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Año: 2012 Mes: ABRIL-JUNIO Número: 64
Sección: PALABRAS PERIPATÉTICAS Apartado: Eventos de la Unidad
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DÍA DE MUERTOS. LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
Hermes Pablo Sandoval Hernández

La festividad del día de muertos en nuestro país es propia de la vida y de las costumbres de las comunidades, mediante las cuales transmiten sus rasgos de identidad con fortaleza. El motivo de esta ceremonia en las viviendas mexicanas indígenas, rurales y citadinas está relacionado con el ciclo de la cosecha de los productos agrícolas principalmente; cada comunidad presenta sus altares sus rasgos característicos y particulares. En este día muchas de las escuelas en todo el país preparan las ofrendas para lo cual los padres de familia los docentes y alumnos, se esfuerzan en su arreglo. La finalidad es que se conserven los rasgos de identidad que la sociedad actual ha heredado de la parte indígena de sus antepasados y que han ido transmitiendo de generación en generación.

Así, la mayoría de los pueblos mexicanos conmemoran el día de muertos respetando el origen de la celebración y recordando, a su vez, a sus seres queridos que se han ido al más allá, al cielo, a la gloria o al infierno, que sé yo; pero la tradición hace recordarlos en estas fechas.

Se cree que los difuntos regresan a compartir con los vivos los elotes, las calabazas, los ejotes, las frutas, el mole, el licor y los cigarros, por lo que todo esto es puesto en las ofrendas en casi la mayoría de los hogares mexicanos y por qué no, hasta en el extranjero. Esta conmemoración se ha vuelto una experiencia espectacular, pues la festividad no se ha dejado matar por el halloween que nos ha invadió; aún así, hoy por hoy se trata de conservar la identificación, tradición que hermana a propios y extraños que comparten la vistosidad de colores y olores en las ofrendas.

Celebración y fiesta para los mexicanos, encanto para los visitantes, bullicio y alegría que se vive en estos días en las calles, porque la imaginación no se detiene en solemnidad y hoy, por duodécimo año consecutivo, se vive en la Unidad 094 D. F. Centro de la Universidad Pedagógica Nacional, en donde se hace una muestra de las ofrendas que presentan los alumnos de la Licenciatura plan 2007 de los grupos 4 y 5 como una representatividad folclórica de nuestro pueblo mexicano.

La última y nos vamos, es el nombre con el cual nombraron a la ofrenda puesta en este mes los alumnos del grupo 4 que cursan la licenciatura en educación plan 2007; en su ofrenda los estudiantes hicieron referencia a los maestros mexicanos distinguidos, entre los que mencionaron sólo a Rafael Ramírez, Justo Sierra, Moisés Sáenz y Gabino Barreda. La temática abordada por los alumnos del grupo 5 fue el árbol nodriza, pues ellos consideraron que éste era venerado por los nahuas, quienes creían que al morir los niños recién nacidos iban a ser alimentados por éste árbol, del cual decían que goteaba leche.

El Día de Muertos es una celebración de origen indígena, es, por lo tanto,  mesoamericana y honra a los ancestros, inicia el 31 de octubre y continúa el 1 y el 2 de noviembre. El adorno que se utiliza en las ofrendas es de colores muy vistosos, pues se considera que el color los guiará a la casa, además, que dará vistosidad a la ofrenda; habrá figuras de barro, de azúcar, de chocolate, juguetes, papel picado de coloridos vistosos, refrescos, cervezas, cigarros, comida, fruta, velas, veladoras, incienso, las flores de  cempasúchil o flor de muertos, la flor de terciopelo o pata de león.

Se cree que las ofrendas ya se ponían en Mesoamérica, antes de la llegada de los españoles. Cada ofrenda ha sido, es y será en honor de los muertos, y de quienes en la prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos de los guerreros vencidos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban a la muerte y a la regeneración, pues los aztecas sentían un gran respeto y admiración por sus difuntos, y disfrutaban honrándolos de esta manera, agasajándolos con comida, música y danzas que con toda seguridad los muertos ya no disfrutaban. Con la llegada de los conquistadores y la introducción de la religión cristiana, esta costumbre (día de muertos) no se terminó pero empezó a incluir imágenes de santos,  mártires y vírgenes en sus altares, sustituyendo en muchos casos a los dioses del panteón.

El Día de Muertos era conmemorado en el noveno mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la dama de la muerte;  también había festividades dedicadas a los niños y las vidas de parientes fallecidos.

En general, los actores afirman que los miembros de la sociedad difunta interactúan con nosotros y se cree que se reúnen, platican y se invitan para degustar de la ofrenda y asistir a la celebración anual que la comunidad viviente prepara en su honor. En esta perspectiva, las comunidades indígenas exponen que, con anticipación los muertos se disponen para asistir a su evocación, aprovechando la lluvia y degustando los frutos de la temporada.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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