ETICA Y LIBERTAD
Salvador Toruño Rodríguez.
Profr.
investigador, miembro del Colegio de Filosofía y
Coordinador de Medios
Didácticos en la DGENAM D.F.
PRESENTACIÓN
A
lo largo de la historia, los pueblos han manifestado preocupación, interés
y angustia por algunos temas que pertenecen al mundo interno del hombre: su
razón y su carne; ética y libertad; filosofía de la existencia,
destino, muerte y trascendencia.
Todas las generaciones aspiran heredar aquellos principios y valores que el padre o la madre consideran indispensables para constituir una personalidad sana y armónica dentro de una sociedad equilibrada.
Desde la ética socrática, el interés principal se centra en el hombre; pero, desde la perspectiva interior del ser humano. En el conocido apotegma de: "Conócete a ti mismo", el filósofo se ve obligado a lanzar su visión reflexiva hacia el mundo interior, la concepción ontológica del ser hombre: el "areté".
Desde entonces el filósofo no ha eludido abordar uno de los temas más complejos del pensamiento: la ética o el obrar moral del ser humano.
"La ética se distingue de la religión en su objetivo (la primera quiere una vida mejor y la segunda algo mejor que la vida) y en su método (la primera se basa en la razón y la experiencia, la segunda en la revelación)".
En el presente trabajo presento una reseña y reflexiones sobre el libro: "Etica y Libertad", escrito por la doctora Juliana González; la ética es tarea, preocupación y acción de todo ser humano; sin embargo, en el dintel del tercer milenio esta misión permanente sienta premisas que evidencian que se trata de una tarea prioritaria y de renovación implacable, en una época en la que el desarrollo científico y tecnológico requieren de un humanismo que guíe al hombre y a las sociedades hacia una construcción individual, personal y social.
La ética es tarea, preocupación y acción de todo ser humano.
La autora de Etica y Libertad, la doctora en filosofía Juliana González exdirectora de la facultad de filosofía y letras de la UNAM, durante muchos años profesora de ética, ha publicado: "El malestar en la moral", "Freud y la crisis de la ética", "Etica y Libertad", La metafísica dialéctica de Eduardo Nicol", entre otras obras.
En este "Ensayo sobre Ensayos", me he propuesto una tarea difícil; pero, como señala Fernando Savater: "La reflexión sobre los valores, junto al debate crítico acerca de su plasmación social, constituyen de por sí pautas imprescindibles tanto de formación como de información moral", por lo que todo esfuerzo axiológico, toda teoría y práxis axiológica, son una contribución para elevar la calidad de vida social, cultural y espiritual, para fortalecer la categoría humana del individuo.
La obra posee una introducción que tiene la característica de iniciar de manera inmediata las propuestas y consideraciones sobre la ética.
Lanza en primer lugar la tesis al estilo Sartreano, de que "no hay ética sin libertad", no puede haberla porque la libertad se encuentra formando parte de la ética, "implícitamente está presente la libertad".
Expone las concepciones de libertad que proponen Enmanuel Kant y Jean Paul Sartre; señala las coincidencias existentes entre ambas concepciones filosóficas al señalar el "carácter absoluto y puro con que la libertad, de un modo u otro, es concebida". Sin embargo, es necesario recordar que la libertad en Kant es una concepción apriorística y formalista; mientras que en Sartre es una concepción de libertad existencial, fenomenológica y ontológica. Menciona asimismo que la ontología de Sartre desemboca en un dualismo, entre "el ser" y "el nada".
La doctora Juliana González, al analizar las conceptualizaciones de libertad, dentro de la racionalización Kantiana y Sartreana, como en las reflexiones precedentes y posteriores a las grandes guerras mundiales, coloca nuevamente en el centro de la reflexión filosófica, los problemas de la libertad, de la ética, del determinismo y de la insatisfacción racional por los arribos y a partir de un cuestionamiento: ¿Qué queda ya "libre" y "voluntario" cuando se ve la forzosidad o fatalidad con que se imponen "la necesidad histórica", "el inconsciente", "la ingeniería genética", "las estructuras de poder?" ¿Cómo puede hablarse de la libertad en un mundo regido por meras relaciones de dominio o de universal "escasez"?.
