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Año: 2013 Mes: ENERO-MARZO Número: 67
Sección: INVESTIGACIÓN Apartado: Historia de la Educación
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LOS MAESTROS DE ANTES
Vicente Paz Ruiz

CAPÍTULO IV

 

El precio de los ideales

En este capítulo Carmen estudia en la escuela normal superior de México, en la especialidad de Lengua, adquiere el grado de maestra y se inscribe a los pocos años en el doctorado en pedagogía en la misma institución, la que sufre los embates de la democracia en México de los años 70, ella participa de los movimientos sociales de esa turbulenta época, crucial para el país y el magisterio, por su parte Luis se ha convertido en un próspero gerente de ventas en su especialidad de materiales de evaluación para las escuelas, ve con desagrado los movimientos sociales que se dan en la ciudad de México.

 

En la ENSM, del cielo a la tierra.

 

Durante las década de los cincuenta se construye lo que será una de las escuelas de mayor presencia en la vida del magisterio en México, la Escuela normal superior de México, constituyó la cumbre de la carrera docente, en ella se especializaban en las diferentes disciplinas los maestros, que con base en su empeño y dedicación logran que este recinto sea de excelencia en todas sus áreas, maestros como el español Antonio Ballesteros y del tabasqueño Agustín Cue Cánovas en Historia, sólo por mencionar algunos botones de muestra, hacen de este centro educativo una auténtica universidad de los maestros, a ella se llegaba por dos rutas, por méritos académicos y el pase riguroso de filtros de selección o bien por recomendaciones y puntos de mérito dentro de la estructura sindical, Carmen como de costumbre recurre al camino más árido, el de los méritos y conocimiento logrando su aceptación en las instalaciones de Fresno.

Dentro de la Normal, y en la escuela donde trabaja en las mañanas, hace un esfuerzo por olvidar a Luis, quien ha dejado de escribirle y ha roto todo tipo de comunicación con ella, triste y herida en su ilusión, se dedica con afán casi enfermizo a estudiar y trabajar, al mismo tiempo que ve por Conchis Chica y Andrecito ambos ya en la normal y en la secundaria respectivamente, su mano suave de madre la combina con su trato duro que no acepta bajas calificaciones en sus hermanos, ya que ella les ha dado la muestra de que el esfuerzo lo puede todo y no permite flojear, su vara de castigo ya tiene bien medidas las nalgas de ambos hermanos. Su padre Andrés, el matador, desde la muerte de su esposa, Concha, ha caído en el alcohol y sólo por amistad el “moritas” los conserva en su puesto, pero a pasos acelerados se degrada como trabajador, padre y persona.

Arturo el estudiante de Biología, pretendiente de Carmen, siempre a su lado, en espera de un viso de cariño, la acompaña todas las tardes a su casa cuando coinciden sus horarios, sus insistentes ruegos para hacer una vida en común, son rechazadas pero no su compañía, la que disfruta Carmen, añorando a su amor perdido, el cual recuerda constantemente al pasar por la “Alameda” rumbo a su casa de brazo de otra persona, diferente a Luis.

Antes de egresar de su especialidad con grado de maestría en lengua española dentro de la ENSM, es llamada por el director de la misma, maestra Carmen, la felicito sin el más mínimo empacho, usted es la mejor alumna de su generación en la especialidad de…, de … si aquí está, en Español, maestras como usted hacen de esta institución el crisol donde se funde lo mejor de nuestro gremio y lo templa, por recomendaciones de los Ballesteros le estoy haciendo una invitación formal para que al completar su trabajo de titulación en no más allá de un semestre, pueda usted integrarse al cuerpo académico de esta escuela…, Carmen sin titubear un solo instante agradece la invitación y acepta ser parte de un mundo diferente del magisterio, la parte que formará ahora a la élite de los maestros y ella, será su maestra, con gran emoción le da la mano al maestro director quien la abraza y da nuevamente la bienvenida.

