre la persona y el ambiente, en la que las demandas del ambiente o el contexto agotan o exceden los recursos personales.
Esta concepción puede ayudarnos a comprender porqué el estrés se ha considerado uno de los males de la vida moderna: el ritmo de vida, la velocidad y magnitud de los cambios, las condiciones generales de vida, la paulatina destrucción de las redes sociales de apoyo, entre otras características de la vida en las sociedades contemporáneas, favorecen, justamente, la existencia de situaciones que desbordan los recursos de las personas.
En términos generales, las condiciones del contexto que favorecen la aparición de estrés son: cambios drásticos en las condiciones de vida, cambios que resultan difíciles de asimilar, constantes frustraciones, sensación de impotencia o incapacidad para resolver las situaciones amenazantes o desagradables, incertidumbre, falta de control sobre el entorno relevante, alta frecuencia e intensidad de episodios amenazantes o desbordantes.
Son esas condiciones y no las actividades en sí mismas las que pueden producir estrés. En contextos laborales, varios factores, determinan la experiencia estresante; entre ellos destacan las demandas laborales (sobrecarga de actividades y falta de tiempo) la ausencia de control laboral (ausencia de control sobre el ambiente físico y poca o ninguna participación en la toma de decisiones) y factores organizacionales; cambios de horarios, jornadas extenuantes, ausencia de liderazgos o reglas claras, entre otros.
El burnout es una categoría que permite el estudio de una variante del estrés psicológico que surge en contextos laborales específicos. Aunque no existe una definición universalmente aceptada del burnout, sí parece haber consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico. Freudenberger (1974) definió al burnout como un conjunto de síntomas presentados por personal sanitario que es resultado de sus condiciones de trabajo; él aseguró que el burnout se caracteriza por un estado de agotamiento emocional y físico que es consecuencia de trabajar intensamente ante una fuerte presión laboral, poniendo en segundo término los intereses personales.
Maslach y Jackson (1986) consideran que el Burnout es una reacción afectiva del sujeto al estrés continuo, lo definen como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal (Tabla 1) que puede ocurrir en individuos que hacen algún tipo de trabajo con la gente. Es importante estudiar el síndrome de burnout, porque a la larga trae consecuencias serias como son la presentación de conductas de escape o evitación ante las demandas laborales: ausentismo, abundancia de interrupciones durante la jornada laboral, evitación del trabajo, y en casos extremos, abandono laboral.
Dimensión | Características |
Agotamiento emocional | Cansancio y fatiga que se manifiesta física, psíquicamente
o como una combinación de ambos Despersonalización |
Desarrollo de sentimientos, actitudes y respuestas negativas. | Suelen darse respuestas negativas, distantes y frías hacia los beneficiarios del trabajo que realiza. Incremento en la irritabilidadPérdida de motivación hacia el trabajo |
Sentimiento de bajo logro o realización profesional | Surge porque el individuo verifica que las demandas exceden su capacidad de respuesta eficaz. Experimentación de sentimientos de fracaso personal. El sujeto se percibe incompetente, o que su esfuerzo es innecesario o no valorado, lo que genera una fuerte desilusión. |
Los síntomas del Burnout, han sido estudiados a través de instrumentos de medición psicológica. El más utilizado ha sido el Inventario denominado Maslach Burnout Inventory (MBI), (1997). Maslach propuso que el síndrome estaría compuesto por tres aspectos o dimensiones: agotamiento emocional y físico, generalmente descrito como una sensación de estar exhausto o de «no poder más»; despersonalización, aspecto consistente en un conjunto de actitudes negativas hacia las personas con quienes se trabaja y que puede dar lugar a aislamiento, confrontación, entre otros. Al respecto, en estudios realizados con personal sanitario en hospitales, se ha encontrado una tendencia a culpar, por ejemplo a los pacientes de sus padecimientos. La sensación de pobre realización personal en el trabajo, es un conjunto de sensaciones de incapacidad, frustración y de estar superado por los problemas. Estos tres aspectos han sido confirmados en diversos estudios (Blase, 1984).
Gold (1993) ha planteado que la docencia es una de las profesiones más estresantes. No solo por las características intrínsecas a la labor educativa sino por las condiciones en que ésta se desarrolla. El ejercicio de la docencia puede resultar desbordante de los recursos de los profesores cuando ellos perciben que existe baja motivación de los alumnos, excesivos problemas de indisciplina, agresiones y bajo aprovechamiento, falta de tiempo, exceso de presiones organizativas, falta de apoyo de sus compañeros y autoridades, entre otros. Ninguno de estos factores determina por sí mismo la aparición del estrés laboral, más bien es la combinación de recurrencia, intensidad e insuficiencia de recursos para afrontarlos positivamente. (Calvete y Villa, 1999).