Le sigue una afirmación impactante a la inteligencia y a la razón humana: "No se ha producido solamente el derrumbe de una fudamentación trascendente de la ética; con dicho derrumbe se ha dado también el quebranto de toda confianza en aquello que se designó como la areté o la "excelencia", virtud del hombre.
No queda en nuestra racionalidad algo que sea soporte para la ética. La singularidad, la "unicidad", la condición cualitativa, individual, "personal" del ser humano, se pierde en un mundo de determinismo. La vida ética es absorbida, manipulada y controlada por las fuerzas políticas, sociales y económicas. Queda pues una idea del hombre, desnuda, desenmascarada y sin disfraces. Esta visión parece entonces contraria y opuesta a las aspiraciones morales y los valores éticos.
Los niveles psicológicos, biológicos, históricos, así como en el orden ontológico, parecen negativos, alejados de toda posibilidad para acceder de algún modo al ámbito de lo ético. Por consiguiente, expresa Juliana González, el hombre queda reducido a un ser esclavizado–esclavizante, inmerso en la fatalidad, donde no existe espacio para la ética y la libertad.
La introducción tiene una segunda parte que se denomina: Libertad Dialéctica; aquí se señala que en la medida en que la ética sea capaz de superar los dualismos, en esa medida pueda alcanzar "la felicidad" del hombre ya que una de las funciones fundamentales de la ética, es ofrecer felicidad y sentido total al ser humano.
Se trata de que superados los dualismos se encuentre el "eros" fundamento del "ethos" y de ahí recuperar la "dignidad" humana: las capacidades afirmativas inherentes al ser humano; el impulso originario de expansión y elevación de la vida; la fuerza de persistencia y de crecimiento interior, de trascendencia y creatividad; de todo eso, en fin, que configura la capacidad de afirmar el ser y engendrar el ethos, la segunda naturaleza definitoria del hombre plenamente "humanizado".
Surge entonces, la libertad como fuerza y dignificación, con poderes de generar y construir. "La libertad como fuente de gozo existencial y no sólo de angustia. La ética requiere una reivindicación de la espiritualidad humana. Una ética humanística.
Por consiguiente, una moral comprende aspectos normativos como valorativos, ideales y reales, internos y externos, subjetivos y objetivos, conscientes e inconscientes, racionales y extrarracionales.
El hombre es por esencia, ético; lo que significa que por naturaleza tenemos que vivir dentro de parámetros de bien o de mal, valoramos la vida y nuestras acciones en cuanto a calificaciones de bien o de mal.
CAPITULO I
LOS PRINCIPIOS DE LA ÉTICA:
HERÁCLITO
En Heráclito se encuentran principios de ética con una doble significación, primero como "arché", principio, origen, comienzo y en segunda significación como principio en el sentido de fundamento, base, elemento constitutivo, esencial y radical.
Grandes críticos o comentaristas especialmente a partir de W, Jaeger, reconocen el nacimiento de la ética en el pensamiento de Heráclito. Se trata del nacimiento de la ética tanto como filosofía moral, como por práctica de vida o forma de vivir.
CAPITULO II
LA ÉTICA COMO FORMA DE VIDA:
SÓCRATES
Para Sócrates la filosofía es una manera de vivir y una reflexión o flexión de la conciencia humana sobre sí misma.
Sócrates no intenta alcanzar una "aletheia" ni una "episteme" que expliquen la naturaleza externa del hombre; busca la "physis" o sea la naturaleza esencial del hombre.
El conocerse a sí mismo o autoconocimiento implica la autoconciencia moral que conlleva una guía u orientación de la propia vida. Es lograr una interioridad que produce en el individuo un cambio en su forma de vida.
