G. Lourdes Mondragón Pedrero
Asesora de la Unidad 094, Centro
El presente trabajo da continuidad al análisis de los contenidos temáticos del Módulo I El niño y su contexto del diplomado «El enfoque globalizador en la enseñanza de las ciencias naturales en Preescolar y Primaria» que se imparte en la Unidad UPN 094 D.F. Centro. Aquí, se presenta el fundamento de las ideas Piagetanas sobre el desarrollo del pensamiento infantil.
Piaget inicia, en los años veinte, una serie de investigaciones sobre el pensamiento infantil, que cambiaron sustancialmente nuestra perspectiva sobre el desarrollo del niño y permitieron conocer muchos planteamientos hasta entonces desconocidos. Por esta época se habían popularizado los tests de inteligencia, pruebas que permitían señalar o situar un nivel de desarrollo en el niño. Piaget, que al terminar sus estudios de biología se dirigió a París para formarse en psicología, le encargan aplicar tests ingleses a niños franceses, para ver si se encontraban en el mismo nivel, observó que los chicos fallaban sistemáticamente en los mismos problemas y parecían encontrar los mismos obstáculos. Entonces trató de averiguar no el número de niños que resolvían los problemas y a que edades se daba, sino «por qué no los resolvían».
¿Pero cómo pudo estudiar esto?, La forma más directa que se le ocurrió fue la de preguntar a los niños sobre sus dificultades y plantearles problemas en torno a la pregunta, todo ello dentro de una conversación abierta en la que trataba de seguir el curso su pensamiento. Y así a medida que el niño iba explicando sus carencias o la forma de resolver el problema y lo justificaba, el investigador creaba hipótesis sobre lo que el niño decía, las cuales le llevaban a formular otras preguntas nuevas y plantearles contradicciones con sus propias creencias, para ver como las resolvía.
A ese método le denominó «clínico» y después crítico, mediante el cual usaba la manera verbal en conversaciones con el niño. (Este asunto lo comentó en su Autobiografía, en 1966, en donde explica que llega a la instrumentación de dicho método, producto del accidente o el azar)
Tras haber cursado estudios en Bleurer Zúrich, llega a París en 1919, donde radica por dos años y tiene contacto con el Doctor Simón y Binet creadores de los primeros tests de inteligencia, de amplia utilización y quienes les propone estandarizar los estudios de razonamiento de Burt, hechos con niños de París, los cuales se basaban en indicadores sobre número de éxitos y fracasos. Piaget describe así su razonamiento: «... desde los primeros interrogatorios, resulta más interesante descubrir las razones de los fracasos...», por lo que inicia, con los sujetos, conversaciones del tipo del interrogatorio clínico, con el fin de descubrir algo sobre los procesos de razonamiento que estaban detrás de sus respuestas incorrectas y con un interés especial sobre los que se escondían en las respuestas incorrectas.
Piaget descubre, con asombro, que los razonamientos más simples, que implicaban la inclusión de una parte en el todo o el encadenamiento de relaciones, o también la «multiplicación» de clases, es decir, encontrar la parte común de dos entidades, presentaba en los niños normales hasta los once años de edad, dificultades insospechadas para el adulto. (Piaget, 1966, p.p. 136-137).
De este modo Piaget inició inicio un método basado en conversaciones abiertas con los niños, tratando de seguir el curso de su pensamiento. Piaget, no pretendía simplemente contar el número de sujetos que respondían de forma correcta, sino indagar las justificaciones que daban a sus respuestas los niños. Este fue el comienzo del método clínico, el cual plantea en 1923, en su libro El Lenguaje y el Pensamiento en el Niño, y en 1924 en El Juicio y Razonamiento del Niño. Cabe señalar, que su utilización más sistemática la da a conocer en su obra de 1926, La Representación del Mundo en el Niño, en cuya introducción, titulada los problemas y los métodos, discute el método de investigación que ha empleado para conocer las concepciones infantiles sobre el mundo.
