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Año: 2023 Mes: SEPTIEMBRE-DICIEMBRE Número: 97
Sección: INVESTIGACIÓN Apartado: Investigación Educativa
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LA EDUCACIÓN BANCARIA COMO UNA LIMITANTE DEL DESARROLLO EDUCATIVO
Martínez Reyes Sarai, Olvera Montelongo Areli

Introducción

Como educadoras en formación, uno de los temas vistos más impactantes fue el de la educación bancaria y su relación con la violencia simbólica, es por esto que en este escrito se busca dejar en claro el concepto de la educación bancaria, la consecuencias que esta genera en los alumnos, cómo es que se presenta dentro del aula, la formas en las que se puede combatir, así como la reflexión del por qué está normalizada dentro del ambiente educativo, con el fin de crear conciencia y reflexión en los educadores ante esta práctica opresora.

 

Educación Bancaria

De acuerdo con el libro La Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire (1968), la educación bancaria transforma la educación en un acto de depositar, los educandos son los depositarios y el educador quién deposita información a través de su narración, en vez de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos, meramente reciben, memorizan y repiten. Pondrá al hombre como perezoso e inepto, dado que pensar auténticamente está declarado como peligroso. En su dicotomía concibe a los hombres solamente como espectadores, es decir, hombres que están pero que no están. Su conciencia se basa en disciplinar, imitar al mundo, y ordenar ideas tratando de hacerlos “más correctos”. Una vez mencionado esto, se identifican dos papeles en esta práctica: por un lado el opresor quien va a infundir un temor en los educandos; será el único que piensa, sabe, manda y habla dentro del entorno educativo generando una desunión y muchas repercusiones más. Por el otro el oprimido, será quien tome el papel del que no sabe nada; memoriza, aprende y recibe las cosas, tiene incapacidad de tener criterio propio y estará el sentimiento de inferioridad ante el educador.

 

La Educación Bancaria dentro del aula 

En la educación bancaria es vista en la que el educador es distinguido como la máxima autoridad dentro del aula, en donde los alumnos no dan su expresión de ideas y  conocimientos, no permite el reconocimiento ni la identidad cultural y dificulta que las clases sean dinámicas y enriquecedoras.

El propósito del educador es cumplir con su plan de estudios, abordando los temas que vienen en él y para cumplir dichos objetivos somete al alumno a memorizar los contenidos los temas que abordarán a lo largo del ciclo escolar. Para cumplir con dicho plan de estudios, conlleva una violencia simbólica en donde las acciones más notorias dentro del aula son: siempre obedecer al maestro, sin cuestionarlo o juzgarlo, no irrumpir en su clase y en ciertos salones utilizan las tarimas, en donde se representa que el maestro está por encima de los alumnos. Si bien la educación bancaria se puede volver algo común dentro del aula, debido a que es normal ver que el educador es quien educa a los educandos y que el educando tiene la obligación de seguir las órdenes que se le dan, memorizar los aprendizajes transmitidos dentro de la clase y estar esperando las indicaciones que se le darán.

Esto provoca que los alumnos no desarrollen un pensamiento crítico, ni mucho menos se vuelvan autónomos en su propio aprendizaje. Dentro de sus primeras manifestaciones y características dentro del aula se pueden presentar son: dificultad en el pensamiento crítico, aplicar métodos de evaluación (calificaciones, estigmas de inteligente e ignorante) causando que el propio alumno se etiquete y su valor dependa de la calificación o comentario que el docente le diga; prohibir pensar, no se convive ni simpatiza, es decir, que no le puede llegar a importar determinadas situaciones por las que pasa el alumno, solo importa su clase; no fomenta la comunicación al tener el pensamiento rígido sobre la educación “te sientas, te callas y escuchas”; no comprende y busca dominar al hombre. Lo que  conlleva a que el educando despierte el sentimiento de sufrimiento al descubrir su incapacidad para desarrollar el uso de sus facultades ante esta figura opresora dominante.

 
   

 

 

 

 

 

 

 

Repercusiones de la Educación Bancaria en el desarrollo educativo (creativo analítico y reflexivo)

La educación bancaria no permite la interpretación de la realidad, por lo que los alumnos no logran superar la contradicción opresora, que resulta fundamental para lograr crear conciencia. Esto implica el miedo a asumir su libertad ante la figura del opresor, lo que provoca la sumisión y pasividad. Esta acomodación a la realidad opresora imposibilita su acción frente a la situación opresora, puesto que se convierten en seres mudos que no son capaces de entablar el diálogo, necesaria para su liberación y  para cambiar su condición social. Por lo tanto, su incomunicación, como producto de su conciencia ingenua; su miedo, rechaza cualquier acción liberadora y dialógica.

Los alumnos al estar expuestos largos lapsos de tiempo a una opresión académica que no les permite explorar, conocer, criticar, reflexionar, investigar, analizar, crear, compartir, etc. están destinados a no desarrollar la parte creativa que posee cada uno de ellos, al ser limitados no saben cómo explotar esto tan importante para formar un buen conocimiento y realmente generar un impacto en ellos.

