Fervor
por Borges
Un
acercamiento a la poesía de Jorge Luis Borges
Juan
Guillermo Rios Becerril
Asesor
de la Unidad 094 D. F. Centro
Queda de un hombre lo que hace pensar su nombre y las obras que hacen de ese hombre un signo de admiración, odio o de indiferencia.
P. Valéry
Cuando uno decide, por una u otra razón, leer a Borges y encuentra su rica e infinita literatura, nunca más lo dejará, y lo volverá a leer y siempre al leer y releer encontrará nuevas cosas, nuevos significados y sobre todo, renovados compromisos: La idea que tiene del tiempo, de la adversidad, la visión citadina, la visión campirana; toda la cultura occidental que se concentró y fluyó gracias al manejo de su prosa, de su poesía, de su imaginación abrevada en la erudición que contra todas las adversidades, nunca perdió. Sin embargo, el acercamiento debe ser cuidadoso. Sin querer proponer un anatema, quien decide leer por primera vez a Borges y elige El Aleph, probablemente nunca regrese a sus obras, empero, si elige Ficciones, Historia Universal de la Infamia o su poesía será un lector permanentemente agradecido e incondicional.
Los inicios
Si
bien esto no pretende ser una biografía, de hecho, alguna vez el mismo escritor
expresó que era un ser sin biografía ya que lo único que había hecho en su vida
era escribir, diremos que Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto
de 1899 a los ocho meses de gestación, su padre Jorge Guillermo Borges, hijo
de un argentino y una inglesa, maneja a la perfección el inglés. Borges, igualmente
habla el inglés y el español. A los siete años ya escribe una pequeña obra de
teatro, su venero principal es la biblioteca de su padre, principalmente compuesta
de textos ingleses. Se dice que su primera lectura fue la Enciclopedia Británica.
A los nueve traduce el príncipe feliz de O. Wilde y a los 10 lo publica. Teniendo
el adolescente Jorge Luis 15 años y por una enfermedad hereditaria que le conducirá
a la ceguera total, que le transmitió a su hijo, Jorge Guillermo, el padre,
decide jubilarse y gracias a la fortaleza de la moneda Argentina de ese entonces,
su pensión le alcanza para mudarse a Europa y establecerse en Ginebra, Suiza
en 1915.
Borges el poeta
En Ginebra Borges ingresa a un colegio calvinista en donde aprende latín, francés y alemán, lee a Whitman, Schopenhauer y Meyrink . En 1919, ya terminada la guerra se traslada a España donde en Palma de Mallorca escribe su primer poema: “Himno del Mar”, este poema se arma en versículos, de tal manera que nos hace recordar a Whitman:
Yo he ansiado un himno al Mar con ritmos amplios como las
Olas que gritan;
Del mar cuando el sol en sus aguas cual bandera escarlata flamea;
Del mar cuando besa los pechos dorados de vírgenes playas que
Aguardan sedientas;
Del mar al aullar sus mesnadas, al lanzar sus blasfemias los vientos,
Cuando brilla en las aguas de acero la luna bruñida y sangrienta...
Muchos son los momentos que vive la poesía de Borges con referencias a sus orígenes como es el caso de El Sur, publicado en 1923 como parte del libro Fervor por Buenos Aires en dónde define a un poema:
Desde uno de tus patios haber mirado
Las antiguas estrellas,
Desde el banco de sombras haber mirado
Esas luces dispersas,
Que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
Ni a ordenar las constelaciones,
Haber sentido el círculo del agua en el secreto aljibe,
El olor del jazmín y la madreselva, el silencio del pájaro dormido,
El arco del zaguán, la humedad
-esas cosas, acaso, son el poema
Los favoritos
En una entrevista televisiva le preguntaron al gran autor sobre sus poemas favoritos el contesto dos: El poema de los dones y La luna, ambos del libro El Hacedor (1960). Respecto al primero llegó a escribir Otro poema de los dones, publicado en el libro El otro el mismo, 1964 en dónde si se comparan los versos iniciales de ambos poemas uno puede pensar que el que los ideo es otro, pero es él mismo, veamos:
Nadie rebaje a lagrimas o reproche
Esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnifica ironía
me dio a la vez los libros y la noche...
Y respecto al publicado en 1964:
Gracias quiero dar al divino
Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas
Que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar...
En cuanto a La luna, como para todo gran poeta, el tema es recurrente el incluido en El Hacedor, poema escrito en cuartetas, en donde se hace un tratado de mitología semiótica de este astro. A continuación se transcriben los versos finales:
Yo no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y mas allá de mi literatura.
Se que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
la compleja escritura de esa rara
cosa que somos, numerosa y una.
Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.
Borges publicó, en 1976, un poema también llamado La Luna que dedicó a su último amor: María Kodama:
Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
Que vio el primer Adán. Los largos siglos
de la vigilia humana la han colmado
de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
¿Para que sirve la poesía?
