María de Refugio Silva Fuentes
Asesora de la UPN 094
El día 9 de julio del presente se efectuó la Ceremonia de Graduación de la Generación 2000-2004 de la Licenciatura en Educación Plan 1994 en el auditorio «Lauro Aguirre» de la Unidad Ajusco de la UPN, en este emotivo acto, la profra. María del Refugio Silva Fuentes fue quien en representación del personal de la Unidad 094 de esta universidad, expresó el siguiente mensaje:
Respetables autoridades de la Universidad Pedagógica que presiden este acto, queridos compañeros de la Unidad 094, estimados alumnos que terminan sus estudios y personas que los acompañan en esta mañana tan especial… ¡buenos días!
Me es grato venir a expresar un mensaje que tiene como encomienda, dos puntos, el esencial, felicitarlos por alcanzar su meta propuesta deseándoles, en nombre del personal de la Unidad 094, el mejor de los éxitos en su porvenir.
El segundo, recordarles que la tarea educativa está en vuestras manos, que no podemos quedarnos con la sola frase «Felicidades por esta etapa de estudios terminados, les deseamos éxito y bienestar en el futuro» y ¿saben porqué?... porque en estos tiempos, cabe señalar, que se requiere de grandes educadores que inspiren y orienten el nuevo rumbo de la sociedad actual, que comparte preocupaciones, problemas de supervivencia y la crisis de todas las instituciones humanas como la familia, las iglesias, las organizaciones políticas, la educación y hasta la relación de pareja.
Ante este panorama dice el maestro, Daniel Cázares, es urgente regresar a las bases de la convivencia humana para crear una cultura que de a luz un mundo de paz, de justicia y solidaridad.
Asimismo es indispensable tener presente los fundamentos del aprendizaje humano y la sabiduría, contenidos en la experiencia educativa de los grandes maestros del pasado y de ahora. El siglo XXI nos presenta el reto de redefinir los valores de la familia, de la escuela y de las organizaciones y transformar las estrategias y tácticas educativas para responder a las necesidades de esta nueva era, caracterizada por los cambios profundos y acelerados de un mundo globalizado.
Hoy la Universidad Pedagógica se regocija y vive con alegría estos instantes de satisfacción que tú alumno-maestro sientes al concluir esta tarea.
Hoy, el personal de la Unidad 094, desde académicos, directivos y trabajadores de apoyo nos hacemos presentes para decirles en una sola voz, Felicidades, lo han logrado, estás llegando al término de la carrera.
A tí, maestro, profesor o educador que trazaste un camino a seguir y que tú mismo te propusiste a tu ingreso en esta casa de estudios al ir tras la búsqueda del conocimiento, del entendimiento y comprensión que te ayudara en lo que, posiblemente sucedía al interior del aula de tu quehacer cotidiano, hoy sales ya con otros pensamientos, con otros conocimientos, con nuevas ideas para realizar el trabajo educativo en donde se requiere además de todo esto, conocer al niño, al adolescente y hasta al adulto, saber desde sus fantasías hasta sus necesidades y preocupaciones y es precisamente por eso que se confían en la sabiduría del «MAESTRO», en la comprensión del adulto maduro, en el entendimiento de un ser racional, comprensivo, afectuoso, en una palabra, en un ser humano que con esa grandiosa misión sabrá conducirlos y hacerlos pasar de las tinieblas a la luz, porque la ciencia no se aprende de la manera que ciertas gentes pretenden. Se jactan de poder hacerla entrar en un alma donde no existe, del mismo modo en que se volvería la vista a un ciego.
Cada quien tiene en su alma la facultad de aprender mediante un órgano destinado a este fin; que todo el secreto consiste en llevar este órgano, y con él el alma toda, de lo que nace a la vista a la contemplación de lo que es, hasta que pueda fijar la mirada en lo más luminoso que hay en el ser mismo, es decir, en el bien, como nos ilustra el gran filósofo Platón al definir que una educación buena es la que puede dar al cuerpo y al alma toda la belleza y toda la perfección de que son susceptibles.
Así como este Pensamiento de Platón existen otros, tanto de filósofos como de pedagogos, educadores y grandes pensadores pero me detengo con Froebel, gran educador y creador de los mundialmente conocidos «Jardines de la infancia» donde se inicia la educación de los niños de una manera diferente a lo establecido hasta entonces.
