HERMES PABLO SANDOVAL HERNANDEZ
Asesor de la Unidad UPN 094 D. F. Centro
En el ámbito de las ciencias sociales se considera generalmente a la cultura como una dimensión de la realidad humana; se habla entonces de la política, de lo jurídico, de la educación, de la religión, de las lenguas, del folclor, de la transmisión de valores, entre otros; sin saber demasiado bien lo que ésta representa.
Agustí Nicolau Col y Robert Vachon, citan que la cultura “es un conjunto de creencias, instituciones y prácticas por las que un pueblo o sociedad afirma su presencia en el mundo en el momento dado del espacio y tiempo”.1
Si retomamos a la historia puede citarse que antes de la conquista española existía una diversidad de culturas y lenguas vernáculas, mismas que se fueron extinguiendo por la superioridad e implantación de creencias y formas de vida del conquistador; consecuentemente el lenguaje autóctono se fue sustituyendo por el idioma castellano, elemento fundamental que fungió como modelo unificador y así ser una colonia española más.
Ante tal crueldad de la conquista, la mayoría de los aborígenes sufrieron, no sólo la perdida de su lenguaje y sus tierras, sino también de la libertad, ya que pasaron a desempeñar actividades de servidumbre para los conquistadores, faenas que caían más en la esclavitud.
Si bien es cierto que el gobierno español trató de proteger a los naturales; pero la intención verdadera no era por cuidarlos física y espiritualmente, sino por su posición noble; ya que ellos serían más bien los primeros en conocer cualquier rebelión de los conquistados; consecuencia de esto durante la colonia, se buscó cristianizarlos, así la enseñanza del lenguaje y de la escritura del alfabeto castellano dominó; y la institución adecuada para este proceso castellanizador de indios fue la escuela como socializadora del conocimiento y por otro lado estaba la religión.
Después de alcanzar México su independencia, se inicia con un proyecto educativo de carácter nacionalista, en donde aparece con claridad la preocupación por un lenguaje mexicano, en este caso la lengua española, la cual serviría como símbolo de unidad mexicana, excluyendo así las lenguas indígenas2, ya que la preocupación básica era la unificación nacional. Consecuentemente se deprimió el funcionamiento de las lenguas autóctonas, pues dentro del alma mexicana, la lengua castellana prevalecía como instrumento de identidad e integración de los pueblos mexicanos en todos los aspectos.3
Consecuencia de lo anterior fue que durante el siglo XVI se implementaron los primeros proyectos educativos, en donde los españoles y criollos creían que el indio es lo otro, que más bien sirven para ser manipulados y sojuzgados y son ellos los no-indios quienes sin embargo han tratado de incorporar y reconocer a los indígenas como ciudadanos “iguales” en derechos y obligaciones, por tanto, su educación debería ser igual a los demás, decidiendo lo que es “bueno” para ellos, así la herencia cultural cambia, específicamente el lingüístico, y otros aspectos culturales más.
