Se necesita un valor.

Puedes Buscar por: Año, Número, Autor, Artículo.

Menú Principal

Redes Sociales

Contador

Número de visitas: 97999 desde Febrero 2012

Sitios de Interés

Revista Xictli
Revista Xictli Nueva Época

Comentarios sobre el artículo

Comentarios (0)

Artículo

Estas viendo el artículo número: 247

Imprime el artículo

Año: 2023 Mes: SEPTIEMBRE-DICIEMBRE Número: 97
Sección: INTERCULTURALIDAD Apartado: Sociales
Ver más artículos de esta sección

FUE COMO UN CHISPAZO”, VOCES DE LA PARTICIPACIÓN DEL MAGISTERIO EN EL MOVIMIENTO DE ABRIL – MAYO DE 1989
Vicente Paz Ruiz

Introducción

En 1943 con el Proyecto de unidad nacional producto de la segunda guerra mundial se aglutina al magisterio en un solo sindicato, el nacional de trabajadores de la educación (SNTE), una vez fortalecido no sólo negocia el bienestar de los líderes sindicales, sino que pugna con el gobierno mismo por: el control de plazas, recursos económicos, espacios de poder político, contenido académico de competencia sólo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) (Arnaut, 1984). La gran fortaleza que adquirió el SNTE, provocó que se diera una lucha frontal contra la SEP (Street, 1989), oponiendo forma de control llamado patrimonial, al proyecto gubernamental denominada burocrático – tecnocrático. El modelo patrimonial, se interesa por las personas que ejercen una función y su control sobre sus compañeros obteniendo poder jerárquico desde la base, en tanto que el burocrático – tecnocrático se caracteriza por interesarse a nivel macro por el control del personal que realiza funciones específicas, es estructural (Street, 1989).

Esa doble presión ha hecho que históricamente los maestros de banquillo se organicen y hagan oposición constante para luchar contra la burocracia normativa de la SEP y los topes salariales (lucha contra el control burocrático – tecnocrático), al mismo tiempo demanda procesos democráticos que le permitan que sus dirigentes sean realmente sus representantes (lucha contra el control patrimonial). El movimiento revolucionario del magisterio MRM de finales de los 50, dirigido por Othón Salazar, canalizó ambas para contar con el apoyo del magisterio del valle de México, integrando su movimiento al de los ferrocarrileros, electricistas e incluso médicos ya en los sesenta. Sus demandas eran por aumento salarial y democracia sindical, la constante que se observará en todos los movimientos magisteriales (Ortega, 2012).

Una de las primeras medidas del modelo neoliberal de los 80´es la desconcentración del sistema educativo en su aparato burocrático, que se regionaliza formando unidades de servicios administrativo (proyecto de control burocrático – tecnocrático), el control personal de los supervisores hace que el modelo tecnocrático no se instale y deba de negociar con el SNTE para operar, así las delegaciones regionales se subdividen en pequeñas oficinas de atención que son capturadas por el sindicato controlando desde el más mínimo trámite al maestro (control patrimonial). El poder amasado por las figuras jerárquicas de las escuelas; subdirectores, secretarios, directores, supervisores, jefes de sector, en los hechos disputa las posiciones de control con los funcionarios de la SEP (Sandoval, 1987). La desconcentración genera tensión entre las dos fuerzas de equilibrio de la SEP (autoridades y sindicato) quedando en medio los maestros. El SNTE había renovado su cúpula de poder eliminado a ingeniero y profesor Jesús Robles Martínez y entronizando, previo interludio de Sánchez Vite a la Vanguardia revolucionaria de Carlos Jongitud Barrios.

En este entorno, en 1979 en Chiapas se crea una organización de trabajadores de la educación de resistencia y lucha desde dentro del SNTE contra ambos modelos, el burocrático – tecnocrático y el patrimonial, Chiapas se hace de la sección siete y Oaxaca busca lo mismo con la 22, es el embrión de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), la franja de Tabasco a Chiapas y de aquí por el pacífico hasta Michoacán son los estados que alimentan esta organización principalmente. La crisis económica, la desconcentración, las elecciones presidenciales fallidas de 1988, la falta de plazas para todos los egresados de la BENM en ciudad de México, la lucha interna por el control de la educación por la SEP y el SNTE, el nacimiento de la CNTE, el deterioro real del salario de los maestros y el enriquecimiento demencial de sus líderes, se conjuntan para que detone el movimiento magisterial de 1989 (Arriaga, 1989; Street, 1992).

