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Año: 2012 Mes: JULIO-SEPTIEMBRE Número: 65
Sección: LENGUAJE Apartado: Lenguaje y Comunicación
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ALGUNAS CUESTIONES DEL HABLA
Arturo Corzo Gamboa

Lee esto, buey

Es común entre muchos mexicanos llamarse buey, huey o güey unos a otros, incluyendo a las mujeres; y se dicen así casi siempre como un saludo. ¿Desde cuándo empezó a usarse ese saludo tan familiar? ¿Qué significado puede tener?

El origen de tal expresión coloquial se localiza en Estados Unidos, país que tradicionalmente ha sido receptor de trabajadores mexicanos que buscan empleo en sus campos, fábricas o, simplemente, como servidores domésticos. En sus respectivos ambientes de trabajo los mexicanos escucharon a cada rato la expresión weit (en inglés wait y significa espera) y la identificaron con la palabra buey. Sus empleadores empleaban wait para indicarles que oyeran sus explicaciones antes de “meter mano” en lo que debían hacer. Todos, hombres y mujeres, oyeron una y otra vez la palabra mientras aprendían a desempeñar su labor… y terminaron llamándose buey unos a otros.

El ir y venir de los migrantes trajo el wei o buey al país y hoy muchos son los que utilizan esa expresión, que ha terminado por generalizarse sin saber su origen.

Desde luego, no se descarta que haya otra explicación más plausible.

 

El voseo

En algunas comarcas de América, específicamente en América del Sur y en Centroamérica, el español que hablan sus habitantes presenta la particularidad del voseo, que consiste en hablar con lo que se ha conservado del español que hablaron los conquistadores en la época de la Colonia.

“Mirá como está la cancha”, dice un jugador de futbol argentino, uruguayo o chiapaneco, después de una lluvia intensa.

“Pasame el libro” ordena un chiapaneco de Tuxtla (porque en Tapachula no se habla así —hace treinta años así era—.

En ambos casos, el colonizador español con cierto refinamiento pronunciaba: mirad y pasadme; pero el colonizador vulgar, el indígena y el mestizo hicieron a un lado el sonido fuerte de la d y simplemente dijeron mirá y pasame. Y así sobreviven esos vocablos, que se han multiplicado y no dejan de ser un rasgo distintivo y agradable del español que se habla en algunas regiones de América. “Aprendé, tenés que estudiar más”, “Vos sabés lo que hacés”, “Oíme bien”, “Buscá otros libros y luego vení para revisarlos”.

Nadie podría afirmar que el voseo desaparecerá en un tiempo determinado, pues es popular y, como tal, tiende a fundirse con el resto del idioma. En ese sentido terminará fundiéndose con las demás expresiones y sesgos del habla cotidiana oral y escrita, como ha ocurrido desde hace ya muchos años.

En una cancha de futbol, en Tuxtla, capital de Chiapas, escribieron los aficionados: “Cabañas, vos sos el rey”, refiriéndose al jugador Salvador Cabañas. En una revista pedagógica argentina aparecieron varios anuncios como los siguientes: “Maestro, pensá en tus alumnos”, “Buscá bien y elegí la mejor editorial”, “Vení conmigo”.

                Después de todo esto, apúrate y leé con calma para que entendás mejor.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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