En cuanto a la dominación cultural se puede apuntar que ésta se realiza por medio de mecanismos diversos, en los que se incluyen los procesos de integración y aculturación; entendiendo a la integración como el proceso de incorporación de elementos étnicos o religiosos desiguales de una determinada población a una sociedad uniforme que proporciona igualdad de oportunidades a todos sus miembros, y a la aculturación, como un procedimiento por el cual el contacto continuo es entre dos o más sociedades diferentes que genera un cambio cultural. Éste proceso puede producirse de dos formas diferentes: el caso en el que las creencias y costumbres de ambos grupos se fusionan en condiciones de igualdad dando lugar a una única cultura y el caso más frecuente en el que una de las sociedades absorbe los esquemas culturales de la otra a través de un sistema de selección y modificación. Este cambio suele producirse a causa de una dominación política o militar que por lo general provoca notables alteraciones psicológicas y una gran inquietud social.4
El término aculturación se utilizó por primera vez en antropología a finales del siglo XIX; después de la II Guerra Mundial, misma que se convirtió en un importante campo de estudio de la antropología aplicada. El proceso por el cual los individuos o los grupos quedan absorbidos y adoptan la cultura dominante.5
Lo anterior deja entrever una vez más que a los indios hay que “educarlos”, por ello la insistencia de varios proyectos educativos “acordes”, muestra de ello se tiene que en 1864 se implementa un proyecto educativo dirigido a los indios de la región de Zongolica, Ver., donde se cita que “el establecimiento de una escuela dará como resultado la abolición de la ignorancia en que viven los indígenas, pues la educación será útil, no nada más para la agricultura, sino en lo sucesivo, ya que cambiará las arraigadas costumbres de los mismos y podrá utilazarse sus servicios en todas las ramas ya que hay mucha falta de brazos en nuestro país”.6
Como resultado de estos procesos de aculturación e integración, se tiene que muchos pueblos autóctonos vivieron y viven situaciones diferentes; tales como: la incorporación de elementos ajenos a los suyos: de organización, religioso, lingüístico, educativo, etc., pues el objetivo principal era y es la conformación de comunidades homogéneas, las cuales tendrían “igualdad” de oportunidades todos sus miembros.
En la actualidad esto sigue siendo sólo una falacia, ya que los no-indios disponen de lo que es “bueno” para nosotros, sin importar si es funcional o no, ya que ellos hablan de la verdad careciendo de la misma, del respeto sin respetar, de la equidad sin darla, de la honestidad sin ser honestos, de la confianza sin tenerla ellos mismos, del apoyo sin darlo, del entendimiento al prójimo sin que esto suceda, de la explotación disfrazada, etc., esto trae por consiguiente la resistencia a la tan anhelada igualdad prevaleciendo en muchos de los casos la fortaleza y conservación de sus elementos culturales; por ello se tiene que:
• Algunas comunidades permanecen aisladas de la “civilización” y tratan de seguir conservando sus propios esquemas socioculturales, políticos, económicos de organización, etc., aún así han dado su aporte al desarrollo a la nación (cultivando la tierra, exportando sus productos, etc.).
• La población que ha sido desindianizada por la fuerza integracionista vive en condiciones inhumanas, en la periferia citadina.
• Los habitantes que han podido dejar su lugar de origen -pueblo- tratan de seguir conservando su cultura, aunque estén dominados por el sistema capitalista, cultural y tecnológico que nos rige y aún siguen siendo los pobres de los más pobres.
Como consecuencia de lo citado en los párrafos anteriores, se tiene que el grupo indígena mixteco ha pretendido conservar sus rasgos culturales, forjando así una defensa de su identidad ejemplo: la creación de un alfabeto mixteco, conformación de comités en defensa de las tradiciones, búsqueda de espacios educativos, actividades de fomento y conservación de los elementos culturales mixtecos dentro y fuera de su comunidad, sólo por citar algunas actividades de rescate cultural.
Cabe precisar que el grupo mixteco tiene presencia en los estados de Oaxaca, Puebla, Guerrero y Baja California, pero hoy sólo me referiré a los oaxaqueños; éstos están distribuidos en tres subgrupos y geográficamente: Mixteca de la Costa, Mixteca Alta y Mixteca Baja; en Baja California, su permanencia fue en determinado momento migratorio y posteriormente se convirtió en definitivo sin olvidar su origen.
Esta disputa ha sido permanente y difícil, tanto como la lucha por conservar y construir nuestra identidad, no sólo mixteca sino la todos, por ello, es imprescindible que el formador de docentes y niños, esté consciente de la importancia de realizar actividades en torno al conocimiento de las diferentes culturas étnicas, y así cumplir realmente con los fundamentos legales establecidos, en el Artículo 3° de la Constitución Mexicana, Artículo 7° Fracción III, IV de la Ley Federal de Educación, así como del Artículo 27 de la OIT en donde se cita que “los servicios destinados a los pueblos interesados deberán desarrollarse y aplicarse en cooperación con estos últimos a fin de responder a sus necesidades particulares, abarcando su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas, sus valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales...”7, cumpliendo con el fomento y desarrollo de la identidad del niño indígena o no, revalorizando la diversidad cultural del país.