 

Objetivo

De lo anterior surge el objetivo de este trabajo, dar respuesta desde sus actores –los profesores de banquillo- a las siguientes preguntas: 1.- ¿Quienes hicieron el movimiento del 89 en la Ciudad de México?, 2.- ¿Qué formación política tenían los que participaron? 3.- ¿Cómo fue la organización del movimiento? 4.- ¿Qué consecuencias tuvo este movimiento para el magisterio?

 

Procedimiento

Se realizó una búsqueda de información tanto oficial (hemeroteca), como de otras fuentes como archivos existentes en el fondo de la ENSM sobre el movimiento del 89, la cual se ordenó cronológicamente y se depuró para dar contexto a lo relatado por los profesores. Se entrevistaron a maestros de la generación 80 – 84 de la BENM, pues fue de las últimas que estudiaron la normal con el bachillerato como requisito de ingreso y sufrieron: la huelga de 1980 en la BENM, falta de plazas al egresar, el deterioro salarial del profesor.

Se empleó la entrevista a profundidad con un guion, esta técnica de acceso a la información juega con la relación cara a cara de pares, entre iguales, que entienden los códigos propios del gremio y las referencias temporales comunes, por ello se adentra en la vida, el recuerdo, la emoción del infórmate (Taylor y Bogdan, 1990).  Se contactó a 23 maestros todos con más de 30 años de servicio y diferentes cargos, las entrevistas fueron realizadas en el espacio que eligió cada persona, se dio preferencia a los que estuvieron en grupo, sólo fueron útiles 10 entrevistas, pues ellas contaron con los elementos que se requerían en la guía: a.- vida antes de la normal, b.- motivos de ingreso, c.- motivos de permanencia, d.- politización dentro de la normal, e.- permanencia dentro del magisterio, f.- participación en el movimiento del 89, g.- perspectiva de ese movimiento en la actualidad.. Se grabaron las entrevistas con un teléfono celular Sony experia Android 4 con 16 gigas de memoria. El archivo de audio se capturó en Word para Windows empleando el programa Audacity para transformar el archivo y realentarlo para seleccionar las partes relevantes; nivel social, vida en la normal, formación en la normal, politización, vida laboral temprana, participación en el movimiento del 89.

 

Resultados de las entrevistas

Motivos para estudiar en la Normal.

“Soy de origen de maestros, de una familia de maestros, desde que tendría yo razón oigo maestros, me atrevo a decir que hay maestros en mi familia desde el siglo XIX, mis tatarabuelos, mis abuelos, mis padres y yo somos maestros” (Maestro 5). Otros dos no querían ser maestros, pero fueron orillados por la presión de estudiar algo mientras entraba a la Universidad “No quería ser maestra, quería ser periodista (Maestra 2), cuando yo entré a la normal sabía que no era mi vocación” (Maestro 3). “Ingresé a la normal para tener una carrera con qué sostener a mi madre, era huérfana” (Maestra 9). “Entré por precariedad, con las ganas de salir adelante” (Maestro 6). “Mi hermana menor entra en la tarde a estudiar y me quedé con ella para acompañarla, así fue como entré” (Maestra 10).

Nivel social de procedencia

“Era totalmente de clase media, con varios profesionistas en la familia” (Maestro 2), “mi mamá y papá eran maestros, mi papá era director de una escuela secundaria y entonces ganaban bien” (Maestro 4). “Mi papito tenía terrenos en Iztapalapa y vivía de sus rentas, mi hermano tiene un negocio de autopartes, nunca nos faltó nada” (Maestra 10). En contraste hay dos que proceden de estratos bajos de pobreza extrema “era de clase humilde, nací en una vecindad… éramos como diez hermanos” (Maestro 6). “Mi madre era muy humilde no sabía leer” (Maestro 8).

Su estancia en la normal

En lo personal, “nos fuimos formandos porque veníamos todas como que muy cuidadas, las pequeñas, las mujeres y entonces nos formó en ese sentido la situación social, la Normal pues yo la adoro fue mi formación, como persona como maestra, esa parte humana “ (Maesta 4). En lo afectivo, “los poderosos lazos de amistad, una amistad de quien está escolarmente enfrentando retos todos los días” (Maestro 7).

En lo educativo, “son muchísimas cosas que viví en la Normal. Para mí es una etapa en mi formación integral muy importante y recalco integral .. Todo el ambiente tan intenso que había, formativo dese luego, no comenté la parte principal, pues porque esa es obvia que existía, la formación docente, teníamos desde el principio las prácticas de observación el primer año, luego a partir del segundo que empezamos a practicar teníamos didáctica, pedagogía por supuesto la formación en escuela el cuarto año dedicado exclusivamente a lo que es” (Maestra 1).