Piaget señala que en la entrevista clínica pudo encontrar cinco tipos de respuestas, que es importante distinguir, pues tienen un valor desigual en el pensamiento del niño. Los cinco tipos de respuestas son:
1) Respuestas espontáneas; las que estaban basadas en lo que Piaget denomina creencias espontáneas o las que el niño poseía sin intervención del entrevistador o el adulto.
2) Respuestas desencadenadas; aquellas que se generaban en el interrogatorio, pero que eran producto de una elaboración por parte del sujeto y estaban de acuerdo con el resto de su pensamiento.
3) Respuestas fabuladas; (también llamadas fabulación) consistían en historias creadas por el niño a lo largo de la entrevista.
4) Respuestas no impotaquistas; con las cuales el sujeto contestaba cualquier cosa, posiblemente para librarse del entrevistador, y no se daba ningún tipo de elaboración.
5) La perseveración; se refiere a las respuestas que el niño conocía, y contestaba sin el menor esfuerzo.
Piaget señala que no siempre resulta fácil distinguir éstos cinco tipos de respuestas, se requiere de entrenamiento y paciencia. Las respuestas espontáneas y desencadenadas resultan difíciles de diferenciar, sólo la observación puede hacerlo. Si el niño produce esas respuestas, o realiza preguntas de ese tipo en forma espontánea, entonces podemos pensar que se trata de una creencia bien arraigada. De todas formas esta distinción no es tan importante, ya que tanto valor tiene una como la otra, con la única diferencia de que las espontáneas forman parte del repertorio habitual de creencias del niño de una determinada edad, mientras que las otras constituyen una solución a un problema que le planteamos, y que podían no haberle surgido anteriormente; ambas ponen igualmente de manifiesto la aplicación de herramientas mentales que posee el niño.
La diferencia entre creencia sugerida y el no importaquismo es, según Piaget, relativamente sencilla; la creencia sugerida es esencialmente momentánea y mediante la contrasugerencia suele desaparecer. Piaget dice, que la creencia sugerida constituye un «parásito» en el pensamiento del sujeto, y éste tiende por sí mismo a desembarazarse de este cuerpo extraño. En algunos sujetos, como el niño, es particularmente difícil, ya que mientras más pequeño se es, se puede ser objeto fácil de la sugestión. Es importante decir que la creencia sugerida no guarda conexión alguna con las creencias propias del niño y de otros de la misma edad y del mismo medio. Por ello, se puede profundizar en la respuesta «sospechosa» para ver si tiene o no raíces sólidas al variar el enunciado de las preguntas.
El no importaquismo es todavía más inestable y puede detectarse mediante el análisis de la conducta general del niño, y su interés en el interrogatorio.
La fabulación, en cambio, es mucho más coherente y mucho más persistente, de tal manera que el niño puede seguir inventando una historia. Tiene relación con la tendencia de los niños pequeños a utilizar la fantasía sin distinguirla claramente de la realidad. Hay que señalar que las respuestas de fabulación no son frecuentes en los niños a partir de los siete años de edad y sobre todo en los niños de nuestros días, ya que, éstos distinguen e identifican la fantasía de la realidad durante un intercambio verbal en la escuela; es más probable que sí se produzca la fabulación en una situación de juego simbólico en la propia casa del niño, en la cual éste puede tener la libertad de inventar historias.
La fabulación tiene un carácter individual y es éste, el que le permite su identificación, comparándolo con las respuestas de otros niños de la misma edad. Como consecuencia de lo anterior, se puede pensar que incluso en la fabulación se distinguen rasgos del pensamiento del niño. Piaget señala también que en caso de que se trate de fabulación, la respuesta desaparecerá sin que se den situaciones intermedias, como suele suceder por lo general al paso del tiempo. A la vez señala que la pervivencia de la fabulación, y su lenta desaparición se puede deber a herencia, por lo que se irá limitando en estadios posteriores.
