EDUCACION AMBIENTAL, RETOS Y LINEAS FUTURAS DE ACCION
Teresita del Niño Jesús Maldonado Salazar
Asesora de la Unidad UPN 094 D.F., Centro.
La educación se constituye como una particularidad de la totalidad social concreta, cobra cierta autonomía relativa al delinear un ámbito propio. Para intentar dar respuesta a las necesidades de la sociedad emanadas de la problemática ambiental se ha destacado en las últimas décadas la importancia de incorporar lo ambiental a la educación.
La educación ambiental es el proceso educativo y cultural integrado a la formación del ser humano desde su infancia, mediante el cual adquiere el conocimiento de la naturaleza, la ecología, la complejidad de la relación de la sociedad con la naturaleza, tiende a la formación de una estructura conceptual que permita al educando entender su entorno, pues a partir de su realidad ambiental y sociocultural será capaz de involucrarse en la problemática del entorno y emprender acciones para solucionarla.
La educación ambiental es una concepción educativa con antiguas raíces, que crece y se desarrolla por la inaplazable necesidad de contribuir al mejoramiento del ambiente como fuerza gestora del cambio que contribuya a construir una nueva sociedad, que garantice para las futuras generaciones una mejor calidad de vida.
La educación ambiental se ha ido construyendo, a contracorriente a partir de los años setenta. En 1983 se constituye la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, más conocida como la Comisión de Brundland, esta comisión trabajó durante varios años y en 1987 se publica un documento denominado Nuestro Futuro Común o Informe de Brundland. La aportación de esta comisión es clarificar la relación entre modelo de desarrollo y problemática ambiental y plantear una propuesta para reformular el camino del desarrollo conocido como desarrollo sustentable.
Se entiende por desarrollo sustentable "aquel que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las formas de vida de las generaciones futuras", supone un compromiso para preservar el equilibrio social y ecológico en nuestro planeta para asegurar las condiciones mínimas de calidad de vida a las generaciones futuras.
En este final del milenio, el reto de la educación para el desarrollo sustentable es construir una educación que promueva que las personas desarrollen una conciencia y reorientar nuestras pautas de acción hacia el nuevo paradigma. Contribuir a la transformación progresiva de las pautas de utilización de los recursos y de interrelaciones personales desde criterios de sustentabilidad ecológica y equidad social. Las transformaciones que requieren los sistemas educativos son importantes no sólo para resolver los problemas de cobertura y la calidad, sino también para incorporar esta nueva ética, sin la cual es muy difícil pensar que se puedan abrir nuevos caminos al desarrollo social y a la sustentabilidad ambiental.
En este contexto, a la educación ambiental le compete contribuir a la construcción de sociedades sustentables a través de:
a) Integrar a la interdisciplina como principio metodológico.
b) Crear y fortalecer una conciencia ética que promueva el respeto a la vida humana y no humana y articule una renovada visión del mundo en la que prevalezcan aquellos valores que permitan una relación armónica y de largo plazo entre la humanidad y la naturaleza.
c) Favorecer el desarrollo de la conciencia local y planetaria.
d) Elevar el nivel de comprensión sobre la complejidad y gravedad de los problemas socioambientales entre los miembros de la sociedad, de tal manera que éstos no se menosprecien ni se les perciba con fatalismo.
e) Aportar elementos conceptuales y prácticos que permitan a las sociedades regionales y a los individuos, ampliar sus niveles de participación política y social para formular propuestas de desarrollo sustentable.
f) Difundir conocimientos y alternativas específicas que permitan a los individuos y a la colectividad asumir conductas y adoptar tecnologías coherentes con el desarrollo sustentable.
g) Contribuir a estrechar vínculos de solidaridad y el respeto entre los diversos grupos sociales, en un marco de construcción de la justicia económica; y a partir de ello, redoblar los esfuerzos por romper la relación entre pobreza y depredación ambiental
h) Promover el protagonismo de las comunidades en su propio desarrollo.
i) Fomentar el desarrollo del pensamiento crítico.
