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Año: 2013 Mes: OCTUBRE-DICIEMBRE Número: 70
Sección: PALABRAS PERIPATÉTICAS Apartado: Eventos de la Unidad
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EDUCAR EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Consejo editorial de la Xictli

Reseña

Consejo editorial de la Xictli

 

En la obra, Educar en la sociedad del conocimiento, Juan Carlos Tedesco nos habla sobre las necesidades, los riesgos y las virtudes de la educación en la sociedad actual. Para ello divide su obra en cuatro capítulos, que son otros tantos escritos que el autor empleó para cursos y conferencias, pero es en su conjunto como se puede apreciar la obra.

 

En el capítulo I, “Conocimiento y sociedad”, se describen las condiciones económicas y la disparidad de ingresos en los países industrializados y los emergentes, alude que buena parte de esa riqueza se debe a un círculo virtuoso para el caso de los países ricos, y vicioso para los emergentes. En el primer caso, la riqueza se asienta en el conocimiento, que sería la fuente principal lo que deriva en la dinámica interna de la sociedad. En el segundo la pobreza, si se dice que el conocimiento es la fuente principal de ella, la falta de ese conocimiento promueve dicha pobreza. La asimetría de la distribución de la riqueza parece ser una característica de la sociedad del conocimiento, a mayor conocimiento mayor riqueza y diferencia de distribución en la riqueza. Por ello la discriminación ahora se da, no entre clases, sino con el conocimiento como criterio, quien lo tiene es incluido dentro del entorno laboral, quien no, queda fuera, así los que carecen de conocimiento y trabajo son desafiliados de la sociedad y de sus oportunidades, no pertenecen al medio explotado – explotador que dinamiza la sociedad.

 

El autor remarca la idea que el conocimiento como insumo de mayor valor en la sociedad y fuente de riqueza promueve sociedades inequitativas, no tanto como en las sociedades manufactureras, en las segundas la desigualdad se da entre grupos sociales, en las primeras se da por conocimiento.

 

El conocimiento ha provocado que los intermediarios del saber queden relegados y se haga uso directo del conocimiento mismo, evitando el control que los políticos tienen sobre el mimos, sin embargo eso no es tan virtuoso como pareciera, los medios masivos de comunicación como la Televisión hace uso de esa influencia directa que pueden ejercer sobre las personas, al ligarse a los políticos manipulan las emociones a partir de imágenes, en contraste con el contenidos de los medios impresos, que alude más a lo cognitivo, aspecto favorable que desarrolla el uso del internet. Las nuevas generaciones tienden a emplear las nuevas tecnologías de forma intensiva, pero intentar incorporar las nuevas tecnologías a la sociedad, no se trata de tecnificar a la sociedad, sino de socializar la tecnología.

 

La fragilidad de las relaciones sociales ha llevado a que las parejas desarrollan filiación con sus hijos pero no conyugabilidad con la pareja como antaño, el mediar entre estas dos es necesario para convertir a la familia contemporánea en algo más que una red de relaciones. Lo anterior ha promovido la evolución del individualismo.

 

Con todo ese cúmulo de situaciones, la educación que requiere la nueva sociedad no puede ser la misma que se ha venido desarrollando. Los cambios implican incorporar procesos educativos orientados hacia la personalización del proceso de aprendizaje, hacia la capacidad de construir aprendizajes, de construir valores, de construir la propia identidad, que la pedagogía no alcanza a abarcar, se requieren de cambios e intervención de la sociedad para que establezca condiciones sociales mínimas que apoyen dichos cambios.

En el capítulo 2, “Sociedad del conocimiento y educación”, el autor divide en dos su discusión; Educación y movilidad social y Educación y socialización. En el primer apartado señala que en las sociedades previas, la educación garantizaba un status social y promovía la movilidad social, en la actualidad ya no es así debido, según argumenta por lo que llama crisis del modelo fordista y la masificación de la educación superior. En el primer caso el modelo fordista requería de poco personal técnico con alta capacitación y mucho con poca calificación, actualmente no estar calificado nos segrega de las oportunidades de la sociedad y el nivel de preparación se empieza a elevar por lo que la división del trabajo ya no funciona en ese sentido. En ello tiene mucho que ver la masificación de la educación, ya que al estar todos los que estudian calificados, las oportunidades son escasas, por ello la sociedad no debe de negar la educación superior o filtrar su acceso, sino dar condiciones laborarles para que la sociedad pueda crecer bajo esa condición.

 

En el segundo apartado, Educación y socialización, pone en debate el papel de la educación en la sociedad, ya que debe de abogar por su autonomía pero como una oportunidad de vincularse libremente con la sociedad y no sólo con un sector de ella. La Escuela juega un importante papel en la formación de mentes críticas que sean capaces de ver su entorno –tecnologizado-, como una realidad creada por el hombre mismo y por ende debe de ser crítico al uso del hombre por la máquina, condenar el uso de la tecnología como un fin y no como un medio.

 

En el capítulo 3, “Universidad y sociedad del conocimiento”, Tedesco remarca la importancia de los aspectos señalados, humanizar el uso de la tecnología y abogar por la autonomía de las universidades, ya que no deben de estar vinculadas a un solo sector, sino servir a la sociedad en su conjunto, tomando en cuenta tres factores: en primer lugar cómo garantizar un acceso permanente a nuevas formas de aprendizaje que permitan la formación de profesionales que respondan continuamente a las necesidades de la sociedad. En segundo lugar, abogar por el mejoramiento de la calidad de la educación, masificarla no implica reducir su calidad. Y en tercer lugar encarar los desafíos que plantean las nuevas tecnologías, reiterando que sólo es un medio, no un fin.

El autor destaca la importancia histórica, que la falta de vinculación de la Universidad en América latina ha tenido con el sector productivo. Cómo revertir eso, sin ser vasallos de la empresa y la industria es el reto.

 

En el capítulo 4, “Desafíos de las reformas educativas en América Latina”, Tedesco pareciera que consultó a un arúspice, pero no,  vivir en las entrañas del lobo nos hace saber de él, como diría José Martí. Por ello todo lo que son los desafíos de las reformas educativas nos parecen comunes. La tendencia al aumento de la inversión educativa, las reformas institucionales, el mayor nivel de conciencia pública sobre la prioridad, de la educación en las estrategias de desarrollo, la relación entre educación y equidad social, las secuencias de los procesos de transformación educativa y las relaciones entre el sector público y privado, políticas integrales para la profesionalización docente basadas en el objetivo de aprender a aprender, a lo largo de toda la vida. Todo nos ha visitado en México, con la RIEB y ahora con las nuevas políticas que han de surgir de la reforma de la reforma, como se le ha dado en llamar al proyecto educativo 2013 – 2018.

 

Tedesco advierte de los desafíos son los mismos, en lo educativo, para las naciones, pero seguir la misma secuencia de atender los problemas es desconocer el contexto local y es lo que los gobiernos de Latinoamérica parecen haber olvidado, la secuencia sólo funciona en sitio, nunca en lo general.

Con ello cierra su análisis de la sociedad del conocimiento y la educación, en Latinoamérica, como dijimos antes, visitó un oráculo porque aquello que dijo en el 2000 se está cumpliendo cabalmente, para nuestro infortunio, pero sobre todo para el de las futuras generaciones.

 

Referencias

 

Tedesco, J. (2000) Educar en la sociedad del conocimiento. México: Fondo de cultura económica.

 

 


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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