LIBERTAD DE ELEGIR
(Hacia un nuevo liberalismo económico)
Enrique García Moisés
Profr. De la Normal del Colegio Miguel Ángel y Profr. en la ENEP Acaltlán de la UNAM.
Sin duda alguna, uno de los economistas más influyentes
del siglo XX es Milton Friedman quien no sólo logró ser un economista controvertido
cuando insistía en la famosa ecuación faltante de Keines. En 1962 publica CAPITALIMS
AND FREEDON, donde maneja su tesis del mercado libre como base de un sistema
de libertad económica, y a pesar que en buen número de revistas especializadas
ha sostenido que él no ha pretendido elaborar una teoría económica, sino solamente
una técnica monetarista, que tiene como objetivo fundamental atacar y dominar
el problema de la inflación, cuya causa fundamental -para Friedman- tiene que
ver entre otras cosas con la demanda agregada y una irresponsable emisión del
dinero por parte del gobierno.
Pero no es nuestro propósito el análisis de sus tesis económicas, sino lo que podríamos llamar ideas aparentemente sueltas sobre la estructura social y el aparato estatal, mismas que giran en torno del concepto libertad y que Friedman desarrolla en su libro FREE TO CHOSSE (LIBERTAD DE ELEGIR)* publicado en 1980, con la colaboración de su esposa Rose, la cual resulta casi imposible precisar.
Friedman sostiene como tesis de entrada, que "La Libertad económica es un requisito esencial de la libertad política" (p. 17); esto quiere decir que está en contra de toda dirección, (de la economía) por parte del Estado.
Para el fundador de la Escuela de Chicago, existe una especie de regulador natural parecida a la vieja escuela de Adam Smith y de David Ricardo, que en vez de ser "la mano invencible" es el "poder del mercado" que evidentemente choca con una economía plantificada, como la que llevaron los países socialistas.
Aunque para Friedman la libertad económica está irremediablemente ligada a la libertad humana, reconoce que "la libertad no puede ser absoluta. Vivimos en una sociedad interdependiente. Algunas limitaciones a nuestra libertad son necesarias para evitar otras restricciones todavía peores."(p.104)
La preocupación del economista está en responder a la cuestión de ¿cómo una economía dirigida por el Estado limita la libertad del individuo?, por ejemplo, cuando a nombre de la mayoría de los desprotegidos o los más débiles, da servicios de educación, de salud, de vivienda, etc. gastos que no intervienen en servicios que finalmente tienen un costo, ya sea en impuesto o en otras formas que contrarrestan las posibilidades económicas o sociales de individuos productivos.
Para Friedman, lo que está haciendo el Estado es tratar de hacer equitativa a la sociedad, en cierta forma igualar lo que la naturaleza no ha creado igual.
"La vida no es equitativa. La creencia de que el Estado, puede rectificar lo que la naturaleza ha producido resulta tentadora. Pero también es importante que reconozcamos en qué gran medida nos beneficiamos de esta falta de equidad que deploramos".
"No hay nada equitativo en el hecho de que Marlene Dietrich, haya nacido con unas hermosas piernas que todos queremos mirar, o en el hecho de que Mohamed Ali haya nacido con la destreza que ha hecho de él un gran pugilista o boxeador. Pero por otro lado, millones de personas que han disfrutado viendo las piernas de la primera o contemplando uno de los combates del segundo, se han beneficiado de la falta de equidad de la naturaleza al crear a una y a otro. ¿Qué especie de mundo seria éste si cualquier persona fuera duplicado de cualquiera otra? (p. p. 195-196)
Evidentemente este tipo de comparaciones resulta tremendamente infantiles y una falta de respeto para el ser pensante, pero es probable que el autor se dirija a las grandes masas acostumbradas a películas y programas televisivos hechos por idiotas para idiotas.
Sin embargo, Friedman elabora una argumentación más fina y ciertamente muy engañosa al referirse a los servicios que brinda el Estado-gobierno en materia de la educación, donde con base en datos estadísticos respecto a Estados Unidos y a Inglaterra, trata de demostrar que la educación estatal es inoperante y va contra sus mismos fines como la de igualar las oportunidades para que todos los niños norteamericanos estudien.
"Lo trágico e irónico es que en un sistema destinado a capacitar a todos los niños para la adquisición de una lengua común y de los valores de la ciudadanía norteamericana, al dar a todos ellos iguales oportunidades educativas, en la práctica, acentúa la estratificación de la sociedad y proporciona oportunidades educativas sumamente desiguales", (p. 221) esto, debido a que "los gastos escolares por alumno son con frecuencia tan elevados en los núcleos urbanos como en los barrios ricos, pero la calidad de la enseñanza es enormemente inferior". (p. 221)
El razonamiento de Friedman, es que el Estado no tiene mejores profesores ya que sus salarios, prestaciones, su propia carrera con pocas motivaciones y aún su salario es bajo; por consiguiente, su práctica educativa es de baja calidad, cosa contraria a la de la enseñanza privada. Pero además, el gobierno está quitando la posibilidad a los padres de elegir la educación de sus hijos.
"Los reformadores sociales, y especialmente los educativos, con frecuencia dan por supuesto estúpidamente que los padres, en especial los que son pobres y carecen a su vez de educación, están poco interesados en la educación de sus hijos y no podrán elegir por ellos" (p. 224). Pero para los contribuyentes ordinarios, esto representa mayores impuestos, ya que en 1978, en promedio el Estado destinaba unos 2,000 dólares anuales por niño matriculado. (p. 224). Además esos contribuyentes tienen que pagar la enseñanza privada de sus propios hijos, la cuál origina un doble gasto.