Las líneas de acción de la educación ambiental son muy diversas, propiciar estrategias de prevención, fomentar la educación para el consumo, promover la corresponsabilidad y la participación social; en estos procesos se propone la formación de individuos capaces de establecer relaciones de solidaridad, cooperación, equidad, tolerancia y respeto a la pluralidad.
La ética es una piedra angular de la educación ambiental, plantearla significa reflexionar sobre las bases filosóficas de los programas educativos, pues ningún cambio que parta solamente de lo conceptual y de lo metodológico será efectivo si no se sustenta en el replanteamiento del modelo axiológico de la educación. Una ética basada en la vida, en el reconocimiento de nuestro papel dentro del planeta, una ética que emane de la situación ambiental actual, una ética responsable.
La educación ambiental puede encabezar un ejercicio de reflexión con diversos grupos acerca de la importancia de este hecho. Algunos de los principios de la ética alternativa son1 :
Búsqueda de equidad.
La solidaridad que supone la adopción de soluciones asumidas responsablemente, atendiendo a las necesidades de la sociedad en su conjunto. Estamos hablando de una solidaridad tanto con nuestros contemporáneos como de una solidaridad que tiene su mirada puesta en el futuro y en el derecho de la generaciones venideras para contar con todo aquello que favorezca su subsistencia y desarrollo, estamos claros en que para esto es necesario un nuevo orden internacional, requiere la cooperación de las naciones en materia económica, en las políticas ecológicas, el intercambio tecnológico y el respeto a la cultura.
El valor de la interdependencia es un elemento clave para entender la dinámica de relaciones con el medio ambiente y nos conduce al compromiso de actuar consecuentemente.
El valor de la diversidad, no sólo en el plano biológico, sino también en el cultural.
Armonía entre los seres humanos y de éstos con otras formas de vida.
La ética debe influir en nuestras acciones, para que éstas sean congruentes con el pensamiento; la acción es el mejor recurso para desarrollar el pensamiento, sólo a través de la acción comprometida podremos transformar el medio y construir nuestro pensamiento.
La educación ambiental pretende formar una conciencia individual y colectiva sobre los problemas ambientales que logre trascender a una conciencia y actividad sociales. La conformación de esta conciencia es un reto para la educación ambiental.
La educación ambiental ha de desarrollarse en diferentes ámbitos que le suponen una amplia gama de estrategias. los distintos métodos educativos deben ser complementarios, así abordaremos dos tipos de educación ambiental, el formal y el no formal.
Como hemos analizado anteriormente, el principal reto de la educación ambiental en el ámbito escolar es la incorporación de la dimensión ambiental, misma que se ha dado lentamente; en general se han añadido al curriculum contenidos ambientales. La dificultad estriba en que la inclusión de la dimensión ambiental plantea una renovación ética, conceptual y metodológica.
Se considera la educación ambiental como un espacio de integración porque se relaciona con las diversas áreas del conocimiento que giran en torno a problemas que afectan a los diversos componentes de este complejo sistema que es el medio ambiente.
La educación ambiental se revela como un elemento dinamizador en el curriculum al tratar de integrar todos sus elementos. Para diseñar un curriculum en materia ambiental es importante que se parta del estudio de las necesidades del contexto para que la acción de la escuela responda a las mismas.
Los planteamientos metodológicos que se desarrollen deben ser congruentes con las bases éticas de la educación ambiental, con los criterios científicos y con las teorías de aprendizaje que la sustentan. Deben dar cabida a la integración las potencialidades y problemas del medio ambiente, del contexto donde se ubica la escuela. Prever una planificación flexible del trabajo que posibilite procesos de investigación y acción, deben ser abiertos a la innovación y rescatar el valor educativo del conflicto.