Existe, en resumen, una serie de factores ambientales o contextuales que favorecen la aparición del burnout en los profesores. Muchos de los problemas que tienen que enfrentar los profesores son consecuencia de una profunda crisis social relacionada con la compleja problemática social del mundo globalizado y que en contextos específicos puede dar lugar a violencia, inseguridad, inestabilidad laboral, migraciones, delincuencia, entre otros. Puede incluso pensarse que esta problemática social «estalla» en el salón de clases dando lugar a situaciones que es muy difícil resolver para el profesor, principalmente cuando éste desempeña su trabajo «en solitario» sin mayor apoyo de compañeros o directivos y sin una idea muy clara de cómo podría ayudar a sus alumnos.
A todo ello hay que agregar la crisis «interna» de la docencia que se expresa en bajos niveles salariales, sobrecarga de trabajo, dobles jornadas, el escaso aprecio social por la docencia, el enfrentar presiones o demandas divergentes, por ejemplo de parte de padres de familia, directivos y los propios alumnos, entre muchos otros.
A pesar de todo, se ha encontrado que ciertos aspectos organizacionales; la mejora en la calidad de la interacción social dentro de la escuela, la construcción de acuerdos y proyectos conjuntos, entre otros, son factores que favorecen el desarrollo de estrategias positivas de afrontamiento a las demandas laborales y, en ese sentido, son factores de contención en la aparición del estrés y otros problemas de salud en los profesionales de la educación. En esta línea se encuentra la propuesta de Grau, Agot, Burriel y Salanova, (2001) en el sentido de precisar qué aspectos organizacionales obstaculizan el desempeño y cuáles lo promueven. Aunque esto depende en última instancia de la percepción de los propios profesores, Valero (1997) encontró que las presiones en el trabajo y los problemas de conducta de los alumnos figuran entre las principales fuentes de estrés laboral en los docentes.
Para precisar justamente qué factores están asociados con la aparición del Burnout, según la concepción tridimensional propuesta por Maslach, Calvete y Villa (1997), realizaron una adaptación del MBI, para aplicarlo a docentes. El resultado fue la «Escala de Estrés y Burnout Docente». Este instrumento contiene las dimensiones Agotamiento Emocional, Logro Personal y Despersonalización, tal y como fueron utilizadas por Maslach pero se añadieron las dimensiones Dificultades y Falta de Control con los alumnos, debido a que ha resultado claro que la relación directa que establece el docente con sus estudiantes puede determinar incrementos en el nivel de estrés.
En la tabla 2 se presenta un ejemplo de frase o «reactivo» para cada una de las dimensiones de que consta el instrumento.
Dimensión | Ejemplo de reactivo |
Agotamiento emocional | «me siento emocionalmente exhausto a causa de mi trabajo» |
Despersonalización | «Siento que trato a algunos alumnos como si fueran objetos impersonales» |
Sentimiento de bajo logro o realización personal | «siento que mis alumnos no responden de manera adecuada a mis enseñanzas» |
Dificultades con los alumnos | «Tengo alumnos que hablan continuamente en la clase» |
Falta de control | «Siento que no tengo control adecuado de mis alumnos» |
Para investigar cuáles son los niveles de estrés en cada una de estas dimensiones se realizó la aplicación de la escala propuesta por Calvete y Villa (1997), a un grupo de 40 profesores de tres diferentes escuelas de educación primaria en la Delegación Iztapalapa de la Ciudad de México. El 82.5% son mujeres y el 17.5 % son varones, tienen una edad promedio de 42 años, con 22.6 años de servicio en promedio; el 47.5 % trabajan dos turnos y el 85.0% son profesores frente a grupo.
La interpretación del instrumento se realizó respetando los criterios propuestos por los autores. Cabe aclarar que no se pretende generalizar los resultados encontrados con este estudio. El objetivo es únicamente tener indicios de la problemática del estrés en los profesores de educación primaria.
Se encontró que el 35% de los profesores que constituyen la muestra presentan un alto nivel de agotamiento, 42.1 % reportaron alto estrés por dificultades con los alumnos. El 23.8% tienen un alto estrés por nivel de logro y el 28.6% reportan despersonalización. Para facilitar el análisis, se utilizará un número específico para cada escuela en donde fueron recogidos los datos, así se asignarán tres números (1, 2, 3) para cada una de ellas.
Niveles de agotamiento | |||||
---|---|---|---|---|---|
Bajo | Medio | Alto | Total | ||
escuela 1 | Frecuencia | 7 | 6 | 13 | |
% del total | 17.5% | 15% | 32.5% | ||
escuela 2 | Frecuencia | 4 | 3 | 3 | 10 |
% del total | 10% | 7.5% | 7.5% | 25% | |
escuela 3 | Frecuencia | 10 | 2 | 5 | 17 |
% del total | 25% | 5% | 12.5% | 42.5% | |
Total | Frecuencia | 14 | 12 | 14 | 40 |
% del total | 35% | 30% | 35% | 100% |
En esta tabla puede observarse que hay altos niveles de agotamiento emocional principalmente en dos de las tres escuelas participantes, (escuelas 1 y 3) puede observarse también que en la escuela «3» existe también un porcentaje alto de maestros que NO presentan estrés por este aspecto mientras que en la escuela número 1 ningún participante reporta niveles bajos de estrés. Este primer resultado indica la posibilidad de que existan características del contexto laboral que favorecen la aparición del estrés en profesores. Es importante señalar que estos datos deben ser considerados como hipótesis que requerirían análisis más detallados.
