Año: 2021 Mes: SEPTIEMBRE-DICIEMBRE Número: 91
Sección: PALABRAS PERIPATÉTICAS Apartado: MISCELANEA
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IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO BASILIO: UNA BIOGRAFÍA
Francisco Ortiz

Multifacético personaje de raza indígena pura, chontal según algunos autores, nació en Tixtla y creció al lado de sus padres en condiciones de pobreza extrema, motivo por el cual no pudo asistir a la escuela elemental, como tampoco asistían la inmensa mayoría de los indígenas de su tiempo. 

 

El afortunado nombramiento a su padre como autoridad del pueblo brinda al niño la oportunidad de ingresar a la escuela a los 14 años, de inmediato destacó por su inteligencia y avidez para aprender.

 

Se hizo merecedor de una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca. Fue discípulo directo y distinguido de Ignacio Ramírez, conocido como El Nigromante (creador de la beca para indígenas destacados que lo llevó a estudiar al Instituto); abrevó de los conocimientos de tan ilustre benefactor, de su sabiduría e inquietudes políticas e intelectuales.

 

Más tarde, se desempeñó como bibliotecario en el prestigiado Instituto. El tesoro a su encargo - los libros reunidos por el político y erudito historiador Lorenzo de Zavala-   le permitió empaparse de los conocimientos que estaban a su disposición: los clásicos y los contemporáneos extranjeros, la literatura universal, los enciclopedistas franceses ejercieron marcada influencia en su ideología. Formó parte activa del grupo de intelectuales que rodeaban al admirado Maestro y colega y conoció el ambiente cultural y político de la época.

 

Sus inquietudes periodísticas ocasionaron que fuera separado del Instituto en virtud de que el periódico que fundó, de nombre Los Papachos   no fue del agrado de las autoridades.

 

Debía ganarse la vida y, polifacético como era, imparte clases de latín, después inicia un recorrido por diversos poblados del sur del país con una compañía de cómicos de legua, de la cual era propietario, director, argumentista y tal vez, actor. Esta actividad le permitió deleitarse con el paisaje y recrearlo, conocer los distintos tipos de habitantes de cada lugar, las costumbres, anhelos, lenguaje, historias y tradiciones de cada lugar tal como lo vemos relejado en su obra literaria.

 

Decidió partir a la ciudad de México para estudiar Leyes en el Colegio de San Juan de Letrán, sostenía sus estudios enseñando francés en un colegio particular.

 

Al estallar la Revolución de Ayutla, interrumpió los casi concluidos estudios y se alistó como soldado bajo las órdenes del legendario general Juan Álvarez, finalizada esta gesta, retoma los estudios e inicia una carrera política la ejercerá en diversos cargos y encargos hasta su muerte; de nueva cuenta deja los estudios para participar en la guerra de Reforma, donde reafirmó e hizo patente la ideología liberal. Se titula como abogado en 1859 y, al triunfo de los liberales es elegido como diputado al Congreso de la Unión. 

 

Fiel a su ideario político y ante el deseo de expresarlo y convencer a los demás para buscar el bienestar de la patria, aquel indígena que en su infancia desconocía la lengua española ahora dominaba plenamente con claridad, fluidez, belleza y elegancia, esta lengua nacional y otras extranjeras. Su discurso oratorio era brillante, persuasivo, convincente, incendiario, si así se requería. Le decían El Dantón mexicano, fue uno de los mejores oradores del siglo XIX

Patriota fiel y convencido participa en la   guerra contra la intervención francesa, fue un heroico coronel que combatió en el Sitio de Querétaro y repelió el ataque de las tropas conservadoras. El triunfo de los liberales afianzo en los mexicanos las ideas de independencia y libertad, y sirvió para que México ahuyentara definitivamente el yugo extranjero impuesto por las armas.  El fin de esta guerra señala la restitución definitiva de la República y el fin de su carrera como militar.

 

Continúa en la política y el servicio público, en la docencia, en la literatura y en las publicaciones culturales.

 

Incansable, funda periódicos, colabora en otras publicaciones; junto con Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto publica El Correo de México, El Renacimiento en la cual se propone y logra unir las plumas brillantes de conservadores y liberales en una labor conciliatoria para sanar las heridas y resentimientos, lograr la comunión de objetivos y fomentar la conciencia de unión nacional. Colabora en la fundación de los periódicos: El Federalista (1871), La Tribuna (1875) y La República (1880)

 

Laboró como docente en colegios particulares, en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Escuela Nacional de Maestros, en la de Comercio y en la de Jurisprudencia.

 

Fue director del Liceo Hidalgo

Como político y servidor público fue elegido tres veces diputado al Congreso de la Unión, en 1882 fue definitivamente decisiva su alocución en pro de la aprobación de la educación primaria laica, gratuita y obligatoria.

 

Fue Procurador General de la República, Fiscal, Magistrado y Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Se desempeñó también como Oficial Mayor del Ministerio de Fomento, señalo este encargo que pareciera no igualar la categoría de los anteriores porque en esta encomienda tuvo el genial acierto de impulsar la creación de los observatorios astronómicos y meteorológicos y la reconstrucción de las vías telegráficas.

 

Colaboró en el Servicio diplomático del país como Cónsul de México en España y acudió como representante a importantes reuniones internacionales.

 

Destacado y brillante en todo lo que hacía es la literatura, su pasión primigenia, la que lo catapulta a nuestros días. Se le considera promotor de la literatura mexicana; nacionalista, costumbrista. Quería que la literatura fuera elemento tanto de integración cultural como de identidad nacional. Le debemos en gran parte, el conocimiento de las literaturas inglesa, alemana, norteamericana e hispanoamericana. En las famosas Veladas Literarias que organizaba en su casa propiciaba y fomentaba la lectura de autores y obras tanto nacionales como extranjeros.

 

Algunos consideran a Altamirano como “Padre de la Literatura Mexicana”, séalo o no, es la figura literaria más relevante del siglo XIX, cito a la autora Carmen Milán: orientó la literatura hacia la afirmación de los valores nacionales, sin descuidar el conocimiento de las literaturas extranjeras … intentó encausar la historia y la crítica literaria. Su obra abarca poesía, novela, discursos, cuadros de costumbres, periodismo, estudios de crítica e historia literaria…Dentro del género narrativo destacan Clemencia, El Zarco, La Navidad en las Montañas. Su obra poética juvenil la representa Rimas.

 

Es posible encuadrar su obra en el Romanticismo un tanto tardío, en el Realismo y el Costumbrismo.

En su obra predomina el tema amoroso, el descriptivo y el de la exaltación patriótica. En la descripción de los paisajes de su estado encuentra lo propio mexicano, su narrativa tiene unidad y congruencia, sus personajes y ambientes son cuidadosamente tratados, su descripción es colorida y exacta.

 

Coincido en la opinión   que afirma que, en su obra literaria, Altamirano es clásico en su expresión y romántico de espíritu. Pero por sobre todas las cosas Ignacio Manuel Altamirano es un brillante hombre de bien, un liberal convencido y convincente, un guerrerense ilustre, orgullo de sus paisanos y un mexicano merecedor del más fuerte aplauso.

 

FUENTES DE CONSULTA

 

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Ignacio Manuel Altamirano. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/altamirano.htm el 21 de junio de 2021.

 

 Moreno, Victor y  Ramírez, Maria E. (2020)  Ignacio Manuel Altamirano. URL: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/789/Ignacio%20Manuel%20Altamirano

Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx