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Año: 2023 Mes: MAYO-AGOSTO Número: 96
Sección: PALABRAS PERIPATÉTICAS Apartado: Literatura
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DE COLORES, DE COLORES SE VISTEN LOS CAMPOS EN LA PRIMAVERA
Vicente Paz Ruiz

Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro

 

 

Mi cuate el Charlie

Hace mucho tiempo, conocí más bien conviví con un amigo de la infancia, tenía síndrome de Dawn pero nosotros decíamos que era un niño amigable siempre andaba en su bicicleta, cuando llegaba a jugar, llenaba de energía la calle, traía sus lentes de sol, short, sus tenis su camiseta del Atlante y desde luego su balón, como buenos niños nos caía bien Charlie pero nos caí mejor cuando traía su balón que compartía con nosotros. Su balón era eso un balón de cuero, no era una pelota de hule o plástico como las que usábamos para jugar hasta que se nos ponchaba, este era un balón.

Tenía además un problema en la vista, cosa excepcional pues no veía en colores, veía en blanco y negro, por eso cuando le decíamos que la pasara al de rojo o al de verde, no siempre atinaba, nunca nos dimos cuenta hasta que un día nos lo contó. Él estaba alegre por tener amigos, nos íbamos a una panadería chiquita en las calles de Moras y Rodríguez Saro, ahí nos poníamos a leer cuentos con un amigo que tenía su puesto de periódicos, Charlie se desesperaba cuando platicábamos sobre los colores de la liga de superhéroes, leía muy bien pero cuando de colores se trataba, sólo veía algunos.

A esa condición de ser ciego a los colores se le llama daltonismo, ya que la padecía John Dalton el químico por excelencia, quienes la padecen tienen definición de grises muy fina. La retina tiene dos tipos de estructuras, unas sensibles a la luz y otras sensibles a diferentes longitudes de onda del azul, verde y rojo, las primeras se llaman bastones y las segundas conos. Problemas con los conos implica falta de visión completa en colores, dependiendo qué células son las que tienen este problema será la falta de visión a uno o más colores.

 

Superman y su visión de rayos X

Los cuentos ahora le dicen comics fueron mis maestros para la lectura, con ellos de forma espontánea me di cuenta que leía, me gustaban los del Hombre araña y Superman. Kal – El tenía un origen muy interesante había caído del cielo, venía de un mundo que había colapsado y sólo unos cuantos como él habían escapado de su mundo del sol rojo, Kriptón. Tenía súper poderes que le daba el sol amarillo, nuestra estrella; fuerza sobre humana, la capacidad de volar, invulnerabilidad, aliento huracanado, vista de rayos X, visión de calor, agudeza de vista de águila  y la facilidad de no ser reconocido sólo poniéndose lentes, entonces se convertía en Clark Kent.

Algo que me llamaba la atención era que en los cuentos, Superman emitía luz de sus ojos y con eso podía ver las cosas incluso de noche, la luz salía de sus ojos. Este poder era un regalo de Platón, el filósofo de las espaldas anchas decía que nosotros veíamos las cosas porque emitíamos luz para verlas, por eso no los veíamos de noche pues nuestra luz era débil no como las de los felinos que era brillante. Aristóteles para variar, no estaba de acuerdo con él y decía que nosotros vemos las cosas porque éstas emitían copias de sí mismo que veíamos.

En los 1600 René Descartes recuperó los estudios de geometría de Euclides aplicados a la óptica, es decir a la formación de imágenes, todos sus cálculos partían de que los objetos emitían luz y por eso los veíamos, una actualización de la idea de Aristóteles se imponía, más tarde Isaac Newton descubrió que con un prisma se dividía la luz que venía del sol, para él la luz blanca que vemos es la suma de todos los colores del prisma, la luz según esto estaba formada por corpúsculos. La teoría corpuscular de Newton fue criticada por Robert Hooke pues para él la luz no podía estar formadas de corpúsculos sino por ondas como las del sonido, Huygens desarrollo una teoría al respecto la teoría ondulatoria de la luz.

En el laboratorio de la secundaria

“Buenos días jóvenes aún, quietecitos, todos con sus batas bien abrochadas y vamos a entrar uno por uno al laboratorio”, la Esc. Sec. No 10 tenía sólo un laboratorio de física y química y otro de Biología, pero estaba muy bien equipado, a este recinto entrabamos con supervisión del maestro Juan, un maestro dicharachero con gusto por su trabajo y siempre de buenas. “Ustedes tres aquí, ustedes tres allá”, el laboratorio era amplio nuestro grupo era de 25 alumnos así que el material y las mesas alcanzaban para equipos de tres. Me tocó con el “Mosco” y el “Frankie”, nos dieron una caja con unos vidrios gruesos, una lámpara de pilas y un espejo. “A trabajar, sigan las instrucciones.”

Oiga maestro ya pude ver el arcoíris, “muy bien Benjamín a ver ustedes cosas con pelos “¿ya pudieron?, el maestro nunca nos decía así de forma ofensiva, sino en tono de broma decía que en su época iban a rape a clases y que nosotros íbamos muy greñudos. El “mosco” emocionado veía su nariz en el espejo, Frankie jugaba con la luz de la lámpara pasándola por un vidrio grueso cuando de repente dijo, “ya, ya pude”… se veía nítidamente un arcoíris en la mesa, el maestro al notarlo pidió que apagaran las luces y el arcoíris se iluminó, qué hermosa vista, muy bien dijo el maestro Juan, “recojan sus cosas y seguiremos la próxima clase en el salón”.

