Se necesita un valor.

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Año: 2022 Mes: MAYO-AGOSTO Número: 93
Sección: INVESTIGACIÓN Apartado: Gestión Educativa
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“MIRAR AL ROSTRO” LA CONVIVENCIA Y EL DESARROLLO DE LA MORALIDAD
Maestra Socorro Cruz

Para las maestras y maestros que nos identificamos con la carta de la escuela moderna, es claro pensar que la convivencia escolar forma parte de nuestro quehacer pedagógico, es decir, el ambiente armónico de aula y escolar,es la condición necesaria para implementar formas de trabajo, libres, creativas, placenteras y críticas. Es la utopía que nos alienta a avanzar a una educación y una sociedad liberadora como lo plantean Freinet y Freire.

En esos términos la docencia es una tarea implicada por la convivencia por estar conformada por las interacciones humanas. Son los intercambios en donde tenemos las oportunidades de construir grupos con dinámicas de paz y respeto. La convivencia es una tarea que forma parte de nuestro quehacer pedagógico.

Todo esto suena muy bien, ¿pero por dónde empezar o cómo llevarlo a cabo?

Hay muchas propuestas, muchos caminos y hoy decido andar uno que tiene que ver con reconocernos, como si nos miráramos por primera vez a un espejo, por eso lo he llamado “Mirar al rostro”. Ver a qué le damos prioridad en nuestro quehacer cotidiano. Qué tipo de valores están presentes en mi aula virtual o física. Para responder a ello primero hablaremos de una clasificación de valores.

 

Los valores abstractos y concretos

Un valor es aquello a lo que le damos importancia. Son productos culturales expresados principalmente en sistemas normativos que los estudiantes reciben por la socialización de todos sus espacios sociales, más la construcción individual que cada persona realiza desde su subjetividad. Es decir, son una construcción sociológica y psicopedagógica. (DELVAL: 2007)

Una forma de clasificar los valores es en abstractos y concretos.

Los valores abstractos, es lo que se pondera en un momento dado y que se queda, trasciende el tiempo, el espacio y las comunidades. Cecilia Fierro refiere que son las “construcciones culturales que surgen en un momento de la historia y han trascendido al ámbito de una sociedad determinada y adquirido carácter “transcultural” o “universal” como los valores de la vida, la justicia, libertad, dignidad de la persona.” Los valores abstractos también reciben el nombre de principios éticos universales.CECILIA, F. (2003)

Los valores concretos responden a exigencias sociales que se esperan del comportamiento de los integrantes de esa sociedad, se van construyendo a partir de sus usos y costumbres. Se van modificando por el contexto, las creencias, unos ejemplos son: la limpieza, puntualidad, amor, responsabilidad, la cortesía y el aseo personal.

Los valores abstractos se expresan en las “normas abstractas”. Un ejemplo es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el artículo tercero o en la Ley general de Educación. Los valores concretos se expresan en “normas concretas” como son los acuerdos de convivencia escolar, de aula y de familia.

 

Tres dimensiones para revisar la vivencia cotidiana de valores

Podemos empezar a analizar nuestra práctica docente a partir de tres dimensiones o categorías del modelo llamado E-P-R, de IsabelleVinatier (2013). Cada letra responde a una dimensión: E epistemológica, P pragmática y R relacional.

La dimensión epistemológica tiene que ver con la forma en cómo opera la construcción de saberes, puede ser cuando por medio de un texto impreso o virtual el sujeto accede a un conocimiento y construye un discurso, o desde el contacto y manipulación del objeto materializado la persona domina un proceso o acción, a partir del objeto se construye un saber. También está el saber social que se conforma a partir de las relaciones en donde se manifiestan tanto emociones como sentimientos y nos llevan al autoconocimiento y conocimiento del otro. Tiene que ver con el progreso de los estudiantes, cómo el maestro acompaña en ese proceso de construcción de saberes.

La dimensión pragmática corresponde a todas las acciones para atender los contenidos de los programas de estudio. Es el uso de la metodología didáctica, aquí entran todas aquellas estrategias para enseñar el contenido que posibilita el aprendizaje de los alumnos.

La dimensión relacional tiene que ver con la construcción de acuerdos y formas de relacionarnos en el grupo, determinan las dinámicas interpersonales en espacios cara a cara o mediadospor las plataformas virtuales. Es la comunicación entre estudiantes con maestros y entre estudiantes. La intención es crear las condiciones para el aprendizaje.La forma en la que se atienden las tensiones, los conflictos, las normas y los acuerdos.

 

Evidenciamos los valores

Ahora si nos podemos preguntar ¿Cómo podemos hacer “visibles” los valores que el docente transmite en su práctica cotidiana?

Esa realidad llamada práctica docente la recorto en dimensiones para revisarla y empiezo con la epistemológica. Nos podemos preguntar ¿qué medios utilizó para hacerles llegar el conocimiento y que mis estudiantes construyan sus aprendizajes?

Hay dos formas de trabajo muy diferentes, la primera es de tipo constructivista. Encontramos acciones que dan las condiciones para que los estudiantes analicen situaciones de su vida diaria, dialoguen, propongan, tomen decisiones, reflexionen, saquen conclusiones, experimenten, en general relaciones cooperativas hipotéticas o vivenciales.

