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Año: 2012 Mes: ENERO-MARZO Número: 63
Sección: PALABRAS PERIPATÉTICAS Apartado: Epistemología
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Mecanicismo versus Organicismo
Oscar Priego Hernández

Introducción

Diderot y D’Alembert, los dos directores de la Enciclopedia francesa de 1751, personificaron en su tiempo un choque  entre dos formas de entender y explicar la naturaleza; una fisicalista metodológica o materialista que ahora reconocemos como mecanicismo y, en oposición a ésta, otra forma de pensamiento que no concibe al mundo sólo como un medio físico, sino como un organismo y que propone la concepción organicista. El mecanicismo triunfante de Diderot se encontró en dificultades para explicar, con dicho modelo, la naciente biología y la teoría evolucionista que conforma la filosofía vitalista.

El propósito de este trabajo es mostrar que el modelo opuesto al mecanicismo no se encuentra en los planteamientos de los antiguos griegos, aun cuando en ellos encontramos ya algunas ideas, sobre todo en los atomistas, sino en la Edad Moderna en donde muchos autores lo defienden para oponerse a la física escolástica.

El mecanicismo. Sus orígenes

Thomas Hobbes (1588-1679) cuya filosofía es la doctrina materialista del siglo XVII, concibe al universo como una gran máquina corpórea, con lo que establece relación con las estructuras corporales y en consecuencia opuestas al organicismo, es decir una forma integral del cuerpo humano. “El universo es corpóreo. Todo lo que es real es material y lo que no es material no es real” (Hobbes, Leviatán).

Este fragmento del Leviatán resume la filosofía materialista de Hobbes, estrechamente vinculada a una postura determinista del mundo que afirma que todos los fenómenos del universo se hallan determinados inexorablemente por la cadena causal de acontecimientos. “Nada surge del azar; todo acontecer es el resultado necesario de la serie de las causas por lo tanto, puede ser anticipado, previsto”.

Este determinismo se basa en un método racionalista con fundamentos matemáticos y geométricos que constituyen el método analítico-sintético de Descartes (1596-1650). Este método racionalista-determinista parte de la hipótesis de que el todo puede separarse de sus partes materiales fundamentales, que son concebidas y entendidas como causas  y que han de descomponerse en la comprensión de sus relaciones entre sí y que explican el conjunto en su totalidad.

Para Hobbes todo lo que es real es material -según ya se dijo- por lo que el universo es concebido como una gran masa corpórea donde todo sigue las estrictas leyes del mecanicismo, anticipando las ideas que posteriormente desarrollará Newton (1643-1727), al que se considera como eminente mecanicista, lo que deberemos dudar, según veremos más adelante.

Las ideas de Hobbes coinciden con las desarrolladas por Descartes en sus estudios de las matemáticas. Descartes -al igual que Hobbes- estudia la geometría pero crea un sistema que permite establecer un vínculo entre la figura y una ecuación que la describe en el plano.

Apolonio de Pergel (262-190), geómetra griego, estudió las secciones cónicas, conocimiento que relacionó con su propuesta mediante la cual explica el movimiento de los planetas y sus velocidades, sentando las bases de lo que posteriormente retomará Newton para su explicación de la trayectoria de los planetas alrededor del Sol.

Las secciones cónicas reciben este nombre en virtud de que un cono de dos mantos es diseccionado mediante cortes paralelos a los ejes de simetría o a la generatriz, según se muestra en la figura.

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Por su parte Descartes retoma el estudio de las secciones cónicas ayudándose de dos rectas, con lo que conformó un sistema de referencia que le permite ubicar la posición de cualquier punto del plano con respecto de otro llamado origen del sistema. Este sistema le permitirá establecer una correspondencia entre la sección cónica y una ecuación. Con estas ideas Descartes y Pierre de Fermat (1601-1665) desarrollan lo que actualmente se conoce como la Geometría Analítica.

Descartes utiliza el procedimiento mecanicista en su estudio de las cónicas. No se ocupa de los cortes en el cono, sino que cada cónica la estudia en sus partes y las relaciones que guardan estas entre sí. La parábola, por ejemplo, es separada en todos los elementos que la constituyen, como es el caso de la directriz, que es una recta perpendicular al eje focal y que no intercepta a la curva; el eje focal que es eje de simetría de la curva y sobre el cual se encuentra el foco de la parábola, que intercepta a la curva en un punto al que denomina como vértice. El vértice se encuentra a la mitad de la distancia entre la directriz y el foco. Esta última propiedad la hace basándose en la definición de la parábola como el conjunto de puntos del plano que se encuentran a igual distancia de la directriz y el foco. Esta definición de la curva es la que le permite proponer la ecuación que relaciona a las dos variables con las que es trazada la curva, las denominadas abscisas y ordenadas. Así, la geometría de las cónicas separa el todo -sección cónica- en sus partes y con el sistema de coordenadas los unifica mediante la ecuación que la integra desde una concepción infinita a una expresión algebraica: la ecuación.

Con este método de separación de las cónicas en sus partes, Descartes y Fermat crean los principios del análisis matemático y que además, permiten a Newton y Leibniz proponer el concepto de función, que se convertirá en el objeto de estudio del cálculo diferencial o cálculo de los infinitésimos.