Arturo la felicita efusivamente al saber la nueva buena, Carmen siente que flota, nunca ambicionó sino ser una maestra de banquillo y ahora será parte de los formadores de docentes, algo que en su vida hubiese soñado pero que su esfuerzo le ha dado. Él por su parte ya ha egresado de la escuela y ahora todos los días está a espera de su, amiga a quien quiere, respeta y ahora admira, si, más aún. Al llegar ambos a la humilde casa de Carmen en Pugibet, de donde no han salido por decisión del jefe de la casa, Andrés el “matador”, él se encuentra como de costumbre mareado por los humos del alcohol, platicando en el patio, sentado en unas piedras con el Polar, su cuñado, Andrecito y Conchis, sentados en la mesa de la cocina comedor estudian y hacen su tarea, ¡papá, niños!, dice emocionada, casi al punto del llanto, su hermana mayor va a ser maestra de los maestros, felicítenme, Andrés no entiende que es eso y sigue con el Polar discutiendo, pero sus hermanos menores se ponen de pie y felicitan a su hermana, ella se ha dedicado a velar por ellos, los sostiene, les prepara la comida y les da lo necesario para su estudio, su papá ha dejado de lado todo tipo de obligaciones y se ha vuelto el hijo mayor de la familia, está a cargo de Carmen, felicidades hija, por fin atina a decir Andrés, quien trastabillando y apoyándose en Arturo, llora como niño, balbuceando una serie de historias sobre la dura niñez de su hija mayor en el campo, de la desgraciada enfermedad que terminó con la vida de Concha, su esposa, de cómo ella se ha hecho cargo de ellos, soy basura profe, soy basura, dice insistentemente a Arturo quien lo escucha atento, no valgo nada, no sé leer bien, sólo se hacer cuentas y matar reses, pero m´ hija ha llegado muy alto, ¡límpiense los ojos hijos!, les dice a sus críos, Arturo le acomoda el brazo alrededor de su cuello y lo lleva a su cama, Conchis abre las sábanas y su padre cae abatido por el alcohol y las emociones.

Gracias Arturo, dice Carmen al encaminar a su enamorado a la parada del camión, perdona pero mi papá… por favor linda, no digas nada, sabes mi historia y conoces a mis padres, bueno a mi mamá, a mi papá sólo en foto, no soy rico ni mucho menos, mis responsabilidades son con mi madre y nada más, mis hermanos ya agarraron rumbo y se casaron o juntaron, sólo yo cuido de mi madre, no sabes cómo te quiere y seguro que estaríamos bien los tres, gracias Arturo, pero ya ves mis hermanos dependen de mí y mi padre más aún, pero por qué no seguimos así, tú en tu casa, yo en la mía y cuates como chocolates para toda la vida, bueno si es que no te llena el ojo otra persona con la que te quieras casar, ¿casarme?, ja, sólo contigo linda, y si no se da pues no se dará, verte y estar contigo es el paraíso, ambos se miran profundamente, se besan con ternura más que con pasión, en flas back ella evoca a Luis.

Años después, la maestra Carmen, que imparte a los recién llegados a la normal la materia de Lengua española del siglo de oro, trabaja ya de forma rutinaria en la ENSM, se siente un ser privilegiado, no sólo se dedica con pasión a su trabajo con sus compañeros de profesión, estudia a su vez el doctorado en Pedagogía dentro de la misma escuela, además de que ha sido requerida para revisar los textos de Lengua nacional junto con otros de sus compañeros para hacerles mejoras, es una vida de sueño, dice repetidamente, se encuentra revisando unos trabajos cuando ve llegar a Arturo, quien con cara de preocupación le dice, deja todo Carmen vente, ella se resiste, y se jalonea de su brazo, ¡no déjame, qué te pasa! le cuestiona, es don Andrés, ven te digo, ella se queda quieta, aferrada a su escritorio, sus compañeros la ven sin comprender, ¡no, no quiero, no, no quiero ir, no me lleves por favor, déjame aquí! le suplica a Arturo, quien con cariño la estrecha en su pecho, es tu papá, tienes que venir le murmura, no quiero verlo así, por favor…, al menos déjame acompañarte a tu casa, no te preocupes maestro, le dice Blanca, compañera de Carmen, quien intuye lo sucedido, déjala aquí yo la llevo a su casa, ya sé dónde vive, anda donde ella te manda.