El hombre busca la verdad filosófica que consiste en un saber de lo esencial y fundamental.
Recuérdese que Sócrates al preguntar ¿qué es el hombre?, Quería también indagar para qué es y hacia dónde se dirige y qué es mejor para él.
CAPITULO III
EROS Y ETHOS: PLATÓN
El eje fundamental de la filosofía de Platón, es el tema del hombre, y el Eros es el centro del tema del hombre. El eros es esencia del hombre.
El amor tiene un significado ontológico en la filosofía platónica. Eros trasciende ser sentimiento psicológico para alcanzar un ser universal. Eros es la base de la acción política y ética. La vida ética no se explica si no es motivada por el eros.
CAPITULO IV
EL PROYECTO DE UNA ÉTICA DETERMINISTA: SPINOZA
Del filosofo perviven sus cuestionamientos, las preguntas que motivan el pensamiento. La presencia de los filósofos y su vigencia están en sus preguntas.
Sus respuestas son limitadas y están sujetas al desarrollo histórico del pensamiento y de las ciencias. Los problemas que se plantean y las preocupaciones no mueren y permanecen vigentes.
Spinoza retoma la tarea que Descartes había iniciado. Descartes había colocado a la ciencia y a la metafísica en un camino de búsqueda, de duda metódica, de racionalismo; Spinoza recoge la tarea pero la orienta hacia la ética y entiende que a la ética le corresponde encontrar el fin y los fines morales del hombre.
Spinoza basa su filosofía en la ética y ésta a su vez, en una reflexión sobre el hombre. La búsqueda de una razón de lo humano.
Para Spinoza "los hombres se engañan en el hecho de que se creen libres": Spinoza hace mención de buenas y malas pasiones. Buenas pasiones son: la alegría, el placer, el amor, la seguridad, la esperanza, etc.
Malas pasiones son: la tristeza, la melancolía, el dolor, el odio, la inseguridad, la desesperación, etc.
Las buenas pasiones hacen que la mente logre una mayor perfección; las malas pasiones hacen que la mente logre una menor perfección.
La libertad de Spinoza consiste en actuar conforme a la naturaleza necesaria del hombre.
CAPITULO V
DIALÉCTICA Y ETICIDAD: HEGEL
Hegel define la moralidad como la dimensión interior y radicalmente individual del espíritu.
Hegel afirma que la interioridad no aparece en la filosofía clásica griega; sino que surge con el cristianismo y alcanza su cima en la época moderna, específicamente con Kant o Fichte.
Para Hegel, la dialéctica es transformación, proceso de cambio, acción innovadora; rige el devenir; el cambio de un estado a otro, el paso del ser al no-ser.
La ética reclama una dimensión teleológica que le permite proyectar fines. El problema es que "es hombre no es jamás aquello que es, y siempre aquello que no es".
El hombre es ético. La eticidad es condición permanente y universal; la vida ética como "síntesis milagrosa" de los contrarios. Pero la síntesis ética no hace desaparecer la lucha; sin embargo, dialécticamente la ética no se da sin contradicción y sin conflictos internos.
CAPITULO VI
HUMANISMO, ONTOLOGÍA Y LIBERTAD: MARX
Marx al igual que Hegel reconoce que el hombre es, en su ser mismo, su propia historia. El hombre es esencia, el ser del trabajo. El hombre al no ser dueño de su actividad de producción, enajena su esencia al tener que vender o alquilar su fuerza de trabajo para satisfacer algunas necesidades vitales. Si el trabajo queda enajenado, lo mismo sucede con la propia vida y al enajenar su vida enajena su ser y en consecuencia sucede lo mismo con la libertad. Sin embargo, solamente el hombre es capaz de enajenar al hombre. La enajenación es un hecho histórico-humano.
El humanismo se encuentra al interior de la revolución teórica y práctica de Marx. Los valores éticos están presentes en el humanismo marxista.
