NORBERTO BOBBIO: EL FILÓSOFO Y LA POLITICA
Jorge E. Mesta Martínez
Profr. investigador, miembro del Colegio de Filosofía y colaborador en las coordinaciones de Capacitación y Posgrado de la DGENAM DF.
Reseñar un libro de Norberto Bobbio representa un placer para quien lo hace, no sólo porque su lectura representa una referencia necesaria para quienes están preocupados por la búsqueda de soluciones para un país necesitado de ellas, sino porque sus escritos tienen esa tonalidad didáctica que evita lo barroco; son sencillos sin dejar de ser profundos.
Bobbio cumple 90 años en el presente año, su vida transcurrió bajo las vicisitudes trágicas de nuestro siglo, donde la realidad no sólo se contempla a través de los libros o los acercamientos intelectuales, sino por medio de vivencias, esas experiencias tan queridas y tan destacadas por las que transcurre nuestra historia personal. En algunos casos la biografía de un personaje es el espejo de una época o de una circunstancia histórica. Ese es el caso del transcurrir vital de nuestro pensador italiano.
El Filósofo y la política, antología compilada con un magnífico estudio preliminar de su discípulo mexicano José Fernández Santillán, es editada por el Fondo de Cultura Económica, constituye un visión de conjunto de uno de los intereses intelectuales del maestro turinés: La filosofía y la política en medio de uno de los ejes que siempre están presentes en su obra, la ética.
El libro comprende textos breves y está organizado en diferentes temas: Filosofía Política, La lección de los clásicos, Política y Ética, Derecho y Justicia, Democracia, Relaciones Internacionales, Cambio Político, Política y Cultura y Los Ideales y la Historia. Un pensador tan longevo, tan vasto, inquieto y tan erudito, con la vena de la cultura italiana, no se agota en los temas del texto, sus escritos jurídicos no están en la actual compilación, así como otros de diferente índole filosófica o aquellos que se refieren al análisis político concreto (según su compilador entre 1934 y 1983 escribió 1304 trabajos: artículos y ensayos periodísticos; artículos especializados, conferencias, contribuciones a libros colectivos. Diccionarios y libros, etc. Para la edición de 1995 se mencionaban aproximadamente más de 2000).
En su acervo está el constante dialogar con la mayoría de los pensadores de formación jurídica, filosófica y política, en él están presentes Platón, Aristóteles; el pensamiento cristiano, hasta las raíces ideológicas en las que abreva personalmente: el liberalismo y el socialismo. Desde Locke, Rousseau y Hobbes, hasta Marx y Max Weber pasando por Hegel y Kant, éste último tan importante en sus posiciones sobre la ética y el comportamiento político. En materia jurídica la presencia imprescindible de Hans Kelsen.
El contexto de su producción intelectual se inicia con la Italia del fascismo (tenía 13 años cuando Mussolini asume el poder) pasando por la lucha contra este poder en los años de 1943 a 1945 donde tiene una participación importante, así como el posterior surgimiento de la República en medio de la guerra fría y la división del mundo en dos bloques, cuando a su país le toca ser el terreno de confrontación entre el Partido Comunista Italiano, el más importante de Europa occidental, con el gobernante Partido Demócrata-Cristiano; con la influencia enorme de la cultura católica, hasta el momento de la caída del muro de Berlín y las angustias del final del milenio.
Pensador de vertiente racionalista, optimista, con fuerte raigambre humanista, pero con fuerte dosis de realismo -propio de quien vive una sociedad confrontada y dividida- tuvo que poner el diálogo y la tolerancia en el centro de su reflexión como propuesta para solucionar conflictos y fundamentar una sociedad equilibrada y pacífica.
Italia con su fuerte carga religiosa, sede del poder vaticano, junto con su concepción liberal lo lleva a su propuesta insistente sobre la necesidad de una educación que fomente una conciencia basada en una ética laica.
La lucha contra todo dogmatismo será otro de los rasgos de su postura político-filosófica. Ingrediente esencial en sus lecturas propuestas y combates intelectuales, el dogmatismo es para él una de las grandes enfermedades de los hombres, la salud de una sociedad está en gran medida en su superación por medio del diálogo, que permita reconocer la existencia de otras posiciones e ideas y una pluralidad de pensamiento.
