Notas para tí: José Guadalupe Posada

Por Lourdes Mondragón Pedrero
Asesora de la Unidad UPN 094 D.F., Centro

Desde Manilla que murió en 1893, ha sido Posada uno de los artistas que mejor han interpretado la vida y las actitudes sociales del pueblo mexicano. Fecundo, imaginativo, ingenuo e irónico, consolidó la tradición, superándola, al grabar en vísperas del Día de Muertos (2 de noviembre) LAS CALAVERAS, dibujos que representan la vida por medio de la muerte. A las calaveras las revivió, las vistió de gala, las llevó a los jolgorios de la barriada, a la calle citadina, a las casas de los ricos, y las montó en bicicleta y a caballo, en un humorístico festín macabro –histriónico y satírico– que no tiene paralelo. Por medio de ellas los editores Venegas Arroyo y Don Lupe; señalaron gráficamente las lacras, las miserias y los errores de la sociedad de su época, así como satirizaron a los políticos venales, ambiciosos y tiránicos, por cuyo motivo fueron a dar varias veces a la cárcel.

No obstante su genio artístico y su fecundísima labor, Posada murió tan pobre como nació. Sepultado en una fosa de sexta clase en el Panteón de Dolores, sus restos que nadie reclamó, fueron arrojados 7 años después a la fosa común, en compañía de otras calaveras anónimas. No es el grabador popular, como se le significa generalmente, sino un expresionista con profundo sentido de la realidad, ingenio, originalidad y penetrante poder expresivo. Gran dibujante y grabador ha influido en buen número de artistas posteriores –de manera particular en José Clemente Orozco, Diego Rivera, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez– que vieron en él un precursor de la Revolución y del movimiento nacionalista en las artes plásticas. De su inmensa producción, se han hecho exposiciones internacionales y nacionales y han sido reproducidos numerosos de sus grabados. Hay colecciones de sus obras en la Hemeroteca Nacional de Antropología e Historia, el Taller de la Gráfica Popular, el Archivo Municipal de León y los archivos y repositorios de Hero Rodríguez Toro y Arsacio Venegas Arroyo.

Tomado de la Enciclopedia de México, tomo 10, Enciclopedia de México S.A., 1978, págs. 825 y 826.