En lo integral “se daban otras actividades como complemento en la parte Deportiva, Artística y Grupos Culturales, durante ese año participé en el equipo de fútbol Americano denominado los “Bulldogs”,  participé en el grupo de Teatro representativo de la Escuela Nacional de Maestros” (Maestrro 8).

Su politización dentro de la Normal

“[…] los alumnos de cuarto grado decidieron hacer el paro estudiantil  para hacer presión, como yo participaba en el grupo servir al pueblo era de primer grado, me eligieron como representante de grado y del turno matutino, así comencé a participar en actividades políticas..” (Maestrro 8). “En la Nacional de maestros, en el 80 el movimiento fue dominado más que nada por una célula comunista, ellos fueron los que empezaron a modificar las  reglas, para entonces Otilio Montaño era … esa célula dentro de la Nacional de Maestros  ya interactuaban con el estudiantado, ya no era nada más la cuestión de tengo  ganas y así, ya en los círculos de estudio ya tenían ellos toda la línea, yo al principio pertenecí a ese grupo como simpatizante” (Maestrro 5). “Me invitaron a los dos primeros, cuando nosotros estábamos en cuarto año de Normal yo era representante de generación y desde que yo llegué a esa instancia tuve una entrevista con el director ..me pidió que participara en el ámbito político a ayudarle a que hubiera un menor número de cuestiones de paro…” (Maestro 6).

Su vida profesional

“[…] estando en el ejercicio de la carrera es cuando te das cuenta de lo maravilloso que es y de cómo puedes influir tanto en los niños como en los padres de familia … la visión que uno quiere para su país, para sus niños y los adultos” (Maestra 2). “Cuando ya llego y trabajo con los niños me doy cuenta que si me gusta, o séa si amo ser maestra, si es mi vocación, si lo traía ya en la sangre… trabajar con los niños en una zona arriba en el Ajusco, no había transporte los niños con muchas necesidades pero si disfrutaba” (Maestra 3). “Al fondo estaban los tiraderos de Santa Fe y bueno, algunos de ellos eran pepenadores, otros trabajaban como peones y mantenían a sus familias, ahí estaban los Panchitos, los llevé al centro a los museos… algunos no dejaron de delinquir la verdad, supe de que otros cambiaron esa vida” (Maestrro 6).

Su participación en el paro de abril a mayo de 1989

“Fui delegado a la reunión que dio la ruptura de este movimiento en enero de 1989, cuando en las oficinas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que se reunían ahí en Belisario Domínguez, … en ambas escuelas estuve brigadeando, estuve dando información, en la mañana era representante, en la tarde también, después me nombraron representante en la Agrícola Oriental” (Maestro 1). “Yo no pertenecía a ningún grupo, a ninguna corriente ni nada, pero sin embargo fuimos identificando poco a poco quienes queríamos un cambio, una transformación más adecuada a nuestros intereses” (Maestra 2).

“Llegaba a las reuniones, llegaba con mis compañeros de mi grupo de mi salón en la Normal, nos veíamos ahí en las asambleas todavía no me integraba a la organización, estaba por sectores, por representantes de escuela, pero yo iba a las reuniones y les llevaba la información a la escuela, ya después me enteré que había una organización, entonces ya ingresé a la organización del movimiento por sectores” (Maestra 3). “Nos reuníamos en la noche y pues hay que empezar a volantear, hay que hacer esto y pues ahí me fui involucrando, hay que brigadear las escuelas, hay que hacer plantón, hay que hacer esto me costó mucho trabajo esto, esta parte en mi casa, en mi familia de repente pues llegar tarde, y después pararme frente a un grupo de maestro” (Maestra 4).

 “Realizaran marchas, paros de labores y sumándose a los padres de familia de la gran mayoría de los planteles escolares se pudo derrocar a la parte sindical denominada Vanguardia Revolucionaria” (Maestro 8). “La escuela paró en abril, los maestros hicieron junta y decidieron parar la escuela … Los padres apoyaron con trabajo, comida y hasta económicamente el paro, fueron a acompañar en lo que podían a sus maestros, no tenía una conciencia política pero si una identidad de gremio, era muy joven” (Maestra 9).

“Estabamos en plantón en Brasil y nos llevaban algunas casas, comida y no nos molestaba la policía, estamos hablando de hace más de 30 años, antes la policia te llevaba por cualquier cosa” (Maestra 3). “Estaba raro que no nos desalojaran como en otras ocasiones, o nos aventaran a los granaderos, en más de un mitín nos pasó así, pero [en este] no fue así” (Maestro 2).