Los contenidos de la educación ambiental van más allá de los conceptos, incluyen actitudes, valores, competencias. Es fundamental considerar que estos tipos de contenido se manejan de manera integral. Los contenidos de los programas deben contener temas transversales que puedan abordarse dentro de las áreas curriculares a través de una doble perspectiva: contextuales en la realidad y la problemática del mundo contemporáneo y contribuir en lo posible a la transformación de esa realidad.
En la educación superior, la educación ambiental se plantea el reto de plantear cuadros de especialistas que contribuyan a redefinir el modelo de desarrollo, la gestión del ambiente, la educación ambiental, etc; en este sentido, algunas instituciones de educación superior desarrollan ahora programas de formación sobre todo a nivel posgrado.
En el caso de la educación no formal, resulta fundamental el uso de los medios de comunicación, el fomento de la participación social y la vinculación entre los programas de trabajo de las organización no gubernamentales y la caracterización de los diversos espacios recreativos y culturales. Las actividades de educación no formal, frecuentemente se ven marcadas por el activismo que no tiene efectos significativos en nuestras pautas culturales debido a la falta de concreción de las acciones propuestas.
Sin un proyecto político-pedagógico, es difícil que la educación ambiental avance con certidumbre hacia el desarrollo humano integral y al desarrollo sustentable; por ello, apuntamos algunos elementos para elaborar un proyecto para la educación ambiental para nuestro país.
En la compleja tarea de la educación, la planeación requiere de un esfuerzo largo y sistemático. La educación debe constituir la fuerza gestora del cambio y el impulso hacia la libertad. La tarea de la educación cobra un nuevo sentido, en la medida que permite la concientización de la realidad, la ruptura, la creación, la búsqueda y la independencia. Planear supone una imagen del futuro; esa imagen del futuro ofrece guía, ánimo, orientación, esperanza.
La sociedad requiere de una conciencia social que se relaciona con actitudes reflexivas y críticas que se gestan y extienden hacia lo educativo. El desarrollo pleno se refiere antes que nada a la formación de conocimientos, destrezas, confianza personal, responsabilidad y otras actitudes positivas respecto al trabajo. La formación incluye desarrollar las habilidades creativas e individuales en un ambiente afectivo. La sociedad participativa exige una educación con el mismo carácter, pero que también sea plural: que incorpore y respete los valores culturales distintos. Su índole transformadora permite promover la construcción y difusión de conocimientos para preservar y mejorar el medio ambiente.
La equidad entraña una educación diferenciada, al alcance de los distintos grupos, así como condiciones específicas individuales, biofísicas y psicológicas, que se plantea en su objetivo, en la medida de lo posible, alcanzar niveles semejantes de ecuación para todos los individuos. Un corolario de esta cobertura amplia es la igualdad de oportunidades que supone el acceso de todos a la educación básica.
Para construir una propuesta que verdaderamente tenga un referente contextual se requiere realizar una caracterización de la entidad, una vez realizado el estudio del área es necesario realizar un ejercicio de planeación que nos permita definir el escenario deseable para esa área de trabajo, esto permitirá definir las estrategias para alcanzarlo, para que la propuesta responda a la realidad y a la dinámica área. Aquí es necesario destacar que lo importante para los propósitos de la educación ambiental es que las comunidades se apropien de los proyectos y los inserten en sus propias dinámicas.
Es importante diseñar un proyecto integral de educación ambiental de carácter abierto y flexible para poder sistematizar el trabajo que se realizará en torno al ambiente, esta sistematización permitirá un seguimiento continuo de las acciones y estrategias y replantearlas conforme a las necesidades del contexto. Plantear estrategias para desarrollar seriamente la conceptualización ambiental y también la educación ambiental es un eje del trabajo para cualquier propuesta en este sentido.
Es importante que los programas de educación ambiental, tanto en el ámbito formal como en el no formal, apunten a la formación de perspectivas más críticas para abordar la realidad circundante, nuevos principios éticos y morales para la constitución de una sociedad sustentable en lo ambiental y equitativa en lo social.