En gran medida, la ontología de Marx queda trunca o inconclusa. El ser mismo del hombre es lo que fundamenta que la "raíz del hombre es el hombre mismo":
CAPITULO VII
ETICA Y TRAGEDIA: NIETZSCHE
Lo dionisíaco es entendido por Nietzsche como la actitud propia del superhombre y como fundamento de la transmutación de los valores.
Dionisio es la afirmación de la vida.
Lo socrático es la afirmación total de lo ético y sus valores. La conciencia se vuelve creadora y capaz de corregir a la vida.
El engaño metafísico consiste en la propuesta de un mundo trascendente, celestial y como correspondiente se da otro engaño el ético-metafísico, el del Bien y el Mal.
La existencia sólo pudo ser aceptada y soportada por los griegos por el espíritu dionisíaco que es ebriedad y entusiasmo desbordante.
Por otra parte, está lo apolíneo que consiste en el estado que resulta de la ebriedad dionisíaca. Apolo modifica a Dionisios.
Este espíritu dionisíaco equilibrado por el espíritu apolíneo, fue el principio de la tragedia y la comedia. Nietzsche concibe que el espíritu dionisíaco es el origen del arte.
Apolo y Dionisios, en Nietzsche, expresan una interrelación dialéctica.
CAPITULO VIII
LIBERTAD, ANGUSTIA Y SER PARA LA MUERTE: HEIDEGGER
La moralidad se basa en la concepción ontológica de que el hombre es un ser en construcción, un ser que permanentemente está haciéndose.
La angustia ante la muerte es la base de la autenticidad y la individualidad; por la angustia el hombre-individuo se separa de la comunidad.
Cuando el hombre se incorpora a la comunidad y se convierte en "uno con los otros" proyectándose y fundiéndose en una vida común y social, pierde su individualidad e irremediablemente cae en una existencia impersonal y banal. La individualidad y la comunidad se excluyen entre sí. Autenticidad es libertad.
La libertad se pone a sí misma delante de sus propios ojos, en la angustia o en la nada de la angustia o ante la experiencia de la angustia originaria de todas las angustias que es enfrentar la posibilidad de la propia muerte.
La doctora Juliana González, manifiesta las contradicciones del pensamiento moderno, ya que enfrenta subjetividad a objetividad.
Por una parte, ofrece el "yo" como una entidad que se piensa a sí misma y se relaciona con los otros e interactúa con el mundo
La propuesta ética o moral, no será entonces "una estructura normativa superpuesta, cuando no impuesta, a una realidad o a una "naturaleza" que originalmente implica escisión y contraposición.
Existe en esta propuesta existencialista una oposición más, ahora con respecto a la filosofía de Spinoza. El existencialismo afirma que el hombre no es un ser susceptible de homogeneizarse y determinarse cuantitativamente, ni de abarcarse en una universalidad abstracta que se explique conforme a un sistema de leyes necesarias y predeterminadas. No es susceptible de que se le considere "a la manera geométrica", como ha hecho Spinoza, definiendo sus actos "como si se tratase de líneas, de superficies y de cuerpos sólidos".
Queda abierta una pregunta a la que los más grandes filósofos contemporáneos y postmodernistas no encuentran respuesta: ¿cabe la posibilidad de que se reúnan los dos métodos, el dialéctico y el fenomenológico.
CAPITULO IX
CAMINOS Y APORIAS DE LA LIBERTAD: SARTRE
El hombre no es el resultado de situaciones surgidas del azar, de la casualidad, del destino, de fuerzas mecánicas, tampoco lo es de determinismos; por medio de su capacidad de elección y de decisión, organiza, estructura y construye sus actos y al hacerlo, genera su propio ser.
La vida del hombre es una historia dinámica y permanente de elecciones. En cada momento se ejercita la libertad.
Para Sartre, la muerte es el acontecimiento que cancela toda intervención de la autenticidad y de la libertad.
La muerte es un hecho sin decisión humana como el nacimiento tampoco exige ni ejercicio de mi libertad y autonomía.