A manera de resumen, en el siguiente cuadro ejemplifico las reacciones observadas en los niños y las reglas prácticas para distinguirlas.
MODELO MENTAL DEL SUJETO
Reacciones observadas en los niños. Cuando responden a las preguntas | Reglas prácticas para distinguirlas |
1.- El no importaquismo: se da cuando la pregunta no importa o interesa al niño, es el tipo de cuestionamiento al que está acostumbrado, no hay trabajo de adaptación, contesta sin importarle qué y cómo lo hace, ni siquiera construye un mito o contesta por librarse del investigador. | 1.- Su respuesta es un punto muerto, carente de ramificaciones, ausente de interés, se detecta al analizar el comportamiento del niño, dado que se muestra apático y con desenfado. |
2.-La fabulación: se manifiesta cuando el niño contesta sin reflexionar, inventando una historia en la que no cree, o en la que cree por simple impulso verbal, posee poca relación con el tema. No son frecuentes estas respuestas y suelen ser de carácter personal. | 2.- Una forma de distinguirle, es comparar su respuesta con la de otros niños, se reconoce en que es mucho más rica y sistematizada, sólo muestran estas representaciones primarias de pensamiento que parecen desaparecer con el tiempo, a medida que el niño se desarrolla. |
3.- Creencia sugerida: cuando se esfuerza por contestar, sólo por responder sin recurrir a su propia reflexión, más bien hace eco a lo que el entrevistador le deja ver, influenciado por éste. | 3.- Es esencialmente momentánea, basta con aplicar una contrasugerencia, no inmediata, ya sea un silencio o preguntar de nuevo de diferente forma. |
4.-La perseveración: Cuando se plantean una serie de preguntas sugeridas, las contestaciones siempre serán las mismas. | 4.- Se formulan las preguntas en un orden diferente o se van rotando. |
5.- Creencia desencadenada o disparada: cuando el niño contesta con reflexión, extrayendo la respuesta de su propio fondo. Esto se logra cuando la pregunta es nueva para él, y la forma en que se presenta le invita a razonar en cierto sentido, sí logra sistematizar su saber, “es un producto original”. Se trata de una respuesta “justa”, como expresión de su pensamiento espontáneo, sin la contaminación del entrevistador. | 5.- Sus respuestas son uniformes, después de la primera respuesta el niño sigue firme, por el mismo camino, creando ramificaciones o articulaciones. |
Una reflexión: el niño no “copia” todo, también elimina y depura una realidad, por lo que pudiera parecer que la “deforma”, sin embargo esto está cargado de originalidad. Mientras más crece el niño, más sugerida es la respuesta.
Puede decirse que la esencia del Método Clínico de Piaget, consiste en la intervención repetida del experimentador ante la actuación y reacción del sujeto durante sus respuestas de ésta manera poder esclarecer el curso de su pensamiento. Hay un sujeto al que se estudia individualmente y se le plantea un problema o una tarea que debe resolver, y mediante la interacción el experimentador trata de analizar una serie de aspectos en la conducta del sujeto y, en la medida que ésta se va produciendo, realiza intervenciones motivadas por su actuación para esclarecer el sentido de lo que el sujeto está haciendo. Supone, que el experimentador se tiene que plantear en cada momento cuál es el significado de la conducta del sujeto y tratar de producir una intervención que ayude a develar su sentido; por ello, la intervención del entrevistador o del dialogante debe ser extremadamente flexible y tener en cuenta lo que el sujeto está expresando.
El método clínico tiende a veces a identificarse con un método de entrevista verbal, que no es otra cosa que conversaciones con el niño. Sí bien resulta cierto, que el primer ámbito en el que Piaget aplicó su método clínico fue al estudio del pensamiento verbal del niño y es quizá donde mayores éxitos obtiene inicialmente, sin embargo, los objetivos son diferentes en uno y otro caso. Piaget nos indica, la existencia de tres tipos de situaciones en que interviene el método clínico:
• La entrevista verbal, en la conversación libre con el niño, siguiendo el curso de sus ideas sobre la explicación de un problema «X».