Reconocer a los actores y a los procesos de la educación es un punto de partida importante. Por ejemplo, es importante destacar el papel que han cumplido las Organizaciones no Gubernamentales (ONG΄s) con su trabajo en lo ambiental y en la educación ambiental, como promotoras de procesos de cambio dentro de la sociedad civil .
Con el propósito de brindar una serie de criterios y lineamientos, susceptibles de ordenarse y articularse en diferentes proyectos, que pueden ser promovidos y estar a cargo de las distintas instancias que participan en la entidad en materia de educación ambiental pretendemos desarrollar algunas líneas para diseñar un programa de educación ambiental.
Para determinar los proyectos de educación ambiental que se deban desarrollar, es preciso, en primer término caracterizar los diferentes campos de acción educativa.
Hemos destacado en otros apartados de este trabajo la necesidad de incorporar a la estructura curricular de los distintos niveles y modalidades la dimensión ambiental. En esta área es importante realizar propuestas concretas a la SEP, sugerencias para transformar cualitativamente la selección, organización y construcción del conocimiento escolar. La inclusión de la dimensión ambiental otorga la posibilidad de que el estudiante comprenda su medio y participe en su mejoramiento.
En este sentido se requiere analizar los programas educativos para constituir a la dimensión ambiental como un eje articulador del curriculum; aquí juegan un importante papel los docentes, ellos no pueden ser marginados de este proceso.
El desarrollo de actividades de educación no formal requiere de decisiones colectivas, tomadas por la sociedad civil, por las instituciones escolares y por las autoridades, así como formar un grupo de educadores que sepan orientar dichas actividades.
Los grupos que desarrollan actividades de educación ambiental no formal constituyen un elemento indispensable en el tránsito hacia el desarrollo sustentable, puesto que favorecen el desarrollo de la comunidad, fomentando actitudes de responsabilidad, autosuficiencia y participación.
Para apoyar esta área se pueden elaborar materiales de difusión y de apoyo técnico como trípticos, cartillas, manuales, audiovisuales y documentos que analicen y promuevan soluciones al alcance de la población destinataria, a fin de reconvertir las tendencias del deterioro ambiental. También se pueden promover diversos eventos, encuentros y foros que propicien el intercambio de experiencias y de conocimientos sobre las alternativas de solución adoptadas en el mejoramiento del ambiente. De hecho, la educación no formal representa la mayor cobertura. Los destinatarios de la educación son variados e incluyen hasta aquellos que se encuentran insertos en la educación formal cuando asisten a centros de recreación y cultura, que en este caso se llevan a cabo actividades de tipo cocurricular, sólo por citar uno de los diversos casos de esta vinculación.
La educación no formal requiere la participación de los medios masivos impresos y electrónicos que permitan el acceso a un número mayor de la población a la educación no formal y a la participación en tareas de mejoramiento del medio.
En los ámbitos de la educación ambiental, es importante considerar la promoción y coordinación de diversas acciones de capacitación y formación permanente que deberán ser objeto de diversos proyectos, a fin de satisfacer las demandas específicas.
El programa de educación ambiental debe partir de un análisis del contexto (para poder responder a sus necesidades) una vez realizado lo anterior, podrá procederse a diseñar el programa. En esta planeación general se han de considerar los criterios educativos y las metodológicas a seguir. Se requiere de un enfoque interdisciplinario, a fin de determinar las diferentes ópticas del problema, que permitan establecer un diagnóstico más acercado a la realidad y que por supuesto contenga la participación directa del grupo de población del lugar de referencia, esto permitirá garantizar su participación en las acciones que se emprendan para tal propósito.
En la etapa preparatoria del diseño de un programa, es importante definir los elementos y la infraestructura necesarios para operarlo. Conformar un equipo de trabajo que cuente con los elementos de formación que potencia su desempeño posterior, es importante que este equipo de trabajo sea interdisciplinario y cuente con un sustento pedagógico que le permite apoyar las labores del mismo. Definir una estructura de este equipo facilitará la coordinación del mismo.