La finalidad de la educación es suscitar las energías del hombre como ser progresivamente consciente, pensante e inteligente, ayudarle a manifestar con toda pureza y perfección, con espontaneidad y conciencia, su ley interior, lo divino que hay en él: en eso consiste la educación del hombre.
El arte de la educación consiste en la libre aplicación de ese conocimiento, de esa reflexión, de ese saber, a la formación e inmediato desarrollo de seres racionales, preparándolos para realizar su destino.
El propósito de la universidad es lograr la enseñanza superior que consiste en dos cosas:
Una, en la enseñanza intelectual de la profesión educativa y la otra, en la investigación científica y la preparación de futuros investigadores en el campo de la educación .y creemos firmemente en que ustedes se llevan esos aprendizajes Además, en la universidad se cultiva la ciencia misma, se investiga y se enseña a ello, se ven juntas y fundidas dos tareas que sabemos son de gran utilidad en el campo de la educación.
Un aspecto de extraordinaria importancia en el trabajo educativo consiste en que debe ser incuestionablemente útil. Estamos obligados a educar al ciudadano que nuestra sociedad necesita, debemos hablar no sólo sobre la formación profesional de la nueva generación sino sobre la educación de un nuevo tipo de conducta, de los caracteres y conjuntos de rasgos de la personalidad que precisamente se necesitan en esta nueva era del siglo XXI.
Como su «alma mater» que es la U P N, se está en la obligación de hacerles sentir a cada uno y cada una de ustedes, el deber de contribuir en la formación de las futuras generaciones y reflexionar en una frase tan común …» qué mundo les vas a dejar a tus hijos», sino más bien, pensar « qué hijos les vas a dejar a este mundo.
En la sociedad actual, el hombre se convierte en el «homo consumens», el consumidor total cuya única finalidad es tener más y usar más, el hombre como engranaje de una máquina de producción, se vuelve una cosa y deja de ser humano pensaba Fromm desde 1970.
¿Cómo rescatar a ese hombre-cosa hacia una nueva civilización ?... junto con los pensadores yo diría que con un modelo que:
Influya en la cultura de las comunidades y los países, dejando atrás el pensamiento de que la educación se limita a la transmisión de conceptos y técnicas, cuando su fin fundamental es la formación del ser y la enseñanza para aprender a aprender, aprender a convivir, aprender a respetar la naturaleza, la diversidad y las costumbres de las comunidades.
La escuela y la universidad tienen el privilegio de contribuir conjuntamente con la familia, en la educación inicial de los estudiantes, en un mundo en el cual la información que se aprende es perecedera y es lo único que puede dar seguridad y permanencia en el desarrollo integral de las habilidades del pensar, de las relaciones humanas, del autoconocimiento, del autocontrol y de hacer propios la belleza y la búsqueda de la verdad.
La escuela no es solamente el recinto dentro del cual se enseña, sino que es el lugar adecuado para la reflexión, la investigación, el diálogo con la experiencia y el aprendizaje.
El educador del siglo XXI debe conducir al alumno a alcanzar un aprendizaje significativo es decir, ayudarle a que él mismo asimile lo aprendido, que lo haga propio y lo integre a su persona y a su vida. El aprendizaje significativo es el que se entreteje con cada aspecto de la existencia del individuo. No dejar que el hombre por ser social, siempre esté fuera de sí pues no sabe vivir más que en la opinión de los demás y de ese único juicio deduce el sentimiento de su propia existencia, se encuentra en definitiva dice Rouseau, preguntando siempre a los demás lo que es y no atreviéndose a preguntarse a sí mismo en medio de tanta filosofía, de humanidad, de cortesía y máximas sublimes, no teniendo otra cosa que un exterior superficial y engañoso, «honor sin virtud, razón sin sabiduría y placer sin felicidad» .
Desde la infancia enseñar al alumno, a partir de los conocimientos, para que tengan la oportunidad de hacer propia la verdad abstracta y palpar con los sentidos, tocar con la inteligencia y visualizar con la experiencia las aplicaciones y las posibilidades que les ofrecen las ciencias y las disciplinas humanas para enriquecer su vida personal.
Hay que lograr el domino personal, tú educador, maestro o profesor tened siempre presente que la base de toda profesión, de todo oficio, de toda vida que ha logrado la autorrealización es el dominio de uno mismo.
¡Enhorabuena!... Felicidades.
Ajusco, viernes por la mañana. Julio 09 del 2004.
Articulo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 D.F. Centro, México. Se permite su uso citando la fuente. Dirección u094.upnvirtual.edu.mx