La noche ha caído en la oscura vecindad de Pugibet, en el centro del patio, la caja con los restos del “matador”, están sobre unas sillas, su deseo antes de morir fue que lo velaran ahí, Conchis reparte café a los vecinos y locatarios del remodelado mercado de San Juan, junto con su tía Lucha esposa del Polar los atiende, Andrecito reparte galletas y arregla las flores que los locatarios le traen al matador, el moritas, su compadre muy serio sentado en unas piedras de los tendederos que se han quitado, llora con su morrongo…, era bien leña el compadre, medio pendejo al principio pero luego agarró el patín y era mi brazo derecho, pedo y todo todavía destazaba como nadie, bien chingón el matador, pero ya vez, la peda se lo llevó, desde que se murió la comadre la agarró y nada más porque le rogaba su hija, la dejaba un rato, pero se ponía de un  humor de la chingada parecía patrón el cabrón, pero eso si con su “cerbatana” mañanera hasta le cambiaba el humor, se le afinaba el pulso y a darle, pero esta última ya no la aguantó, se echó casi tres meses de peda y me fueron a avisar en la mañana antes de abrir que estaba un ruco que se parecía al matador tirado en un poste, no lo reconocían porque estaba todo hinchado y morado.

Salí a ver qué pedo y era el “matador”, pobre, terminar así en la calle como perro, muerto de una cruda, el “Polar” y yo lo quisimos llevar a su casa pero la policía no lo permitió, una coperacha en el mercado y la Cruz verde lo dejó en su casa, Andrecito le avisó a Arturo, no se atrevió a decírselo a su hermana mayor, y junto con el novio de Carmencita nos hicimos cargo de todo, del acta de defunción, de la dispensa de la autopsia, de la mordida para los de la Cruz verde y los ”tecos”, de contratar a una funeraria para velarlo ahí y de arreglar todo para su sepelio al día siguiente después de la misa de cuerpo presente, en el panteón de Iztacalco, bien lejos pero hasta allá quedó la comadre y ahí la iba a acompañar él.

Carmen llegó hasta después de dar su clase, no quería llegar a su casa, no quería ver el cuerpo de su padre, los vecinos al verla llegar la rodearon y le dieron las condolencias, su tía, el Polar, el moritas su padrino, desfilaron junto a ella, quien sin poder llorar no podía aceptar lo que pasaba, Arturo le dio un calmante y la llevó a su cama, él se haría cargo de todo. Al día siguiente Carmen vestida con la misma ropa del día anterior, echó el primer puño de tierra al féretro de su padre, ahí le prometió velar por sus hermanos hasta que se hicieran personas de provecho, Arturo no se despegó de ella ni un solo momento. Al poco tiempo, Carmen, Conchis y Andrecito se mudaban a un nuevo vecindario en la rivera de san Cosme, cerca del trabajo de la maestra, de la nacional de maestros donde estudiaba Concha y de la Wilfredo Massieu la vocacional donde acababa de ingresar Andrés, cerraban una etapa más de su vida.

Vino la ola y casi nos arrastró

“Los disturbios que los malos mexicanos, títeres de los comunistas, han provocado han llegado ya a los excesos, hemos sido pacientes hasta extremos criticables pero todo tiene un límite…” la televisión, el voluminoso aparato que dominaba la pequeña sala de la casa de Carmen y sus hermanos, no cesaba de repetir el video tape del mensaje del presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien aludiendo el movimiento estudiantil de ese año (1968), hacía una abierta advertencia a los estudiantes para que cesaran sus manifestaciones, iniciado todo en julio como un pleito entre una prepa particular y las voca 2 y 5 “ciudadelos”, de ciudadela, que fue absurdamente reprimido de manera brutal. Los granaderos intentaron tomar la voca, pero pasado el primer susto, los adolescentes, no menos de mil se enfrentaron a pedradas a los sorprendidos granaderos que no esperaban, sino sumisión a su brutalidad.