Si bien como alguna vez escribió Borges: No hay ejercicio intelectual que no sea finalmente inútil, en estos tiempos pragmáticos la poesía es el poco alimento espiritual con que contamos, y el que a su vez nos permite soñar que es algo que a nadie le pueden quitar. Borges en 1934 escribió Two english poems, los cuales nunca tradujo, y que según mi punto de vista constituyen un sueño y una muestra de amor. Presentamos el poema dos en su versión original en inglés y una versión traducida por José Emilio Pacheco en 1999:
What can I hold you with?
I offer you lean streets, desperate sunsets, the moon of
the jagged suburbs.
I offer you the bitterness of a man who has looked long
and long at the lonely moon.
I offer you my ancestors, my dead men, the ghosts that
living men have honoured in bronze: my father’s father
killed in the frontier of Buenos Aires, two bullets
through his lungs, bearded and dead, wrapped by his
soldiers in the hide of a cow; my mother’s grandfather
-just twenty four-heading a charge of three hundred
men in Peru, now ghost in vanished horses.
I offer you whatever insight my books may hold, whatever
Manliness or humour my life.
I offer you the loyalty of a man who has never been loyal.
I offer you that kernel of myself that I have saved, somehow
-the central heart that deals not in words, traffics not with
dreams and is untouched by time, by joy, by adversities.
I offer you the memory of a yellow rose seen at sunset,
Years before you were born.
I offer you explanations of yourself, theories about yourself,
authentic and surprising news of yourself.
I can give you my loneliness, my darkness,
the hunger f my heart; I am trying to bribe you with uncertainty,
with danger, with defeat.
¿Con que evitar perderte?
Te ofrezco esbeltas calles, ocasos desesperados, la luna
De los suburbios carcomidos.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado mucho tiempo
La luna solitaria. Te ofrezco mis antepasados, mis muertos
Los espectros que los vivos honraron en mármol: el padre de mi padre
Muerto en la frontera de Buenos Aires, dos balas atravesaron sus pulmones
Barbado y muerto, envuelto por sus soldados en un cuero de vaca; el abuelo
de mi madre- con sólo 24 años- encabezando una carga de
trescientos jinetes en el Perú, ahora fantasmas en caballos desvanecidos.
Te ofrezco cualquier acierto que mis libros puedan encerrar,
Cualquier valor o ingenio que haya en mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco el centro de mi mismo que salvé de algún modo –
El corazón central que no emplea las palabras, no trafica
con sueños y está intocado por el tiempo, la desdicha y el goce.
Te ofrezco el recuerdo de una rosa amarilla ,
vista al ocaso antes de que nacieras.
Te ofrezco explicaciones de ti misma ,
teorías sobre ti misma , auténticas y sorprendentes de noticias de ti misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad,
el hambre de mi corazón. Trato de sobornarte con
la incertidumbre, con el peligro, con la derrota.
El mundo de los supuestos
Como un instinto humano el suponer que pasa algo en lugar de lo que pasó en realidad es un juego que se da y que a muchos les resulta inútil. Borges no lo consideró así y con su erudición creó, recreó y se recreó. ¿Qué hubiera pasado si un Francés hubiese revivido la vida de Cervantes? ¿Hubiera reescrito el Quijote? , supongan que hay una fuente de agua que al beberla te hace inmortal y que ya siéndolo andas buscando otra fuente que te devuelva la mortalidad, ya que te has cansado de no soñar. Borges es Whitman, Emerson, Spinoza. Recrea a todos sus autores que a la vez son compañeros, cómplices y copartícipes de lecturas todas vivas y enriquecedoras.
La obsesión por el infinito
Si
el espacio es infinito estamos en algún punto del espacio y si el tiempo es
infinito también estamos en un punto del tiempo y como las dos dimensiones son
infinitas, nosotros, a su vez, somos infinitos, en ese sentido el principio
y el fin no existen. ¿Qué pasaría si existiera un libro sin principio y sin
fin? Sería, dijo Borges un Libro de Arena (1975). ¿Y que pasaría? Aquel
que lo poseyera y que además lo leyera, perdería cualquier contacto con el exterior.
Perdería amores, relaciones, amistades. Sería esclavo del libro, porque además
tal texto sería un libro encantador. El lector al darse cuenta del embrujo pensaría
en deshacerse del encanto, pero, ¿Cómo?, ¿Cuál sería el lugar ideal para esconder
este cuerpo del delito? De la misma manera que el lugar ideal para esconder
una hoja es un bosque, la mejor manera de esconder un libro es una biblioteca.
A manera de final
Cuando alguna vez le preguntaron a Borges acerca de lo valioso de la literatura o de los literatos, en relación con su obra, él contestó que no era importante escribir un libro o un capítulo o una serie de artículos o de poemas, bastaba con que un párrafo, unas líneas, un verso fuera recordado por generaciones subsecuentes para ser considerado importante. Desde esta perspectiva se hace grande, importante, trascendente, ya que las generaciones presentes y futuras recordarán sus pensamientos, sus ideas, sus versos y sus líneas. Borges es más que importante, seguramente generaciones futuras tendrán presentes más que unas líneas de él.