La segunda forma son acciones repetitivas, cuando principalmente les doy la información, de forma sistemática copian, memorizan, realicen operaciones básicas, resuelven cuestionarios, leen por velocidad, recortan para pasar el tiempo.

Estas dos formas de trabajo son muy diferentes, se podría pensar que eso no tiene que ver con el desarrollo moral, pero no es así. Un acompañamiento que impulsa experimentar, reflexionar y decidir posibilita a los estudiantes para que su desarrollo cognitivo vaya madurando, en términos de Kolberth decimos que su pensamiento lógico formal, es necesario para su desarrollo moral. (KOLBERTH en DELVAL: 2007) Porque las relaciones cooperativas llevan a los estudiantes al razonamiento moral, los chicos logran tener consideración de los otros gracias al dialogo y la responsabilidad ante el otro. Por eso es esencial priorizar las acciones de dialogo a partir de la reflexión que involucre la interacción con los otros.

En relación a la dimensión pragmática encontramos las formas de trabajo, técnicas dinámicas, estrategias, secuencias didácticas o proyectos. En mis grupos ¿quién decide las formas de trabajo, ¿cómo nos organizamos?, ¿quién distribuyen las acciones?

Para elegirlas formas de trabajo ¿a qué le doy prioridad?: al ambiente de trabajo ordenado, a la organización para el trabajo, las relaciones entre los estudiantes, la limpieza, la relación de estudiantes maestro, la construcción del aprendizaje. En estas prioridades se visualizan nuestros valores y entonces puedo pregúntame ¿qué valores priorizo? Encontré que,con mis chicos de la secundaria, pensaba que le daba prioridad a la construcción del aprendizaje y a la organización para el trabajo y en la práctica me descubro priorizando, el ambiente de trabajo ordenado. Es decir, el trabajo a realizar era adaptado de tal forma que los chicos lo realizaran de forma ordenada.

También la dimensión pragmática me permite intencionalmente usar estrategias a través de las que posibilitamos vivenciar ciertos valores. Entre las estrategias específicas para el desarrollo moral encontramos las siguientes: dilemas morales, clarificación de valores, solución de conflictos, mediación, desde la literatura infantil, asamblea escolar, prácticas reflexivas (ORTEGA: 2010), que tienen la intención de propiciar trabajo en equipo, colaboración, ayuda, compasión, democracia, igualdad, libertad, respeto.

Hay estrategias de enseñanza y aprendizaje que priorizan la competencia y por tanto la rivalidad; cuando se les pone a competir, cuando se les motiva a ver quién termina más rápido, quién sabe más, quién lo hace mejor. O bien estrategias que ponderan el trabajo entre pares, para vivir la camaradería, prácticas dialógicas, reflexivas y colaborativas en donde el trabajo del aula va siendo una responsabilidad conjunta.

Encontramos que el tipo de estrategias de enseñanza y aprendizaje llevan implícitos ciertos valores tanto concretos como abstractos, lo importante es reflexionar sobre qué estoy propiciando.

Para revisar la dimensión relacional partimos tanto de la forma en que FIERRO, C. y CARBAJAL, P. (2003) clasifican las normas en el aula como del siguiente principio: “las normas evidencian nuestros valores”. Entonces me pregunto¿qué normas establezco en el salón de clase? De orden, trabajo en el aula, limpieza o de relación con los otros.

Hay normas que tienen que ver con el orden en el aula, como son: guardar silencio, poner atención, trabajar sentados en su lugar, colocarse en filas, en círculos. Normas para el trabajo en el aula como es: cumplir con la tarea, empezar la actividad, concluir la actividad, participar en equipos, plantear puntos de vista. Normas de relación entre compañeros como son: respetar a tu compañero, respetar sus pertenencias, compartir su material. Normas de limpieza como asistir limpios, peinados, mantener limpio el salón. Normas de relación entre estudiantes y adultos.

Entonces me cuestiono ¿qué normas enfatizo con mis estudiantes?, ¿qué expresiones utilizo para referirlas?, ¿doy argumentos?, ¿qué tipo de argumento utilizo?, ¿quién establece las normas del salón y de la escuela?, ¿siempre se cumplen esas normas?, ¿de qué depende que se cumplan o no?, ¿las normas que enfatizo hacen referencia a valores concretos o abstractos? Todas estas preguntas me ayudan a reflexionar seriamente sobre los valores que pongo en juego en la relación cotidiana con mis estudiantes.

Cecilia Fierro (2003) indica que como resultados de sus investigaciones la mayoría de las expresiones docentes hacen referencia a valores concretos y menos a los valores abstractos.

Las normas concretas son las que más se presentan en las aulas y se manifiestan tanto de forma verbal como por otros medios, que varían muchísimo, por ejemplo: la norma de guardar silencio se manifiesta por múltiples formas dependiendo el nivel, los alumnos, el maestro y su estilo. En preescolar es muy común utilizar las canciones. Una muy conocida es:

Un candadito nos vamos a poner

el que se lo quite va a perder.