Fue la mecha que prendió un movimiento de reclamo por mayor libertad de expresión, mayor democracia y el abandono de la represión como política de estado ante las voces disonantes al gobierno, Concha se había incorporado ya en la escuela primaria donde trabajaba a las brigadas de boteo e información a la ciudadanía, Andrés era parte del grupo de movilización de la voca donde estudiaba, Carmen, si bien veía con simpatía el movimiento temía por sus hermanos, ella ya había vivido en carne propia la brutalidad de la represión del Estado mexicano y por ello les decía a sus hermanos que no se anduvieran metiendo mucho en esos líos, Arturo era más bien ajeno al movimiento pero por andar sacando a su cuasi cuñado de marchas y mítines había terminado por formar parte del movimiento.

Los estudiantes de la UNAM, del IPN, de Chapingo no despreciaban la ayuda y apoyo de sus compañeros de la Normal, tanto básica como superior, la ENM era un reducto de apoyo para ellos así como la ENSM, sus instalaciones sirvieron incluso para reuniones de estos grupos de estudiantes. Vamos hermana, va a ver un mitin en el zócalo, anda le decía Andrés a Concha y a su futuro esposo, cuando llegaron Carmen y Arturo, quien animó a Carmen a participar de ese mitin, sirve que así no pierdes de vista a tus hermanos, le dijo para convencerla, ella no necesitaba mucho para acudir, su alma libre y su deseo de participar de las luchas sociales que ya había apoyado con Othón Salazar renació en ella, ¡vamos!, dijo con un gusto interno por ver que sus hermanos no eran unos egoístas sociales, eran si buenos estudiantes que velaban por su porvenir pero también se preocupaban por la sociedad y su cambio, no había hecho mal las cosas, se decía para sus adentros.

Es el 27 de agosto… ¡Corre! gritaba Arturo a Carmen, que con sus casi 30 años era aún muy ágil, corrió tomada de la mano de Arturo hacia la catedral, rumbo al atrio al ver que las tanquetas del ejército irrumpían en la plancha del zócalo y los soldados junto con los granaderos e incluso bomberos despejaban el camino de estudiantes rumbo al asta bandera, la manifestación pacífica, una más, era reprimida de forma violenta, acá no se atreverán a entrar le decía Arturo a Carmen al correr rumbo a catedral pero vieron con horror como se cerraban las rejas que la rodeaban, no obstante varios de sus compañeros las brincaron y se perdieron rumbo a la nave principal, ellos quedaron prensados entre las tanquetas, los soldados y la reja, sin poderse mover, los golpes empezaron a llover y el gas lacrimógeno les lastimó ojos y garganta, haciendo irrespirable el aire, ya no pudieron correr, el gas les hizo caer de rodillas y toser hasta vomitar, los soldados y granaderos pasaron de filo junto a ellos y dieron una vuelta al zócalo repitiendo la maniobra de lanzar gas y golpear a los manifestantes.

Aprovechando esa situación la pareja arrastrándose corrió rumbo a la antigua normal, a espaldas del palacio nacional y de ahí caminaron hacia la “Merced”, en el camino vieron varios camiones de soldados, a espera de ser llamados, quienes sin hacer el menor caso a la pareja los dejaron pasar, ya en su casa, Carmen y Arturo bañados y echándose leche en la cara para aliviar en algo el ardor y picor del gas recibido, vieron llegar a Concha, su novio, que venía muy golpeado y a Andrés, lo vamos a llevar al casco a la escuela de medicina ahí lo van a ayudar dijo Andrés, sólo venía a avisarte y a cambiarme, te dejo a Concha, Carmen sin decir palabra vio a su hermano, un adolescente apenas, ayudar a su cuñado y llevarlo junto con Arturo a la Escuela superior de medicina del IPN, donde los estudiantes habían instalado un hospital de campaña.

