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¡No te hagas rosca!

Mónica del Valle Béjar

Asesora de la Unidad 094

Introducción

Estamos a unos días de que celebremos la clásica tamalada de la Candelaria, cuando aquél que le «salió» el «muñeco» en la Rosca, por tradición, tiene que dar tamales; pero, ¿Cuándo o donde se inserta esta costumbre?, ¿Por qué decimos o hablamos del puente de Guadalupe - Reyes?, ¿Qué tienen que ver los tamales con los Reyes Magos?, ¿Por qué algunos dicen «no te hagas rosca con la Rosca»?

Los Reyes Magos

Para los mexicanos es muy común hablar de los Reyes Magos; pero ¿quiénes eran?

El Nuevo Testamento menciona que cuando Cristo nació en Belén lo visitaron unos magos de Oriente, posiblemente sacerdotes persas o medos, que pertenecían a una casta muy cerrada, de carácter austero y disciplina, que le ofrecieron regalos. Estos sacerdotes estudiaban magia, astrología, el curso de los astros, el significado de los sueños, conservaban el fuego sagrado, curaban, predecían el futuro, por eso se les consideraban magos.(1)

Según la leyenda, fueron a Belén montados en un camello, un caballo y un elefante cargados de tesoros, recorrieron el camino guiados por una estrella, que según Juan Kepler, era una conjunción de los planetas Marte, Júpiter y Saturno, por ello su intensidad, otros piensan que era el cometa que hoy conocemos con el nombre de Halley.

Además de la interrogante de la estrella, también es el número de los Reyes, pues a lo largo de los años, se han mencionado, 2, 4, 6 y hasta 12, ya sea por los contenidos mágico-religiosos, por la representación de las razas más importantes (Gaspar, semita, Melchor, ario y Baltasar, camita) o por simbolizar las tres edades del hombre: juventud, madurez y vejez.

Fueron descritos por Beda el Venerable, un sacerdote inglés de los años 673 a 735 y por el viajero veneciano Marco Polo. (2)

Actualmente no se sabe donde yacen sus restos mortales, sobre el tesoro que los Reyes Magos le llevaron al Niño, la conseja popular dice que desde el siglo IV se encuentra en el Monte Athos, cerca de Tracia en Grecia.

Tradiciones mexicanas

Epifanía

El 6 de enero, la Iglesia católica celebra la Epifanía o también llamada Adoración de los Reyes, ya que se conmemora la aparición o manifestación de la divinidad.(3)

Según la narración de San Mateo, los Reyes al llegar al pesebre le ofrecieron sus dones: oro, incienso y mirra. Por ser esta celebración un aspecto medular en la liturgia católica, los misioneros tuvieron cuidado con arraigarla en la conciencia de los mexicanos; así, para hacerla más atractiva, participaron a los creyentes –simbólicamente- de los dones ofrecidos por los Reyes Magos a Jesús.

Según la costumbre se ofrecen y reciben regalos, principalmente a los niños, quienes con el tiempo pidieron –mediante una carta- el juguete deseado al Rey Mago de su preferencia o a los tres.

Por ser la Epifanía una fiesta importante, desde antiguo, las comunidades o familias celebraban con una merienda en la cual se partía un gran bizcocho o pastel, según algunas fuentes era una costumbre romana que la Iglesia unió a la celebración de la Epifanía.

Durante la Edad Media el bizcocho o Rosca de Reyes ya formaba parte de la merienda de la Epifanía.

De España vino a México esta tradición en los primeros años del virreinato, la merienda de los Santos Reyes se hizo tradicional, lo mismo que la rosca, la cual se acompañaba con chocolate.

Aunque el nombre de rosca, indica que debe ser redonda, en México tiene forma oval, tal vez por que al aumentar el número de invitados se fue agrandando y hacerla ovalada. Para vestirla de lujo, se cubre con frutas curtidas como higos, membrillos y cerezas.

No es fácil precisar cuando se inició la costumbre de esconder en la masa de la rosca al niño Dios de porcelana. Quien se la encontraba estaba obligado espiritualmente a presentar al niño dios del nacimiento de la casa en la iglesia cercana el 2 de febrero, el día de la Candelaria. Según Sebastián Verti, en algunas partes de la República, se esconde un anillo que significa matrimonio próximo y un dedal que vaticina anual soltería.

La rosca de Reyes

La costumbre de «partir la Rosca» se inició hace 500 años; llegó de España, que a su vez la había recibido de Francia, donde se empezó a conmemorar la llegada de los Reyes Magos durante la baja Edad Media.4 Ya en el siglo XIV, en la corte de Navarra se partía, ese día, un pastel que contenía un haba, a quien le tocara se le proclamaba Rey del Haba y recibía homenajes y regalos durante un año.