Otra más reciente es:

La vaca la vaca dice mu,

qué cosa qué cosa dices tú,

digo que es hora de atender y en silencio permanecer.

 

No son malos como actividad para captar la atención, lo malo puede radicar en usarlas constantemente para mantener siempre a los pequeños en silencio. En secundaria antes de la prohibición de tocarlos era común que se les tocara el hombro cuando el maestro caminaba por las filas mientras los chicos realizaban una actividad individual. Los gritos de determinadas maestras para que guarden silencio. El clásico te voy a bajar puntos por estar hablando.

Podemos darnos cuenta que hay muchos medios que invisibilizan los valores. Cuando a las normas se les quita su sentido, desaparece el valor que está implícito. Los valores se diluyen y contradicen cuando se anteponen reacciones de violencia, de obediencia, cuando se prioriza la figura de autoridad o el estado de ánimo del maestro.

Para develar los valores de las normas se debe argumentar la importancia de la norma, el para qué y por qué.  Por ejemplo, guardar silencio. Es necesario que si una persona está hablando los demás lo escuchen, para saber qué piensa, qué propone, reconocer qué todos los integrantes de un grupo saben, por lo tanto, todos pueden contribuir, resaltar la importancia de la escucha en esa situación. Ya no es te callas porque así debe ser.

Hay medios para implementar las normas que se contradicen a la misma norma como es el de gritar para que estén en silencio. Todos sabemos que los castigos físicos se prohíben porque en lugar de apoyar una reflexión y modificar una conducta, propician resentimientos y acciones contrarias a las deseadas. Debo confesar que llegué a hacerlo. Después de reflexionar sobre ello implementé, llegar a un grupo, ponerme en un lugar visible, colocar mi dedo índice en la boca e indicarles con la otra mano que tomarán asiento, y muy suavecito les empiezo a hablar.

Por otra parte, encontramos medios que no explican la importancia de la norma, solo dicen que hay que cumplirla, no dicen por qué ni para qué. Un ejemplo es cuando un maestro dice: lo haces porque así tiene que ser. Todos tienen que venir con el caballo corto porque así lo exige la escuela.

Otros medios se manejan discrecionalmente, dependiendo el estado de ánimo, momento, circunstancias del maestro, hora, o simpatías personales. Ejemplo de ellos son: Hoy no estoy de humor para bromas. Vengo enojada no te doy permiso. En estas condiciones los chicos calculan si el maestro esta de buenas o no y si les va a permitir o no tal situación.

Hay medios que anteponen la persona del docente para cumplir la norma. preferencias del maestro. Me gustan los niños trabajadores.  A mí me gusta que sea así. Saben que me gusta que terminen rápido. No me quiero enojar, así que todos calladitos y trabajando. Apúrate a trabajar no me hagas enojar. En una ocasión me escuché diciendo la siguiente frase. “Por favor, recógeme ese papel”. Un papel que yo no había tirado, pero sin tener consciencia antepuse mi persona a la acción de limpieza.

También podemos identificar aquellos medios que utilizan la figura de autoridad para cumplir la norma. Se evidencia en frases como: Soy el maestro y me obedecen. “exhibir en público, recriminar, usar la burla, insultar, aplicar castigos corporales o maltratar físicamente a los alumnos” (FIERRO, C.y CARBAJAL, P, 2003; 6).

Para concluir necesitamos saber que los valores se vivencian día a día por medio de acompañamientos que estimulen el desarrollo cognitivo de las habilidades superiores. A través de estrategias de enseñanza y aprendizaje dialógicas, reflexivas y colaborativas. Más las múltiples formas de relación ante el otro que los sensibilice, les ayuda a pensarse desde el otro, lo que el otro siente, necesita y puede hacer. Una relación de reconocimiento y responsabilidad del otro. Si además de todo esto el maestro maneja estrategias específicas para una educación valoral como solución de conflictos, asambleas, foros, clarificación de valores, dilemas morales, juego de roles y más, entonces la oferta valoral (FIERRO, 2003) que el maestro brinda es muy rica. Sin embargo, estas estrategias dejan de ser significativas si se viven en ambientes contradictorios o que invisibilidad los valores.

 

Referencias

DELVAL, J. El desarrollo moral en: El desarrollo humano. Siglo XXI editores, México. 2007.

FIERRO, C.y CARBAJAL, P. El docente y los valores desde su práctica. Sinéctica, Revista Electrónica de Educación, (22),3-11.[fecha de Consulta 15 de Junio de 2021]. ISSN: 1665-109X. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99817932002

FRAGOZA, A.:CORDERO G. y Fierro C. El uso de un modelo interaccionista para el análisis de prácticas docentes. En Actualidades Investigativas en Educación, vol. 18, núm. 3, pp. 1-20, 2018. Instituto de Investigación en Educación, Universidad de Costa Rica. Consultado mayo 2021 en https://www.redalyc.org/jatsRepo/447/44759784027/html/index.html

FREINET, C. La educación moral y cívica. Fontamara México. 2001

ORTEGA, P y MÍNGUEZ R. La educación moral del ciudadano de hoy. Paidos, México. 2010.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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