Al día siguiente se dio la orden de cerrar y suspender las clases en las normales, sin importar los cursos de Verano ni los cursos próximos a iniciar, era septiembre y el movimiento había escalado hasta casi salir de control, tanto de los estudiantes que habían formado el consejo nacional de huelga y del gobierno que veía con preocupación cómo se acercaba la fecha de inicio de las olimpiadas, las primeras en un país hispanoparlante y a la par el movimiento crecía y crecía. Carmen preocupada cerró su cubículo, no sabía si volvería a él, los disturbios, como había visto eran provocados en buena medida por el gobierno, convertían marchas pacíficas en guerras campales donde los estudiantes sólo se defendían, la Marcha del silencio del 13 de septiembre, y el 19 la toma de Ciudad universitaria por 10,000 efectivos del ejército fueron respuestas consistentes con las formas de ver el movimiento, por un lado en paz y pro libertad de expresión y reprimiendo y pasando por alto la autonomía de las instituciones por otro.

La caída de CU y la toma de la ENM como cuartel encubierto por parte del ejército, la toma de la voca 7, a sangre y fuego el 21 de septiembre alertó a los alumnos del IPN, quienes se prepararon a defender el Casco de Santo Tomás, ese 23 de septiembre, fecha de la renuncia del rector de la UNAM, la lucha por el IPN fue brutal sangrienta, las tanquetas se apostaron frente a las rejas de la ENCB, la superioridad de fuerza y armamento del ejército y de los granaderos era compensada por los estudiantes con valor y convencimiento que sólo da la defensa de los ideales, el miedo a morir pero más a la tortura sin eran apresados, la lucha duró de las 17:00 horas del 23 al amanecer del 24, al finalizar la desigual batalla, el Casco fuer tomado y el recuento de los desaparecidos, detenidos, heridos y muertos nunca dado a conocer.

Carmen sabía que Andrés había defendido su escuela pero no sabía si estaba muerto o herido, sólo desde entonces supo que estaba desaparecido, desaparecido se repetía, cómo es posible que no me den razón de mi hermano, es un chiquillo, decía en las delegaciones a donde fue enviada a buscarlo, nunca volvió a saber de él, tiempo después supo que junto con varios de sus compañeros heridos fue llevado al campo militar número 1, eso fue todo lo que supo de su hermano, a quien lloró unos días solamente ya que ahora, decidida se lanzó a apoyar con toda su fe y fuerza el movimiento estudiantil, no valieron las súplicas de Arturo, ni las lágrimas de Concha, ella fue la cabeza del movimiento en la ENSM, siempre con Arturo siguiéndola.

No vamos a transigir compañeros, sólo vamos a dar una tregua para que se lleven a cabo las olimpiadas, en ellas damos a conocer con pancartas y volantes la situación de violencia y represión que vivimos, la opinión del mundo pesará y no nos harán nada al menos durante los juegos, no compañera, le rebatían a Carmen, no es esa la ruta hay que seguir hasta que duela, nos han dado duro y ya es tiempo que respondamos, que convoquemos a una revolución nacional, no mames, dijo otro consejero, esto sólo está pasando aquí, la tele y la prensa lo cubren y oscurecen, mis parientes de Guadalajara no saben nada, sólo lo que dice Jacobo en la tele y así ha de ser en todo el país, cual revolución nacional, nos van a madrear, ¿maáss? Ya ni la burla perdonas compañero, creo que la compañera tiene razón hay que dar tregua, reagruparnos y moderar nuestras acciones… las reuniones del consejo de huelga eran disensos en todos los casos, nunca se llegaba a nada, los radicales, los moderados, los conciliadores no se ponían de acuerdo, pero por fin se acordó no sin mucho resistencia de los radicales, de establecer una tregua unilateral durante las olimpiadas y reagruparse para ver qué medidas tomar al finalizar los juegos, esto sería informado al pueblo el 2 de octubre en Tlatelolco en un mitin, uno de los últimos antes de entrar en vigor la tregua.