• La explicación sobre una situación, en la que es necesario modificar una realidad y se mantiene una conversación con el sujeto acerca de lo que está haciendo y por qué lo va haciendo (técnica utilizada por Piaget en el estudio de las operaciones).
• La pura acción del sujeto sin que intervenga el lenguaje (por ejemplo; en la etapa senso- motora)
En todos los casos, las intervenciones del experimentador con el sujeto, y la interacción que entre ellos se origina, puede representarse bajo la forma de un árbol que va tendiendo sucesivas ramificaciones. La intención del experimentador es reconstruir el modelo mental del sujeto, y que es, en esencia, lo que guiará su actuación.
El Método Clínico es muy útil para explorar nuevas regiones del conocimiento de los niños; sin embargo, cuando se trata de un problema o fenómeno ya bien estudiado, en donde resulta importante determinar los factores que afectan, y que, por sus características no pueden ser reproducidos o no es conveniente hacerlo, como la reprobación drogadicción, deserción y otros, puede ser más conveniente, plantearse situaciones experimentales como las de los métodos de investigación «ex post facto» (término que fue introducido por Chapín en 1937, apud Champbell y Stanley,1973: significa después de hecho), mediante los cuales el experimentador se plantea la validación de hipótesis, cuando el fenómeno ya ha sucedido, generalmente se trata de la búsqueda de causas que lo han producido, de forma retrospectiva.
Generalmente el niño, al estar en el interrogatorio, se da perfecta cuenta de que se desea explorar el contenido de su pensamiento y suele esforzarse en contestar de acuerdo a lo que piensa. Él suele sentirse tranquilo frente a éstos eventos, cuando inclusive se le graba o se le filma.
Errores más frecuentes del entrevistador:
La práctica de la entrevista clínica constituye una tarea bastante complicada, sobre todo cuando se es principiante, por lo que pueden cometerse fácilmente errores que es importante tratar de evitar, algunos de ellos son:
• Hablar en exceso, y/o preguntar poco.
• Tener expresiones fuera de lugar o nerviosismo, pueden ocasionar periodos de silencio o si preguntas indeseables por parte del entrevistador.
• No contar con hipótesis de trabajo. Es importante tener objetivos e ideas claras de lo que se va hacer. El que no busca nada, nada encuentra.
• Desconocer la etapa de desarrollo del niño. Se puede inferir a partir de su edad y es un indicador esencial en el desarrollo de la entrevista.
• Sugerir demasiado o forzar las respuestas. Son otros de los errores que se suscitan durante la entrevisto o intercambio verbal, Es el resultado de interpretar las respuestas del niño desde el punto de vista del adulto. También se suele proponer preguntas que no interesan al niño, o sugerir formas de solucionar el problema cuando el entrevistador no logra las respuestas esperadas.
• Tratar de interpretar desde su punto de vista, lo que el niño cree.
• Involucrar expresiones o críticas. Ante las respuestas del niño por muy disparadas que parezcan, no se debe mostrar sorpresa, ni criticarle, pues con ello se coartaría el libre pensamiento del niño. El reforzamiento de las respuestas con expresiones como «muy bien», «me estás contestando muy bien» debe ser empleado en todo tipo de respuestas, aparenten ser o no ser correctas.
El sentido o significado que atribuye a sus respuestas el niño, es más importante que las respuestas en si mismas, es donde uno como maestro debe «jalar» las relaciones y articulaciones que el niño establece. Si se da el caso de que un término le resulte dudoso o de difícil comprensión se debe «redireccionar» el interrogatorio.
Con estos dos artículos espero haber cumplido el cometido de exponer a nuestros lectores algunos planteamientos sobre el cómo construye el niño su concepto de realidad y, la forma en que Piaget nos aporta planteamientos acerca del conocimiento y del pensamiento infantil a través de su Método Clínico.