Tabla 4. Niveles de estrés por dificultades con los alumnos para cada escuela participante.
Niveles de dificultades con los alumnos |
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Bajo | Medio | Alto | Total | ||
escuela 1 | Frecuencia | 3 | 3 | 7 | 13 |
% del total | 7.9% | 7.9% | 18.4% | 34.2% | |
escuela 2 | Frecuencia | 2 | 4 | 4 | 10 |
% del total | 5.3% | 10.5% | 10.5% | 26.3% | |
escuela 3 | Frecuencia | 7 | 3 | 5 | 15 |
% del total | 18.4% | 7.9% | 13.2% | 39.5% | |
Total | Frecuencia | 12 | 10 | 16 | 38 |
% del total | 31.6% | 26.3% | 42.1% | 100% |
En esta tabla hay que resaltar que el 42.1 % del total de los maestros participantes reportan tener altos niveles de estrés debido a este problema. Debe notarse que la escuela número «1» tiene 7 maestros de un total de 13 que reportan niveles altos en este rubro (más del 50% de los maestros en esa escuela). Debe notarse que en la escuela 1 no hubo ningún maestro que tuviera bajos niveles de estrés por agotamiento.
El estrés del docente parece depender, aunque no exclusivamente, de ciertas condiciones del lugar de trabajo, -tesis de la etiología organizacional del estrés- Gil-Monte y Peiró, (1998), aunado a características de la situación personal de cada profesor. Hay una interacción entre factores personales y variables organizacionales, es decir; las condiciones laborales, no son suficientes para explicar el estrés auque constituyen un elemento muy importante en su génesis.
Las dificultades con los alumnos son uno de los factores que aumentan el estrés de los profesores y, en ese sentido, son uno de los elementos del contexto o ambiente laboral que requerirían una atención conjunta de parte del conjunto de los profesores.
Parece evidenciarse el cómo disminuir el estrés entre los docentes;
sobre todo si éstos se encuentran frente al grupo; primero que nada el
ambiente laboral debe ser favorable y adaptarse a las condiciones del propio
profesor, esto puede ser tan simple como tener claro normas y reglas que deben
cumplirse dentro de la escuela, favorecer todas aquellas iniciativas o estrategias
organizacionales que favorezcan el trabajo colegiado, el apoyo social, la solución
inmediata de los conflictos y estrategias comunicativas que por una parte permitan
la emergencia de problemas en sus etapas iniciales y, por otra, favorezcan la
solución óptima, una vez aparecida una situación de conflicto.
Referencias
Blase, J. J. (1984). A data based model of how teachers cope with work stress, Journal of Educational Administration, 22, 173-191.
Buendía, J. (1999). Amortiguadores del estrés y salud familiar. Madrid. Pirámide ediciones.
Calvete Z. E. y Villa, S. A. (1997). Programa Deusto 14-16. Vol 2. Evaluación e intervención en el estrés docente, Bilbao: Ediciones Mensajero.
Freudenberger, H. (1974) Staff burn-out. Journal of Social Issues, 30, 159-166
Gil-Monte, P. R. y Peiró. J. M. (1998). A study on significant sources of the «Burnout syndrome» in workers at occupational centers for the mentally disabled», Psychology in Spain, 2, (1), 116-123.
Gold, Y., y Roth, R. (1993). Teachers managing stress and preventing burnout. The professional health solution. Londres: The Falmer Press.
Grau, R., Agot, S., Burriel, R. y Salanova, M. (2001). Obstáculos y facilitadores: estudio sobre su incidencia en el «burnout» en trabajadores de contacto con clientes. XII Congreso Nacional de Seguridad y Seguridad en el trabajo, Valencia.
Lazaruz, R. S. & S., Folkman. (1986). El concepto de Afrontamiento en: Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Ediciones Martínez Roca. S.A.
Maslach, C. y Jackson, S.E. (1986). Maslach Burnout Inventory (2a. ed.) Palo Alto, CA: Consulting Psychologist Press.
Maslasch, C. y Jackson, S. E. (1997). MBI. Encuesta al personal de servicios humanos, Madrid: TEA Ediciones.
Valero, (1997). Comportamientos bajo presión. El burnout en los educadores. En M. T. Hombrados (ed.). Estrés y salud, (pp. 213-237).Valencia: Promolibro.
Articulo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 D.F. Centro, México. Se permite su uso citando la fuente. Dirección u094.upnvirtual.edu.mx