Recuerdos y consecuencias del movimiento

Los maestros entrevistados, todos de la generación 80 – 84 de la BENM recuerdan con el paso de los años su participación en el movimiento; “.. después en octubre de ese mismo año participamos, yo fui representante, fungí como representante ... me suspendieron y no cobré desde mayo del 89 hasta febrero del 90, cuando me reinstalaron en enero del 90, ya no participé activamente en el movimiento en la sección novena, aún cuando seguía asistiendo a algunas asambleas, ya no era un representante activo y me fui retirando” (Maestro 1).  “Desde un principio me di cuenta de que las asambleas eran una farsa, como ya estaba todo arreglado… tanto así como democrático no lo vi,… después la CNTE manejaba las votaciones bueno...según yo al principio era el derrumbar la vanguardia no, tumbar a ..y cuando llega Elba Esther bueno pues parece … que nada cambia” (Maestro 2).

“Yo estaba feliz, porque pues nos unimos muchos que teníamos esta idea de que el magisterio debía de tener mejor sueldo, en reconocer su labor, en tener mejores instalaciones, o sea cuando llegué se me abrían los ojos, pienso que el movimiento fue como un chispazo, que tal vez en algún momento nos utlizaron para quitar a Carlos Jongitud y poner a Elba Esther….cuestión de la política superior, siento que no estábamos preparados, fue como un chispazo...” (Maestra 3). “Viví el 89 de lleno, pues porque iba a los plenos, hice huelga de hambre ... otros iban por un hueso por un lugar y nosotros no íbamos por nada” (Maestro 4). “Una vez que el sistema logra quitar a Jongitud utilizandonos, nos limitan y utilizan como pretexto para hacer todas las reformas, necesitaban pretextos y esos pretextos mediatizarlos ante los medios de comunicación, fieles aliados al sistema y  evitar que la sociedad pudieran en un momento dado apoyar al magisterio” (Maestro 5).

“Después del paro no se hizo una reunión en la escuela. Todos los maestros regresaron al mismo tiempo, fue un paro como escuela. Perdí fe –en el sindicato- con este movimiento, la imagen de maestros quedó desacreditada y a partir de ese momento empezó un descrédito de la figura magisterial, derivado de ese movimiento se hizo carrera magisterial” (Maestra 9).“Al término del paro, el día de las madres, hice un pequeño festival en la escuela de agradecimiento a los padres. Estoy convencida que nos usaron, a partir de la huelga los maestros fuerona atacados por la tele y divididos por carrera magisterial” (Maestra 10).

Análisis de las entrevistas

Después de leer la información de las 10 entrevistas, éstas se organizaron de acuerdo a las preguntas orientadoras, de ello se concentró la información que se considera clave para comprender las condiciones en que se desarrolló la vida de estudiante de los futuros profesores, antes, durante y después de su paso por la BENM, así como la forma en que esto incidió en su participación en el movimiento de 1989.

Nivel social de procedencia

Si bien en la década de los 50 y 60 la Normal se alimentó de personas de los más bajos estratos sociales, ahora los que ingresan a ella son sus hijos o nietos que disfrutan del capital cultural y económico de la movilidad social lograda por sus padres, ocho de los entrevistado son de clase media, media, a clase media alta, por eso la generación 80- 84 de la BENM tiene mayor distribución de clase media y menos de clase baja.

Motivos para estudiar en la normal

Cuatro de las diez entrevistas mencionan que ingresaron a la normal por tradición familiar, son de linaje de maestros y un paso natural fue ese. Tres más entraron para tener un medio de subsistencia y una profesión de forma rápida. El resto ingresó de forma incidental aluden por ejemplo por acompañar a un familiar a estudiar. Así vemos que la vocación, que tanto se dice en el discurso oficial no es algo tangible ni un sentir común que motivó a los entrevistados a ser estudiantes de la normal en 1980.

Su estancia en la normal

Los docentes coinciden que la formación de los futuros docentes era integral, se cuidaban los valores, la mente sana en cuerpo sano y la responsabiliad social que la práctica en escuela otorgaba, nueve de 10 casos tiene recuerdos y huellas profundas de su paso por ella, desde lo personal, afectivo, educativo entendiendo esto como formación técnica, formación artística, cultural y deportiva. Lo maestros consideran su formación en la normal como la mejor que pudieron tener.