Descartes con la idea del sistema de coordenadas, que es una forma de unificar principios, sienta las bases de los  Sistema Complejos que posteriormente propondrá Karl Ludwig von Bertalanffy (1901- 1972). Descartes, con su concepción del cuerpo como una máquina, origina lo que se denomina mecanicismo y que continuará posteriormente Newton, en tanto que Bertalanffy, en oposición a este modelo de explicación del universo, desarrollará las ideas que se denominan como organicismo.

Mecanicismo versus organicismo

Desde finales del siglo XVI y durante el siglo XVII se dieron en Europa importantes acontecimientos científicos que tuvieron como consecuencia la necesidad de proponer teorías nuevas y metodologías diferentes que permitieran conocer y explicar suficiente y exhaustivamente los nuevos conocimientos. La filosofía de la ciencia sufre importantes cambios, entre los que se encuentran estas dos formas de concebir el universo: el mecanicista y el organicista.

A Newton se le relaciona con el planteamiento mecanicista, según hemos dicho, pero podemos encontrar en su trabajo algunas expresiones que hacen pensar en que su visión del universo no es totalmente mecanicista. Por ejemplo en su Philosophiae Naturalis. Principia Mathematica (MDCCCXXXIII), Vol. I., Newton afirma que “No debe suponerse que simples causas mecánicas podrían dar lugar a movimientos tan regulares”, haciendo referencia a que sólo por el dominio de un ente inteligente y poderoso los astros pueden originarse en su consejo y dominio, así que Dios intervino en el momento de la creación, que está siempre presente y en todos los momentos, no como observador impotente ni como restaurador de la maquinaria de la relojería del universo como así lo concebía Leibniz.

El organicismo es una forma de pensamiento que no es compatible con el principio de inmutabilidad, de eternidad de lo existente, ni con un mundo cercano al equilibrio y al estatismo, principios básicos del mecanicismo; por el contrario, plantea un mundo en constante cambio y el orden se deriva y depende de éste.

Debe ser resaltado el hecho del proceso de putrefacción, tanto como el de generación, nociones alquímicas y biológicas que no se encuentra en el pensamiento de los científicos de la época y que dan cuenta de un pensamiento no estrictamente mecanicista y que vislumbra visos de un pensamiento organicista, dado que los organismos no pueden ser explicados satisfactoriamente desde la perspectiva del mecanicismo. No puede dar respuesta a preguntas como ¿De dónde todo ese orden y belleza que vemos en el mundo?, ¿Cómo es que los cuerpos de los animales están ingeniados con tanto arte y qué finalidad tienen sus diversas partes? De esta manera podemos convencernos de que Newton no le da tanta importancia al mecanicismo, como el mecanicismo se lo da a sí mismo.

Mecanicismo y el Tao

Las posiciones respecto de la explicación del universo con un modelo mecanicista u organicista, no responde a un debate entre los pensadores occidentales propiamente dicho. Es más una forma de concebir al universo como es el caso de la cultura china, la que no tiene un contacto importante con occidente.

Con la filosofía del Tao, los chinos conciben al universo como un todo, bajo el principio de unidad, que responde al modelo organicista: la unidad, no como un agregado de componentes, sino como una totalidad organizada. El modelo de un organismo biológico está totalmente presente.               

El modelo de un organismo biológico está claramente presente y va condicionando el desarrollo de la ciencia china. Esta concepción organicista tiene implicaciones de carácter epistemológico y metodológico. En el modelo orgánico u organicista las partes del todo actúan en función de sus relaciones organizacionales. Esta forma de pensamiento chino determina sus características culturales y todo el entramado religioso taoísta.

La no concepción de las relaciones causales impide el desarrollo de la lógica formal, el universo es explicado como una dualidad ying-yang cuya relación funcional está  estrechamente relacionada de tal manera que una no puede ser entendida sin la otra. El universo entero, y el hombre dentro de él, es explicado mediante este flujo y reflujo del ying y el yang, como un todo complejo; de una relación dialéctica en la que se observan la tesis, antítesis y la síntesis hegeliana: Lo-uno-y-lo-otro, la Totalidad y lo individual; tomado por Hegel (1770-1831) y quien a su vez lo recupera de Fichte (1762-1814).

En la concepción taoísta, el organismo como una totalidad es asiento de procesos resultantes de relaciones cambiantes entre elementos que son a su vez subtotalidades. Sin embargo, para la filosofía taoísta el elemento consiste en un nudo de confluencias, de relaciones no causales.

Referencias

Begoña, González. (Inédito). Organicismo y mecanicismo en la Ilustración.  Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

Betancourt Morales, Andrés.  Newton organicista: más allá de lo probable. Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia año 2002/ Vol. 3, número 6-7. Universidad El Bosque. Bogotá Colombia. p113-127

García, Rolando. (2000). El conocimiento en construcción. De las formulaciones de Jean Piaget a la teoría de sistemas complejos. (Primera edición). Barcelona, España: Gedisa, Editorial

Needham, J. (1978). La ciencia y tecnología chinas. Ciudad de México, D. F., México: Siglo XXI


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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