El libro de tu vida

Luis Felipe Ortiz Gómez
Asesor de la Unidad UPN 094

El día de tu nacimiento, cuando sólo sabías llorar, recibiste mil besos y caricias, pero también un libro con las hojas en blanco, sin estrenar, ¡El libro de tu vida!

Desde aquel instante comenzaste a escribir la historia de tu vida. Ya llevas varias páginas ¿Qué has escrito en ellas hasta ahora? Cabe señalar que a veces escribimos y escribimos y nunca jamás nos atrevemos a hojear las páginas escritas. Pero se recomienda que tomes el libro de tu vida y repásalo tan solo unos minutos.

Tal vez encuentres capítulos o páginas que te gustaría besar, algunas escenas que te harán llorar, y al abrir alguna página amarilla o reciente, te entrarán ganas de arrancarla. Es probable que las veas negra con salpicadura de tinta. Pilatos nos diría: ¡Lo escrito, amigo, escrito está! Tú lo has escrito con tu puño y letra, no lo has escrito con tinta de una pluma cualquiera, sino con la tinta de tu libertad. Si el tan afamado Don Miguel de Cervantes Saavedra decía: «Porque veo al final de mi duro camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino», es decir, nadie es responsable de nuestros actos sino nosotros mismos. Pero se recomienda que no intentes arrancar esas páginas, pide perdón si cometiste un error, para que así se borren todos tus garabatos y puedas continuar escribiendo tu historia mejor que ayer.

Debemos reflexionar y preguntarnos a nosotros mismos: ¿Por qué no almacenar el libro de nuestra vida entre los mejores del mundo? Te invito, exhorto y te recomiendo que aproveches tu tinta porque tarde o temprano se te va a acabar, y ¡no se venden repuestos ni en los kioscos, en los supermercados, en las librerías, en los tianguis!, y además no hay entregas a domicilio.

Como sabemos, la vida es una y se vive una sola vez. La muerte cerrará finalmente nuestro libro. Si has escrito bien en la historia de tu libro, tu vida, profesión, tu trabajo, tu labor social, es probable que finalmente alguien pida tu libro, alguien lo lea o lo pase en vídeo como las aventuras.

Todos somos arquitectos de nuestro propio destino, así es que al terminar esta lectura si no estás satisfecho con lo que has escrito hasta ahora en tu libro, ¡borrón y cuenta nueva! Te invito a que comiences a escribir tu libro, y ocupa una buena parte para escribir tu historia en el capítulo del triunfo.

¿Pero, qué podemos escribir en ese capítulo? Muchas, pero muchas cosas. Sin embargo, te recomiendo que empieces por reconocerte a ti mismo. Procura llegar a viejo sin dejar de ser joven. Cuando tengas, no hagas alarde de ello y cuando no tengas evita inspirar compasión.

Trata siempre de obtener todo lo que quieras, desees o aspires por tu propio esfuerzo. No seas metódico, ni amante de las costumbres. La única costumbre que debemos adquirir es la de no tener ninguna.

Procura siempre el ser respetuoso con todos, sociable con pocos, amigo de algunos y enemigo de nadie. Haz todo lo posible por caminar en la vida con la cabeza alta, lo que sólo se puede lograr cuando no hayamos hecho algo malo, atentado contra algún amigo, conocido, vecino o compañero de trabajo.

Ten siempre presente que es más difícil resistir el triunfo que soportar la derrota, si consideras que alguien vale más que tú, no olvides en hacer los esfuerzos necesarios no sólo para igualarlo, sino en superarlo.

Además, recuerda siempre que para lograrlo deberás ser persistente, constante, capaz de dar y seguir proyectando y no dormites en el placer infinito del mañana, de no decir: ¡no puedo!, ¡no me lo enseñaron! Un triunfador debe sentirse comprometido consigo mismo, con su pareja, con su familia, con su trabajo, con su país, y sobre todo tener fe, y así sentir la maravillosa experiencia de ir venciendo todos los retos, y cada día que amanece con el sol resplandeciente o nublado, no olvidar nuestro deseo de ser mejores y no perdamos de vista jamás que: ¡a mayores retos, más grandes victorias!

Pero, no olvides que en el libro de tu vida sólo hay un autor, tú mismo, quizá haya capítulos en los que compartiste momentos e historia con otros, y que lo que haz escrito hasta ahora haya tenido la influencia de otros autores, pero no debemos perder de vista: «Caminante no hay camino, se hace camino al andar, si al andar se hace camino al volver la vista atrás se ve la senda querida que no se volverá a pisar», y lo hecho, hecho está.

Pero nuevamente insisto, si hasta ahora estás satisfecho con lo escrito en el libro de tu vida, debes felicitarte sinceramente, en caso contrario, te invito a que reflexiones, aún estás a tiempo de iniciar un nuevo capítulo, en donde alcances el triunfo, sin perder de vista que debes evitar utilizar palabras como: conformismo, pereza, no puedo, imposible, no deseo; asimismo, recurrir a textos relacionados con el robo, chantaje, mentira, envidia, deshonra, engaño, por mencionar algunos.

Por otra parte selecciona muy bien a quienes quieres que te acompañen en el libro de tu vida, ya que dice un dicho: «dime con quien andas y te diré quien eres». Tenemos que ser muy cuidadosos al seleccionar a nuestros amigos, situación para la que no fuimos educados, solo sabemos que hay simpatía, después empatía y más adelante amistad o amor. Hay que evitar que en nuestras páginas aparezcan los perezosos, los aprovechados, los rateros, los que tienen la tendencia al alcoholismo y/o drogadicción. En cambio debemos de aparecer en nuestras páginas junto a los honrados, trabajadores, honestos, estudiosos, inteligentes, respetuosos y todo individuo que en el libro de su vida haya escrito páginas maravillosas, ya que primero debemos seguir el ejemplo de toda persona que consideremos grandiosa y más adelante tratar de superarlo.

Así espero que sea «el libro de tu vida».