Si deseamos realizar reflexiones ontológicas, necesariamente se debe partir de la corriente existencialista.
La doctora Juliana González, después de interpretaciones y cuestionamientos sobre algunas tesis Sartreanas, afirma que Sartre confunde "las modalidades negativas de interrelación con la estructura ontológica universal y necesaria de toda forma posible de comunicación".
CAPITULO X
EL DILEMA DEL MAL Y LA LIBERTAD
DOSYTOYEVSKI: LOS HERMANOS KAMARASOV
Las reflexiones filosóficas y las expresiones artísticas o literarias encuentran puntos de coincidencia o de complementariedad en el terreno de la ética o de la moral.
A lo largo de la historia de las ideas, desde Homero y Hesíodo ...la literatura ha estado hermanada con la filosofías, hasta tal grado que a alguna literatura se le ha denominado... literatura filosófica (Esta es una de las ideas con las que inicia Juliana González su Ensayo sobre el Dilema del Mal y la Libertad.) Dentro de esta corriente literario-filosófica se ubican las obras de Dosytoyevski, y en algunas de esas obras surge en primer plano la ética.
En la ética de Dostoyevski: "El hombre contiene la "imagen y semejanza", no sólo de lo divino, sino ante todo de lo demoníaco".
"El diablo lucha con Dios y el campo de batalla es el corazón del hombre". (Los Hermanos Kamarasov).
El cielo y el infierno los lleva el hombre en el interior del hombre.
El hombre no es ni puramente bueno ni malo.
La ética se torna una reflexión sobre la vida interior del ser humano; el hombre nace "amoral e inocente". Dostoyevski, ante las dificultades que enfrenta la razón para explicarse el origen del mal y del pecado, se refugia en Dios, así se expresa: sin Dios y sin trascendencia simplemente no hay sentido de la vida, no hay valores; pero si hay un Dios, este debe ser el fundamento de toda moralidad. Sin Dios y sin inmortalidad no existiría la ética.
CAPITULO XI
LA EXTRAÑEZA DEL OTRO: KAFKA
Kafka representa un caso semejante al de Dostoyevski en el sentido de que gran parte del conocimiento de la obra y pensamiento obedece a la íntima relación que existe entre literatura y filosofía.
Kafka ha influido de manera notoria y notable en el pensamiento existencialista. En sus obras retoma los temas clásicos de la libertad, lo moral, la dificultad de la comunicación con el otro, las relaciones interpersonales, la vida, la muerte; la desesperación y la desesperanza; la imposición autoritaria; los problemas de la culpa, la justicia, la soledad.
Personalmente pienso que F. Kafka no pretendió ni deseó realizar una propuesta ética acabada; sino más bien, manifestar a través de símbolos la obsolescencia de los valores tradicionales frente a los profundos cambios que experimentaba y experimenta todavía más nuestra realidad postmoderna.
CAPITULO XII
LIBERTAD ONTOLÓGICA Y LIBERTAD MORAL
Este es el último Capitulo de "Etica y libertad" de la doctora Juliana González, aquí concluye señalando que la libertad es elemento fundamental entre la ética y la ontología.
"La libertad ontológica es el fundamento de todas las modalidades de la libertad fáctica o existencial: de la libertad moral; de la libertad de acción y pensamiento; de la libertad política, intelectual, artística, etc. así como de las negaciones de todas estas libertades".
Por otra parte, debe concluirse que la libertad es la propiedad fundamental del ser humano.
El hombre es libre, no está predeterminado.
La corriente conciliadora es una filosofía dialéctica que incluya una libertad y una ética dialéctica.
A manera de conclusión transcribo el pensamiento de Wittgenstein y que Fernando Savater cita en su libro: "Etica para Amador", que literalmente: expresa: "Si un hombre pudiese escribir un libro sobre ética, ese libro, como una explosión, aniquilaría todos los demás libros del mundo".
* Juliana González. Ética y libertad, México, FFyL, UNAM. 1989.