Posibles líneas de acción
Investigación, para producir conocimientos sobre la realidad socioambiental, para conocer los problema, causas y alternativas de solución.
Planificación, con el fin de señalar a donde se quiere llegar y con qué medios se lograrán los objetivos y metas.
Sistematización y evaluación, para registrar el trabajo y valorar los procesos.
Gestión para la obtención de recursos y apoyo.
Capacitación que permita a las organizaciones elevar su capacidad de autogestión y apoyo institucional.
Comunicación para compartir el conocimiento.
Coordinación para articular los esfuerzos.
Abordar problemas prioritarios a resolver y fijar objetivos a corto, mediano y largo plazo, así como detectar grupos representativos de la población para elaborar programas específicos que se articulen con otros programas y acciones que desarrolle el estado.
Es importante plantear objetivos de cada programa específico. Algunos objetivos podrían ser los siguientes.
Nivel preescolar
Favorecer el desarrollo de actividades relacionadas con la naturaleza y sus fenómenos.
Propiciar que el niño conozca su entorno y descubra los principios elementales de funcionamiento del medio ambiente.
Promover la formación de una conciencia ambiental en el preescolar propiciando actitudes de valoración, conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos.
Propiciar la participación activa del preescolar en actividades de cuidado del ambiente.
Nivel primaria
Posibilitar la comprensión de la problemática ambiental del estado a partir de un conjunto de factores históricos, culturales, económicos y ecológicos.
Favorecer el establecimiento de relaciones entre la tecnología y el uso de recursos naturales y su contrastación con estilos de desarrollo impulsados en ciertos momentos históricos y diversos proyectos civilizatorios.
Fomentar el desarrollo de valores de respeto a la naturaleza y a sus congéneres.
Nivel secundaria
Fomentar la comprensión de problemas ambientales globales y sus relaciones con los que ocurren a nivel nacional y local.
Promover un abordaje integral de la realidad.
Propiciar el desarrollo de una conciencia ambiental que conduzca al alumno a actuar en el mejoramiento del ambiente y el mejoramiento de la calidad de vida.
Favorecer el análisis crítico de los fenómenos y procesos sociales.
Población en general
Vincular a los diferentes grupos de la población con la problemática de su medio, aportándole elementos para reinterpretar su contexto particular.
Estrategias generales
En relación al logro de los objetivos del programa, es pertinente contemplar algunas estrategias tales como:
Delimitación de las áreas que se pretenden abarcar con el programa, así como con los grupos o sectores de la población con los que se desarrollarán las acciones.
La elaboración del programa debe permitir además, la detección de necesidades de asesoría y capacitación para su realización, así como aquellas otras necesidades que por sus características no hubieran sido contempladas desde un principio.
El programa debe considerar además, aquellos aspectos de carácter estatal en donde las acciones no se suscriben únicamente a una dimensión geográfica específica local, de esta manera, deberán concertarse acciones conjuntas con otras delegaciones, en las cuales el programa pudiera tener incidencia.
Elementos fundamentales de la estrategia
Coordinación intersectorial.
Promoción de comités técnicos en el estado.
Promoción de comités interstitucionales.
Impulso y apoyo de espacios de concertación y de trabajo conjunto de instituciones gubernamentales entre sí.
Educación formal
Fortalecimiento de proyectos ambientales en las escuelas.
Educación no formal
Promoción e impulso de proyectos ciudadanos de educación ambiental.
Capacitación en manejo ambiental de los trabajadores.
Comunicación y divulgación
Creación de una unidad de comunicación de las organizaciones que trabajan educación ambiental en el estado.
Apoyo y promoción de materiales impresos y audiovisuales sobre lo ambiental.
Investigación
Análisis de los aspectos de gestión, salud y conservación de patrimonio histórico afectado por la lluvia ácida.
Formación de educadores ambientales.
Formación y actualización de los docentes.
Formación de educadores y promotores ambientales.
Nota
1.- Novo, María. La educación ambiental formal y no formal: dos fenómenos complementario. p.75