Pero, si no se puede acabar con los pobres, si se podría aligerar la carga de los contribuyentes, creando una especie de bonos estatales de descuento en impuestos y a los pobres otro con la condición de que: "Si nos libra usted de la carga de educar a su hijo, se le dará un vale, un trozo de papel amortizable por una suma fija de dinero siempre que ésta se destine al pago de la educación de sus hijos en una escuela autorizada." (p. p. 224-225)
Sobre la tesis de que el Estado gasta porque es necesario alfabetizar, el economista encuentra que esto no es muy cierto ya que " las investigaciones efectuadas en la historia de la enseñanza en los Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países, nos han convencido de que la asistencia obligatoria a las escuelas no es necesaria para lograr ese nivel mínimo de alfabetización y conocimientos". (p. 227)
Todo lo anterior, no destruiría la educación pública, aún coexistiendo la enseñanza privada laica y religiosa, sino al contrario, ya que "las escuelas públicas seguirían predominando, quizás algo mejoradas por la amenaza de una competencia potencial" (p. 236)
La enseñanza superior ya implica otra problemática pues a nadie se le exige legalmente la asistencia a una institución de ese nivel. Pero hay un problema: la deserción. "Por ejemplo, en la Universidad de California, en los Angeles -una de las universidades estatales de más prestigio en el país- solamente la mitad, más o menos, de los que ingresan terminan los primeros cursos, y esto supone una elevada proporción para las instituciones de enseñanza superior". (p. 243)
En este nivel existe mayor equilibrio, ya que "la universidad vende enseñanza y los estudiantes la compran" (p. 244) Esto permite que los estudiantes, haciendo uso de su libertad para elegir, escogen lo mejor aunque esto sea más caro.
"Una de las consecuencias es que la preparación de estudiantes que tras de ingresar a instituciones privadas terminan la licenciatura, es muy superior a las de las estatales, un 95% en Darmouth contra un 50% en la Universidad de California en los Angeles. El porcentaje de Darmouth probablemente sea alto para una institución privada, del mismo modo que la Universidad californiana lo es para una institución estatal, pero la diferencia no es atípica" (p. p. 244-245)
Habiendo mostrado la tesis de que lo que se paga se aprecia, Friedman hace una aclaración interesante entre lo que es educación y lo que es enseñanza.
"Empleando más cuidadosamente los términos, no toda "enseñanza es educación ni toda educación es enseñanza. Muchas personas que han recibido enseñanza superior son ignorantes y mucha gente de educación superior no ha recibido enseñanza". (p. 257)
Aunque este tipo de razonamientos circulares se dan en todo el análisis de Friedman, en cuanto a los servicios que otorga el Estado, no podemos dejar de mencionar el caso de los sindicatos que para el ex-asesor de Pinochet son la negación total de la libertad de elegir, ya que " los beneficios que los sindicatos poderosos obtienen para sus miembros, se consiguen a expensas de los trabajadores" (p. 234)
Lo que quiere decir Friedman es que los sindicatos encarecen artificialmente la mano de obra y eso trae como consecuencia que se reduzcan las fuentes de trabajo.
"Subamos los salarios de los pilotos en las líneas aéreas, y los viajes en avión serán más caros. Volará menos gente y habrá menos puestos de trabajo para aquellos. De modo alternativo reduzcamos la cifra de carpinteros o pilotos, y alcanzaran salarios mayores. Limitemos el número de médicos y podrán subir el precio de las visitas" (p. 324)
El economista de Chicago, está aplicando el principio de escasez; por el cual, cualquier producto necesario y escaso aumenta de precio si la demanda es mayor.
La solución está en promover el libre mercado competitivo:
"Las 2 ideas de libertad humana y económica trabajando juntas han alcanzado los mayores frutos de los Estados Unidos. Estas ideas aún subsisten en gran medida entre nosotros. Todos nosotros estamos imbuidos de ellas. Forman parte del verdadero tejido de nuestro ser. Pero nos hemos estado alejando de ellas. Hemos olvidado la verdad básica de que la amenaza más grande a la libertad humana reside en la concentración del poder, siempre que sea en la mano del Estado o de cualquier otra persona o entidad. Nos hemos convencido a nosotros mismos de que conceder poder, siempre que sea para unos objetivos buenos, no es arriesgado."
"Afortunadamente nos estamos despertando; estamos reconociendo otra vez los peligros de una sociedad demasiado gobernada, empezando a entender que unos medios equivocados pueden desnaturalizar unos buenos objetivos, que la confianza en la libertad de los individuos para que controlen sus propias vidas de acuerdo con sus propios valores, constituyen el camino más seguro para alcanzar todo el potencial de una gran sociedad."
"Afortunadamente también, como pueblo, tenemos todavía la libertad de elegir qué camino debemos tomar, continuar a lo largo de la senda que hemos estado siguiendo hacia un estado cada vez más poderoso, o detenernos y cambiar de dirección" (p. p. 426-427)
Con las líneas anteriores Friedman termina su texto. Es evidente que para él, la libertad no tiene un sentido de conciencia, sino la libertad para ser competitivo y ésta última sería no sólo la base de la economía, sino la de la sociedad misma.
El modelo neoliberal económico, sería la estructura necesaria para que el cuerpo social y político se transforme en un edén de la libertad plena, como el sueño de los filósofos idealistas de Platón a Hegel.
* Milton y Rose Friedman: Libertad de Elegir. Hacia un nuevo liberalismo económico. Barcelona, Orbis, 1983.