Al llegar a México, dentro de la rosca se colocaba un haba, símbolo de la realeza del Niño Dios; al cortar la rosca, quien se encontraba el haba se convertía en el rey de la reunión y en compadre de quien ofrecía la merienda.

A mediados del siglo XIX, en la merienda del 6 de enero se llevaba a cabo la rifa de los compadres. Donde se conformaban parejas; además, como parte del rito se cortaba un trozo de la rosca y se regalaba a la primera persona necesitada que pasara a esa casa.

Pasando el tiempo se modificó la tradición; el haba fue sustituida por un muñequito de porcelana y después por uno de plástico, nadie se vuelve compadre de nadie, ni se le obsequia un pedazo de rosca a ningún necesitado.

En cambio, lo que se ha instituido como obligación es, que quien saque el muñeco, invita los tamales el día de la Candelaria, que es el término de la cuarentena de la Virgen Maria.

En la celebración familiar, la Rosca participa en la merienda «En la pasada noche del 6 de enero, el cuchillo bajó lenta y suavemente, rompiendo el crujiente dorado de la esponjosa Rosca de Reyes cubierta de azúcar y frutas secas. De pronto ¡zas! Se atoró y no bajó más. Insistir fue inútil. El que cortó le «atinó» al Niñito y ya ni modo: será el padrino del Niño el 2 de febrero en la Fiesta de la Candelaria, destino que aceptó con resignadas risas y la promesa de cumplir la obligación contraída.(5)

Simbología de la rosca

Su forma semi ovalada representa el cielo y la eternidad, el muñequito de plástico al Niño Dios, la harina de trigo cocida con el que hacen la rosca, se relaciona con el pan de comunión, con lo sagrado.

En memoria de los regalos que los Reyes Magos obsequiaron, se regalan a los niños la noche de la víspera del 6 de enero. Pero, para que este milagro se realice, es necesaria una carta que se manda al cielo, además de colocar un zapato a un lado del nacimiento.

El zapato, en las tradiciones occidentales significa un viaje que se va a emprender, es el símbolo del viajero.

El día de la Candelaria

El 2 de febrero se celebra la purificación de la Virgen Maria que, según el Levítico, Yahvé indicó a Moisés que cuando una mujer tenga un hijo será impura durante siete días, al octavo día será circuncidado, pero la mujer todavía se quedará en casa otros 33 días en proceso de purificación, no tocará nada santo, ni irá al santuario. En cambio si da a luz un niña será impura dos semanas y se quedará en casa sesenta y seis días. Después presentará al recién nacido al sacerdote con animales para el Holocausto y el sacerdote hará por la madre la expiación y será pura de sangre otra vez. Por eso se conmemora la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.

Estas festividades se realizan desde el siglo IV y se extendieron a todo el Medio Oriente; cuando llegaron a Roma se le añadió la letanía, procesiones cantadas. En el siglo IX se le agregó la ceremonia de la Bendición de las Candelas que servían para auxiliar a los moribundos y para librarse de los peligros del rayo, el trueno y de las tentaciones del demonio.

En México el día de la Candelaria se celebra desde el inicio de la Colonia, pero son escasos los testimonios, hasta una nota de 1792.

Actualmente, esas celebraciones tienen otras características, dependiendo de la región. En la ciudad de México, se presenta el niño dios a la Iglesia, por lo que lo engalanan con un ropón, se le lleva a oír misa el 2 de febrero para recibir la bendición. Inmediatamente después se le entrega a su dueño, que lo pone en una sillita, dentro de un nicho especial, donde permanecerá todo el año, con una veladora encendida para «alumbrarlo», o bien, puede vestir al niño de la rosca y obsequiarlo sin ceremonias. Esto acompañado de una fiesta.

Asociado a esta fiesta está el tamal, sobre el cual dice una antigua cuarteta:

El tamal que me mandaste,
Aunque yo no se con quién,
No es-tamal, porque está bien,
Y está bien porque es-ta-mal.

El tamal se asocia con nuestro pasado prehispánico y el 2 de febrero coincide con el onceavo día del primer mes del calendario mexica, cuando se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún.

El 2 de febrero culmina el ciclo de las fiestas navideñas que iniciamos con las posadas y la colocación del nacimiento. Este día se levantan los nacimientos.

Notas

1.- Sonia C. Iglesias y Cabrera, Navidades mexicanas, México, CONACULTA, 2001, p. 218.

2.- Ibidem, páginas 221 a 222.

3.- Sebastián Verti, El libro clásico de la Navidad en México. Costumbres y tradiciones de nuestro pueblo, México, Editorial Diana, 1998, p. 234.

4.- Véase Luis Weckman, La herencia medieval de México.

5.- Ibidem, p. 257.

Articulo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 D.F. Centro, México. Se permite su uso citando la fuente. Dirección u094.upnvirtual.edu.mx