Un argumento más que se puede citar es que el propio gobierno cuantifica a los grupos indígenas desde su propia perspectiva citando el número que conforman las etnias existentes en nuestro país y no toman en cuenta lo que investigadores aportan al decir que son mucho más los grupos autóctonos que habitan en México, ejemplo de esto es aquel que cita Agustín Escobar Ledesma en un artículo periodístico, él señala que “existen alrededor de cinco mil idiomas que son utilizados cotidianamente. La India cuenta con sesenta y cinco lenguas vivas, México tiene sesenta y dos y China cincuenta y cuatro”.8
Se podría seguir enumerando aquí una lista interminable de agravios en contra de los diferentes grupos étnicos supervivientes; una muestra es aquella que a la letra dice “... el Arzobispo de México, Antonio Lorenzana y Buitrón, protestará ante Carlos III. Dicho prelado escribió al rey en junio de 1768 acerca de la necesidad de escuelas para enseñar el español a los indios, de modo que pudieran pretender a una plena participación cultural y política...”.9
Obvio es que el proceso de aculturación para los diferentes grupos étnicos ha llegado alcanzar su máxima expresión, pero recordemos que la politización que actualmente han emprendido los diferentes grupos indígenas (los mixtecos, los zapotecos, los choles, los tojolabales, los tzotziles, sólo por citar ejemplos) es con el hecho de ir construyendo una democracia, misma que va dirigida a buscar un cambio justo y distinto, donde se les incorpore como sujetos activos y pensantes comprometidos con su pueblo y dejar de ser objetos pasivos relegados por aquellos que dicen tener la razón.
Por ello es conveniente que en el aspecto pedagógico:
• Se planee, organice y realice proyectos educativos que respondan en realidad a los intereses de los involucrados, estos deberán tomar en cuenta la participación de diversos sectores: psicólogos, antropólogos, sociólogos, pedagogos e indígenas, a fin de que se promueva su cultura y por ende construir proyectos bilingües interculturales.
• Que los programas y los servicios de educación destinados a los pueblos interesados se desarrollen en cooperación con los sujetos interesados a fin de responder a sus necesidades particulares, abarcando su historia, sus conocimientos y técnicas, su sistema de valores y todas sus demás aspiraciones sociales y culturales.
• Que las autoridades competentes aseguren la formación efectiva de los futuros profesores, licenciados y maestros indígenas, así como de aquellos profesionales que actualmente se encuentran laborando en las diversas comunidades y no se caiga más en la improvisación.
• Que se capacite al personal docente en servicio en materia de elaboración y aplicación de los materiales didácticos, tomando como referencia el entorno sociocultural del niño indígena.
• Que por lo menos cada año se evalúe los resultados de los proyectos educativos implementados y con esto ir modificando las problemáticas presentadas y/o suspenderlas, llegando así a la consolidación de un buen proyecto educativo dirigido a las diferentes etnias mexicanas.
• Exigir realmente que se cumplan los fundamentos legales establecidos en el Artículo 3° Constitucional, Ley Federal de Educación y Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en materia educativa y de fomento a las lenguas indígenas, entre otros aspectos.
Lamentablemente, estas consideraciones deben invitar a una verdadera reforma educativa, en donde tengan la participación real y efectiva los actores principales, y así lograr la verdadera contribución en este escenario nacional y con esto modificar las actuales condiciones de subordinación en que viven, los casi 10 millones de indígenas mexicanos.
Finalmente, diré que las diversas instancias de gobierno han suplantado las iniciativas y reformas culturales a los pueblos indios, en la medida que el indio en México ha sido siempre objeto de “atención y preocupación” donde el no-indio las implementa y dirige, pero éstas nunca se convierten en realidades para los mismos.