La tarde era como cualquier otra de otoño, cálida con un viento fresco, los consejeros, no todos estaban en el edificio Chihuahua de la unidad habitacional Tlatelolco, orgullo de la arquitectura mexicana y que se ofrecía como muestra palpable del desarrollo del país, esperaban tomar la palabra los oradores cuando desde el mismo edificio vieron que se escuchaba el ruido como de cohetes, muy nutridos, disparando hacia abajo, hacia la multitud, uno de los consejeros dijo acá tengo con que quererlos pero una granizada de balas de abajo hacia arriba les heló la sangre, estaban entre dos fuegos, los soldados tirando hacia arriba y otras personas disparando desde el edificio hacia abajo, no eran los consejeros, quienes instintivamente se protegían e intentaron correr para escapar de ese infierno, pero estaban en una ratonera, ahí fueron atajados, golpeados y apresados, unos pocos que por alguna razón no habían acudido se salvaron de ser aprendidos.

Carmen, se había retrasado ya no pudo entrar a la plaza de las tres culturas lugar del mitin, un cordón de seguridad se lo impedía, al escuchar el matraqueo de los disparos salió despavorida corriendo sin dirección fija, lo mismo que muchos compañeros del movimiento y más aún gente del pueblo que no tenía vela en el entierro y que eran perseguidos a bala viva, vio con claridad como cayeron algunos de las personas con las que corría, ella sin saberlo había ido a dar hasta la Plaza de Garibaldi, hasta donde una fila interminable de autos militares esperaba turno en forma de reserva para apoyar a sus compañeros de armas, junto con varios compañeros y gente que no conocía corrió hacia la lagunilla, perdiéndose en las calles estrechas de los mercados, hasta entonces reparó en Arturo, él estaba en la plaza esperándola pero encerrar a Concha y a su novio para que no salieran al mitin la entretuvo lo suficiente para no estar a tiempo, también se dio cuenta que estaba herida en un brazo, un rasguño de bala que ahora le quemaba pero antes no había sentido.

Concha con un rebozo tapándose estaba en la puerta de su casa esperando, con su novio David todavía lastimado de ambas piernas atisbando en la oscuridad con la esperanza de ver aparecer a su hermana, el ruido de las sirenas, de las patrullas, el movimiento de los granaderos y de los camiones del ejército que habían salido del colegio militar le decía que algo había pasado, ansiosa prendió la televisión para escuchar información, pero Jacobo, empezó con la prioridad informativa diciendo, buenas noches, esta es una noche fresca… eso la tranquilizó, la lluvia torrencial que había caído había refrescado la noche, cerca de las dos de la madrugada, sin saber qué hacer y con su novio temeroso de que algo hubiera pasado, escucharon que tocaban a la puerta, abrieron inmediatamente, era Carmen, había perdido su bolso en la carrera, así como su calzado, herida de un brazo, con sus medias rotas y sin un zapato, pálida como sábana se dejó caer en los brazos de su hermana y sólo lloró no podía hacer otra cosa, lloró y lloró compulsivamente sin poderse detener, no pudo decir a su hermana lo que había vivido y sobre todo que tuviera la fortuna de estar viva.

Durante semanas enteras, las que duraron las olimpiadas, no salió a la calle, tenía el temor de ser detenida por la policía secreta como había pasado ya con varios de los compañeros del consejo, o bien miembros de apoyo al movimiento, ella tenía la ventaja de que no era bien conocida en el grupo, sólo fue admitida en él por ser una de las representantes de la ENSM, pero nada más, no había intimado con ellos y muchos ni su nombre conocían, sólo le decía compañera. Al paso del tiempo le extrañó la ausencia de Arturo, ella pensaba que se estaba ocultando, por eso fue con temor a su casa, pero la madre de él, envuelta en llanto le contó a Carmen que desde el 2 en la tarde ya no había vuelto a saber de su hijo, encuéntralo hija encuéntramelo por favor que voy a hacer sin él, ella instintivamente la acogió en sus brazos y le ofreció su ayuda para que viviera con ella, no quiso, la señora al poco tiempo se fue a vivir con otro de sus hijos pero de Arturo nunca supo más, fue uno de los desaparecidos de ese fatídico 2 de octubre.