Parte importante de ser educador es lograr crear conciencia ante los aprendizajes que se están ofreciendo y que sean capaces de reflexionar ante ello. Al ser oprimidos y adentrarse en un mundo en el que les permiten todas las acciones anteriormente mencionadas y la libertad, será un gran obstáculo educativo ya que no tendrán la capacidad para expresar aquello que se está generando dentro de ellos.

 

¿Cómo combatir la Educación Bancaria  dentro del aula?

Para combatir la educación bancaria Paulo Freire dice: “Para ser un buen maestro, hay que ser un buen aprendiz”, remarcando la idea de que el alumno no es un depósito pasivo, en donde el profesor deposita el saber, por el contrario debe de ser una educación activa en donde cada uno de sus integrantes se puedan nutrir mutuamente, y cada uno vaya aprendiendo uno del otro. Para romper con ella, se necesita que el educador transmita inspiración, alegría y esperanza, para que permita transformar y enriquecer los conocimientos que se van adquiriendo y que estos mismos pueden abrir alternativas que desarticulen obstáculos que se oponen en la búsqueda de la libertad y la autonomía del alumno.

El diálogo es una parte fundamental para la armonía dentro de la clase; dado que esta misma será la relación entre la libertad que deriva de la disciplina. Para ayudar a los educandos a aprender, la disciplina es importante pero no se consigue con autoritarismo, más bien debe construirse con una autoridad coherente y democrática, donde en la libertad, el educando aprende a ser responsable de sus propias acciones, lo que permite que cada individuo sea autónomo pero asuma la responsabilidad de vivir en sociedad y los pensamientos de los demás.

Como educadores requieren tomar la postura de fomentar el cambio, para ser reinventados, nunca dejar de luchar y ser los que miren y transforman, es decir, que cada persona es una construcción distinta y se debe de formar personas que sean capaces de recrear, sin dejar de luchar por sus sueños y ser capaces de buscar una sociedad en donde no exista la división de las clases sociales que nos dividen.

 

¿Por qué se observa a la Educación Bancaria como regularidad educativa?

La educación bancaria es vista como una regularidad educativa a causa de que dentro del aula el educador es distinguido como la máxima autoridad, en donde solo él tiene la razón y tiene los conocimientos necesarios para llevar a cabo su clase, sin importar la estrategia que lleve a cabo para que los conocimientos sean transferidos hacia los educandos ejerciendo violencia simbólica, en donde se pasan por desapercibidos agresiones de los opresores hacia los oprimidos, sin permitir una liberación. Es justo por esta razón (violencia simbólica) que muchos de los grupos de estudiantes son oprimidos y violentados de tal manera que no logra ser percatado cómo es, dado que son acciones tan “insignificantes” que a simple vista se pensaría que es normal dentro del aula para lograr y mantener un “orden”.

 

Conclusiones

Teniendo en cuenta los fundamentos teóricos que se presentaron, se resalta de una manera muy clara la opresión que se da en el aula en relación educador-educando y así mismo, lo sencillo que resulta dejar de ser un buen docente para convertirnos en un opresor gracias a la violencia simbólica y al poder que se le da al docente al estar al frente y a cargo de un grupo. Sin embargo, resulta un gran trabajo no pasar esta línea tan delgada entre la educación bancaria y la educación liberadora, pues acciones tan sencillas como callar al grupo, prohibir salir al baño, ingerir algún alimento, rayar en exceso el cuaderno, formarlos en fila y un sinfín de acciones silenciosas, se vive opresión y dominación educativa. Por otra parte, se propone que el educador preste el tiempo necesario para crear y llevar a cabo actividades que enriquezcan la crítica y la reflexión de cada uno de los alumnos para que obtengan de este modo las capacidades de analizar, pensar y reflexionar ante las cosas que están aprendiendo y al mismo tiempo,  lo que está ocurriendo en su entorno. Queda a perspectiva que como futuros docentes, se decida qué tipo de docente se quiere ser y el tipo de alumnos que se busca formar, es necesario  romper la rutina de la educación tradicional y poner al educando en el centro de la enseñanza, generar un aprendizaje cooperativo en donde todos aprendan los unos de los otros, para que todas las opiniones sean tomadas en cuenta y como consecuencia se genere una clase más enriquecedora con un ambiente alegre y sociable, que produce beneficios en una amplia gama de situaciones afectivas e interpersonales. Para concluir recordaremos la frase de Paulo Freire: “Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su producción o su construcción. Quien enseña aprende al enseñar y quien enseña aprende a aprender.”

 

Referencias

Freire, P., Assmann, H. & Fiori, E. M. (1968). Pedagogía del Oprimido. En Capítulo II - Educación Bancaria

Freire, P., (2015), Pedagogía de los sueños posibles. Por qué docentes y alumnos necesitan reinventarse en cada momento de la historia. Argentina S. XXI


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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