Su politización dentro de la normal

Seis maestros entrevistados no fueron partícipes de reunión o movimiento alguno en la BENM, en tanto que cuatro maestros dicen que ahí adquierieron formación política. Se puede percibir que la vida política del exterior a la normal se colaba para incidir en los maestros en formación, integrándolos a movimientos populares, ideologizándolos desde adentro, por medio de células de simpatizantes que formaban grupos de lucha, así se formaban los grupos de control que se ejercía de estas manifestaciones desde la dirección del plantel, por medio de estudiantes coptados.

Su vida profesional

En los puntos previos hay diferencias, pero en lo referido a su trabajo y responsabiliad social, todos los maestros coinciden que la normal los formó para un trabajo relevante, pero que maduraron con en el trabajo en la escuela. El común de los docentes fue integrarse a sus comunidades de trabajo y aportar en la solución de problemas sociales que vivieron en sus escuelas con los niños a su cargo, ahí se dan cuenta de la importancia de ser maestro y de su influencia en la sociedad, construyendo su práctica.

Su participación en el paro de abril – mayo de 1989

De 10 maestros entrevistados, ocho participaron activamente en la organización del movimiento y dos más junto con sus escuelas, todos participaron de alguna u otra forma ya fuese por iniciativa o por solidaridad. Coinciden en que tuvieron el apoyo de los padres de familia de sus escuelas y que la decisión de cierre de éstas fue de los maestros. La organizacíón del movimiento fue de abajo hacia arriba, desde la escuela hacia la zona y delegación, así fue como algunos de los entrevistados accedieron a conocer la vida de la CNTE o bien del SNTE.

Recuerdos y consecuencias del movimiento

La constante en lo que relataron los maestros, fue el uso político del movimiento y las consecuencias del mismo para ellos y el magisterio. Los maestros de la misma generación y escuela la BENM, todos frente a grupo, convergen en la idea de que el movimiento estaba preparado, que fue usado para fines político y que los mismos maestros apoyaron su división, por medio de carrera magisterial, dando paso a una campaña de descrédito del maestro. Mencionan también su desencanto con la CNTE, pues ellos tiene sus propios intereses y no son de todos los maestros.

 

Conclusiones

Fueron los maestros de banquillo que hicieron realidad el movimiento del 89, se unen al movimiento más por solidaridad de gremio que como activistas de este. Quienes coordinaron éste fueron los miembros de la CNTE, los que escuela por escuela organizan por asambleas a los maestros de abajo hacia arriba en cada una de ellas, hasta llegar a las reuniones definitorias. Dentro del movimiento algunos maestros adquieren identidad de clase (magisterial) y sentido de su importancia dentro de la sociedad.

Los maestros coinciden en que su espontaneidad fue empleada por la política del gobierno quien dio las facilidades y condiciones para legitimar cambios cupulares. Los docentes que participaron en el movimiento están convencidos que fueron usados para fines políticos. En pago, se les dividió con la carrera magisterial y se les golpeó con una campaña de desprestigio constante. Así se cierra la doble pinza, la del control tecnocrático basado en la eficiencia y la del control sindical cimentado en la antidemocracia, en respuesta los maestros no se han vuelto a unir para participar masivamente desde la primavera del 1989.

 

Referencias

 

Arnaut, A. (1984). El personal docente y su control político administrativo en su nivel primario del sistema. Facultad latinoamericana de ciencias sociales: México.

Arnaut, A. (1996). Historia de una profesión. Los maestros de educación primaria, 1987 – 1994. CIDE: México.

Arriaga, M. (1989). La insurgencia magisterial 1979 – 1982. En Aguilar, J. Los sindicatos nacionales, educación, telefonistas, bancarios. García Valadés Editores: México.

Ortega, J. (2012). El SNTE corporativismo y disidencia en el México del siglo XXI. Tesis de Maestría. Facultad de filosofía y letras, UNAM.

Sandoval, E. (1987). Los supervisores: una de las formas de presencia del sindicato en la vida cotidiana del maestro. Cuadernos educativos, primavera 3 y 4, PP. 117 – 122.

Street, S. (1989). El magisterio democrático y el aparato burocrático del estado. Foro universitario, Época III, año VIII, No 11 enero – abril, PP. 7 – 24. UNAM.

Street, S. (1992). El SNTE y la política educativa, 1970 – 1990. Revista mexicana de sociología. No 2, PP. 45 – 74, IIS – UNAM.

Taylor, J y Bogdan, R. (1990). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Paidós: Barcelona.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

Imprime el artículo

Volver al Inicio