Bajo este y otros parámetros está escrito el libro El Filósofo y la Política. De este tomaremos algunos de los conceptos sin tratar de agotar toda la riqueza de su contenido, entre estos destacaremos la relación entre ética y política.
Bajo su óptica, política es la acción ubicada en el campo de la conquista y lucha por el poder sobre una comunidad de individuos en un territorio; poder es la capacidad que se tiene para influir, condicionar y determinar el comportamiento del otro, la relación típica de ello es la de gobernantes y gobernados y el sustento del poder en esta relación en última instancia es la fuerza. Pero si bien ésta es condición necesaria, no es suficiente, para esto se requiere que su uso sea avalado con la aceptación de los hombres del grupo donde se ejerce, otorgándole así, legitimidad. Toda acción política es social ya que siempre es interindividual y grupal.
El proceso histórico dio lugar a la separación de la esfera de lo religioso tal como sucedió en la Edad Media, como en la esfera de la economía en el período moderno, dándose una autonomía de lo político como actividad sustantiva.
El caso de la moral y la política, según Bobbio, es presentado con toda claridad por Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, sobre todo cuando sostiene el principio de que el fin justifica los medios.
Frente a la relación entre política y ética, el autor considera que si bien ésta es una disyuntiva siempre planteada por diferentes actores e intelectuales, es un problema no resuelto, tal como lo dice su comentador Fernández Santillán, ya que si bien la moral siempre se refiere al acto y conciencia individual, la política es la relación con los otros.
En el ámbito de la ética, existe un interesante tópico: el de la relación entre los medios y los fines del acto moral, de la conducta de los hombres.
De acuerdo con Bobbio, en la historia de la relación entre ética y política, se han dado diferentes posiciones: quienes opinan como Maquiavelo que el fin justifica los medios, sosteniendo la amoralidad de la política; pasando por la teoría de la Razón de Estado, en donde a los gobernantes se les permiten situaciones de excepción moral en determinadas circunstancias, o la tesis de Hegel de la jerarquía de los órdenes normativos donde la moral de lo colectivo (política) es superior a la moral de lo individual; o la de el pensador Italiano Benedetto Croce que afirma que la moral del político está sujeta a los objetivos de su profesión que es la de velar por el orden publico y el bien común y por lo tanto cualquier acción bajo estos términos no viola ningún ordenamiento moral abstracto.
Max Weber concibe la existencia de dos éticas: la de convicción y la de la responsabilidad. La primera se guía por los principios y la segunda por las consecuencias. El aspecto nodal del problema entre ética y política, para él, es que el político se rige por la ética de la responsabilidad. Sin embargo, acota que en realidad la relación debe estar en el equilibrio entre los principios y las consecuencias, de no ser así, si el político se guiara sólo por los principios, caería en el fanatismo y la intolerancia, y si sólo se orientara por los resultados, sin tomar en cuenta los principios, llegaría a posiciones cínicas. Las cualidades morales del político serían, de acuerdo con ello, la prudencia y la sensatez.
La conducta política de Bobbio se maneja sobre los principios de la concepción que él denomina liberal-socialismo en lo que Fernández Santillán define como "la competencia con la cooperación, los derechos individuales con los derechos sociales... una fórmula que al fin de cuentas trata de lograr la más amplia libertad personal con la mayor justicia social". ...deseable, pero no practicable inmediatamente y repite, parafraseando a Weber "lo posible jamás hubiera sido alcanzado sino se hubiese intentado una y otra vez lo imposible" (p. 52)
En el libro, a la par de exponer y explicar lo mencionado sobre ética y política, están sus posiciones sobre revolución y reforma; sobre orden y anarquía; y el papel de la cultura y los intelectuales a quienes les da el rol de conciencia social, cuya profesión debe ser guiada por el valor moral de la verdad.
Por la riqueza de ideas, la influencia de sus conceptos y el optimismo prevaleciente, el texto constituye una lectura necesaria, para aproximarnos a dialogar con un intelectual, de quien se puede disentir, pero nunca ignorar.
*Norberto Bobbio: el filósofo y la Política (antología). Estudio preliminar y compilación de José Fernández Santillán, México, FCE, 1997, 516 pp.