Camarada Carmen

Tres años dolorosos, con un sentimiento de culpa, de pérdida, de dolor y amargura transcurrieron ella Carmen había perdido a sus novio y a su hermano, además se le había casado su hermana Concha con David, sobrevivientes del movimiento decidieron unir sus vidas al año siguiente de lo sucedido, Carmen ya era abuela, bueno era tía pero se sentía como la madre de Concha y ella y su pareja la veían así, su hijo se llamaba Andrés, aunque Carmen le decía tercero, sólo eso le llenaba un poco el espacio de afecto y de vida familiar que la ola le arrebató, su hermana ya vivía por su cuenta y ella sola en su casa convivía con sus fantasmas, el amor consumado pero no vivido con Luis, el amor vivido pero no consumado con Arturo, el remordimiento de haber arrastrado a su novio a la muerte, el haber inculcado en su hermano ideas que le costaron la vida, a sus 33 años se sentía joven pero ella sabía que era grande para intentar concebir y peor aún no tenía alguien con quien compartir su vida, quizás por ello, o en parte tal vez, se dedicó con ahínco al estudio, su vida era su escuela, sus alumnos, sus investigaciones para la elaboración de nuevos materiales que se escuchaba iban a necesitarse en una nueva reforma educativa impulsada por el nuevo presidente de la república, su viaje a Argentina y su estancia posdoctoral en Paris, donde tuvo que aprender lo esencial del francés, aunque los talleres fueron en español promovidos por la UNESCO, llenaron su tiempo y perfilaron su ruta de vida.

La ENSM, no se quedó estática después del 68, se había inoculado en parte por Carmen y otros compañeros un germen democrático y de búsqueda de libertad que desde este espacio académico apoyaba cualquier movimiento con esa tendencia, así en 1971, se dio un movimiento antidemocrático en la UANL, que había substituido un rector por un general, lo cual la ENSM, la UNAM y el IPN  criticaron e increparon a las nuevas autoridades educativas, el que no respetara la autonomía que por ley tenían las universidades estatales, se empezó a generar un movimiento de apoyo hacia la búsqueda de respeto a la autonomía, libertad en las escuelas y mayor democracia, la reunión, si bien no estuvo auspiciada por la ENSM, si estuvo fuertemente apoyada por ella y por al ENM así como por el IPN, se reunieron el 10 de junio, jueves de Corpus para marchar rumbo al zócalo de la ciudad de México y a la SEP, el contingente de más de 10,000 estudiantes se congregó en las afueras de la ENM, Carmen como parte del contingente de la ENSM, arengaba a sus compañeros a no dejar atrás en el olvido a los caídos del 68, esta lucha buscaba reiniciar estas demandas, según decía, repentinamente el contingente quedó encerrado en un movimiento de pinza, fuerzas paramilitares, golpeadores con bastones de madera golpearon a la retaguardia, mientras que otro grupo de choque los remataba de frente, al intentar huir los manifestantes hacia la ENM, fueron recibidos con descargas de subametralladoras, eran los “halcones”, que dejaron sin vida a decenas de manifestantes, la fuga fue masiva escaparon por donde pudieron, los que buscaron refugiarse en la ENM fueron perseguidos y golpeados, otros que corrieron hacia el IPN fueron atajados y baleados, otro grupo más que se desbandó hacia san Cosme fue reprimido brutalmente y los pocos que llegaron a la ENSM, fueron apresados aún dentro de sus instalaciones.