... Nosotros los indígenas mexicanos hemos pintado esta bandera, con nuestra sangre le pusimos el rojo que la adorna. Con nuestro trabajo cosechamos el fruto que el verde pinta. Con nuestra nobleza blanqueamos su centro. Con nuestra historia el águila devorando una serpiente le pusimos para que México se nombraran el dolor y la esperanza que somos. Nosotros hicimos esta bandera y, sin embargo no tenemos un lugar en ella...10
Pese a todo; no dejaré de ser MIXTECO. Marzo de 2001.
Citas
1.- Agustí Nicolau Col y Robert Vachon “Etnicidad y derecho: un enfoque diatópico y dialogal del estudio y la enseñanza del pluralismo jurídico”. En ETNICIDAD Y DERECHO. Un diálogo postergado entre los científicos sociales. México, UNAM, Cuadernos del Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1996. Pp. 267-290.
2.- Leonel Durán. “Pluralidad y homogeneidad cultural”, en: Rodolfo Stavenhagen y Margarita Nolasco. Política cultural para un país multiétnico. Coloquio sobre problemas educativos y culturales en una sociedad multiétnica. México, Dirección General de Culturas Populares, SEP, 1988. p. 41.
3.- Idem.
4.- Apud. Enciclopedia Microsoft Encarta 99. 1993-1998 Microsoft Corporation.
5.- Idem.
6.- Antonio Gómez Nashiki. “Siglo XIX: Escuelas para indígenas”. En Revista Educación 2001. Año III. No. 45. Febrero de 1999. Pp. 46-49.
7.- INI. Derechos Indígenas. Lectura comentada del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. México. Instituto Nacional Indigenista. 1995. pp. 108-109.
8.- Agustín Escobar Ledesma. “Los Otomíes del semidesierto” en la Jornada (suplemento La Jornada Semanal) Periódico. México, D. F. Miércoles 17 de mayo de 2000. Pp. 4-5.
9.- Antonio Gómez Nashiki. Op cit.
10.- Subcomandante Marcos. “Somos la dignidad rebelde, el corazón olvidado de la patria: EZLN”. En La Jornada Periódico. Mensaje emitido el 24 de febrero de 2001 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. México. P. 4.
Nai de dabi’ndui
Miun ka´aun na kui doko itiakui, nai dedabi ndui, nikuai ño´on yo´o, tachi yo´o tekui shi kandi. yu´u ndui in nai nina ko’o tatañui nina kona ña tua´ana noi, ñia ka´ana in ñia naki´in tooño´o shi ñani Kuachi ni kakui ñia kundui ñañi madi nai kidachon ndeba´a, maka´ntain kundui tekuika te mion ni dakidachon ndeba´on tatañoi ni shido kui´i ino ño’on shina, ni sa´anona vichi mion shichon yu´u ña dakanoi kan kuachi teko kaun kii kain sa´a tain Yu´u kidabai ve´e doko mion iaun ve´e nikidabai shiti ño´on, doko mion naki´in chonshi kachon ñia madi nai kunda in ndui Mion ndu nai sa´ani doko yu´u ki´i ve´eka nsi´u ni kida ña ni dama te mion kida ña kue´e doko yo´o iai, ndui te nda´abi kua´aka in ndai, te kua´aka in nai ndai shin. |
Soy mixteco Tú has querido negar mi existencia Yo no niego la tuya, Pero yo existo, soy mixteco, estoy hecho De esta tierra, de este aire, Del agua y del sol. Soy un ser sobreviviente de mis antepasados Que han heredado una cultura, una lengua, Una forma de respetar a mis hermanos. Porque yo nací para ser hermano Y no esclavo, tampoco quiero ser amo Tú has esclavizado a mis antepasados Les has robado sus tierras, los has matado. Ahora tú me utilizas para participar en mítines Y me niegas que yo participe en política. Yo construyo la casa Pero tú vives en ella Cultivo la tierra, pero tu la cosechas, Dices que yo no soy de razón. Tú eres el delincuente Pero yo estoy en la cárcel Nosotros hicimos la revolución Y tú te aprovechas de ella, Pero aquí estoy, soy Mixteco Mi voz se levanta y se une a mil voces. |