“El fenómeno que vimos fue el de la refracción y parte de la reflexión. A ver Carlos (así se llamaba el “mosco”), ¿qué tanto te veías en el espejo en laboratorio?”, mire es que me está creciendo un barrito en la nariz, y se me puso roja, “eso se llama reflexión, el ve su imagen que rebota de una superficie plana. Haber Benjamín (le decíamos el sabio, siempre nos sacaba del apuro), qué fenómeno vimos con el arcoíris”. Con permiso profesor, dijo el Sabio, es un fenómeno de refracción, se da cuando un haz de luz pasa de un medio menos denso a uno más denso o viceversa. “Gracias Benjamín, alguna duda”, todos dijimos ¡nooo!

Oda a la luz

 Literatura, una de mis materias favoritas en la secundaria, nuestra maestra era muy querida por sus alumnas y exalumnas que la visitaban con frecuencia, platicaba con ellas de cosas de mujeres y al menos una vez a la semana, nos dejaba a los hombres encargados con el maestro Zabaleta, un hombre lobo con más pelos que el escorpión dorado, muy enérgico nos ponía a dar vueltas al patio. En tanto, la maestra hablaba de cosas de mujeres con las niñas, era una auténtica educadora.

La maestra era una pelota de emociones, intensa como ella sola, con su voz de cancionera trasnochada insuflaba pasión a todo lo que hacía, todo un modelo de maestra. En una de sus clases recuerdo cómo declamó con ojos vidriosos de la emoción el poema de Salvador Díaz Mirón, “Ojos verdes”, este fragmento no se me olvida:

Ojos en que reverbera

La estrella crepuscular,

Ojos verdes como el mar,

Como el mar por la rivera

Ojos de lumbre hechicera

Que ignoráis lo que es llorar…

 

Reverberar es una forma poética de decir reflejar, ojos en que reverbera es decir ojos en que se refleja, Ojos verdes como el mar, según los climatólogos y oceanógrafos, el color del mar se debe a que refleja la luz del sol, pero si así fuese sería color blanco, la luz al viajar por el aire y entrar a un medio más denso (desviación – refracción), el agua, refleja una cantidad de luz y absorbe otra, la luz que absorbe es roja (de baja frecuencia) por eso se calienta y la que emite de alta (azul, verde) de ahí su color. Salvador Díaz Mirón seguramente sabía algo de física pues poéticamente nos dejó dos fenómenos de la luz.

La ambigüedad como toma de postura

Cuando decimos que la luz es de baja o alta frecuencia nos referimos a ella como una onda, la luz estaría formada por ondas que tienen amplitud, longitud y frecuencia, a menor amplitud menor longitud mayor frecuencia implica mayor energía, a mayor amplitud, longitud menor frecuencia, menor energía. Así se explica por qué la luz ultravioleta es dañina tiene mucha energía y baja longitud por eso quema, en tanto que la luz más débil energéticamente hablando es la luz roja que sólo calienta pero no quema.

La luz según Descartes y Newton está formada de partículas, en tanto que para Huygens y Hooke está formada por ondas. La idea de la luz como una partícula sólida tuvo una demostración ejemplar con los experimento de Hertz y Thompson, de fotoemisión de electrones.

Einstein, dio una explicación teórica de dicho fenómeno fotoeléctrico, en él placas de metal desprenden electrones al incidir luz en ella, a mayor energía de la luz mayor cantidad de electrones se desprendían, estas balas de luz eran cuantos de energía que llamamos fotones. Esto daba aires renovados a la teoría corpuscular, con explicación de cuantos de energía luminosa (fotones). En esa misma década de los fabuloso 20´Louis De Broglie dice que la luz se comporta como partícula y onda a la vez, o sea que ni onda ni corpúsculo sino todo lo contrario, con ello dio término a una discusión que venía desde los griegos sobre la naturaleza de la luz.

 

Referencias

Ojos que nunca me veis,

Por recelo o por decoro,

Ojos de esmeralda y oro,

Fuerza es que me contempléis;

Quiero que me consoléis

Hermosos ojos que adoro;

¡Estoy triste y os imploro!

¡Puesto en tierra la rodilla!

¡Piedad para el que se humilla!

¡Ojos de esmeralda y oro!

 

Ojos en que reverbera

La estrella crepuscular,

Ojos verdes como el mar,

Como el mar por la ribera,

Ojos de lumbre hechicera

Que ignoráis lo que es llorar,

¡Glorificad mi penar!

¡No me desoléis así!

¡Tened piedad, compasión de mí!

¡Ojos verdes como el mar!

 

Ojos cuyo amor anhelo

Porque alegra cuanto alcanza

Ojos color de esperanza,

Con lejanías de cielo;

Ojos que a través del velo

Radian bienaventuranza.

Mi alma a vosotros se lanza

En alas de embriaguez

Miradme una sola vez

Ojos color de esperanza.

 

Cese ya vuestro desvío,

Ojos que me dais congojas;

Ojos con aspectos de hojas

Empapadas de rocío.

Húmedo esplendor de río

Que por esquivo me enojas.

Luz que la del sol sonrojas

Y cuyos toques son besos,

Derrámate en mí por esos

Ojos con aspecto de hojas

Luz que la del sol sonrojas

 

Salvador Díaz Mirón


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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