Fue el caso de Carmen, que fue detenida, fichada y expuesta a la prensa como una de las instigadoras de esta maniobra comunista, era una anti mexicana y los presos comunes incluso, la escupían porque ellos eran solo delincuentes, no traidores a la patria, rezaba la leyenda del diario, “El Norte” que leían el Licenciado Luis, en un desayuno de empresarios en Chihuahua, ahí sólo el suceso de pueblo de madera había sido testigo de lo que pasaba en el centro del país, después sólo desinformación, A´huí preguntó a Luis por qué tanto interés en la foto de una presidiaria y sus cómplices, él no había podido dejar de leer y releer la nota donde la comunista apodada camarada Carmen era presentada a los medios, suspiró y le dijo a su mujer, mira A´huí, te dije que tenía novia en la escuela en México, era ella, siempre anduvo de mitotera y mira en lo que terminó en ser la camarada Carmen del movimiento comunista unido, no la juzgues amor, me has dicho que no hay que creer en todo lo que se lee, no la defiendas A´huí, no la conociste y yo sí, una vez de chicos ella escapó de una golpiza que les dieron a los maestros, pero ahora no se salvó, tuvo lo que buscaba. 

Luis suspiró no pudo ocultar el placer que le produjo recordar las caricias de Carmen y su cuerpo delgado y joven que se había entregado a él, sonrió al recordar las ideas de ella y su ideal de maestro apóstol, cuánto tiempo había pasado. Licenciado Luis… una persona lo volvió a la realidad… buenos días, mire le presento al subsecretario de educación quiere hablar con usted sobre la elaboración e impresión de pruebas estándar en nuestros talleres, desde luego ahora serán a nivel nacional, mucho gusto señor subsecretario, atinó a decir Luis amablemente y haciendo una inclinación de respeto hacia el funcionario, verá licenciado Luis con el 15% de piso que ustedes aportarán a la SEP, por mi conducto ustedes tendrán esa concesión por este sexenio, desde luego eso implica que en alguna época nos visite en la SEP para evaluar sus materiales, claro que sí señor subsecretario, no sólo la SEP tendrá el 15%, sino el 25%, si nos garantiza que seremos distribuidores exclusivos de las pruebas estándar y además de las cartillas de apoyo para el nuevo programa que se avecina, que así sea licenciado Luis, oiga usted tiene poco acento norteño, no es de aquí, no señor soy de la ciudad de México, soy maestro de la Nacional, de la escuela de revoltosos, si ándele de ahí…

Tres meses en prisión, endurecieron a Carmen, quien quedó fichada en los archivos de la policía, los abogados que había contratado Concha habían encontrado fallas en el proceso, arresto sin orden, su delito había sido estar en el sitio equivocado a la hora equivocada, ningún testigo la relacionaba con acto vandálico alguno, no había sido encontrada en posesión de propaganda subversiva y quedó fuera de la prisión por falta de méritos, pero desafortunadamente no  quedó libre porque le asistiera la razón, el presidente Luis Echeverría se quería congraciar con las universidades y escuelas por lo que otorgó perdones al por mayor, ella era beneficiaria de uno de ellos.

Su delegado sindical no sin antes señalarle que a pesar de su rebeldía, se le había apoyado fuertemente para que no perdiera su plaza, pero que las actas administrativas de abandono de empleo eran vigentes, así Carmen apresada, liberada y condicionada volvió a la escuela de sus amores a realizar su trabajo y a hablarles a sus alumnos de la falta de libertades en nuestro país, no fue la única y por ello la ENSM se convirtió en un bastión para todo tipo de luchas populares, que poco a poco colmaron la paciencia al presidente de la república que de un plumazo decidió fragmentarla, desaparecerla de ser posible pero con el menor costo político e histórico posible, Luís Echeverría el nuevo presidente siempre jugó con esas dos variables, así la ENSM, dejó de ser lo que era y fue reducida a islas en diferentes edificios de la SEP, pero el núcleo siguió siendo el viejo edificio de Fresno, donde posteriormente se alojaría el CAM, la diáspora le decía Carmen a esa etapa, les tocaba errar por el desierto hasta encontrar la tierra prometida, pero ella nunca percibió que habían sido arrojados del paraíso. (Continuará)


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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