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Año: 2019 Mes: MAYO-AGOSTO Número: 84
Sección: INVESTIGACIÓN Apartado:
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HACIA LA REFLEXIÓN DEL ACOMPAÑAMIENTO DE LA FORMACIÓN CIUDADANA.
Arlet Yahaira Olivares Gómez

Introducción

Las reformas educativas en cada sexenio y durante la historia de México se han percibido como proyectos políticos que han intentado incluir, modificar o ensayar estrategias que repercutan directamente en el proceso de enseñanza aprendizaje y en los contenidos curriculares, en buscando el Mejor Modelo de educación, y algunas de esas reformas tienen que ver con la formación docente.

Una clave para que las prácticas educativas sean exitosas en cualquier reforma, es el docente y debe ser considerado como quien forma las nuevas generaciones, con un papel muy importante como el de participar en los diferentes cambios que se suscitarán en el sistema educativo, así como el tratamiento y reforzamiento de valores que será necesario priorizar. Por tal motivo es él quien debe adaptarse también a las exigencias para actualizar su acervo cultural, conocimientos, competencias, habilidades, etc. de manera constante y poder innovar su práctica docente.

Pero al docente se encuentran relacionadas otras figuras educativas que refuerzan su labor como son el director, el subdirector, el supervisor y el Apoyo Técnico Pedagógico; quienes, desde su muy particular trinchera aportan a su labor en diversos aspectos, organizativos, pedagógicos, administrativos, etc.

Para que el docente no se encuentre solo, en un aislamiento, trabajando de manera individual, en el encierro de su aula y con la falta de oportunidades para compartir experiencias con otros colegas, se necesita un acompañamiento entendido como mediador entre la formación en el colectivo y para la vida, relacionado con los nuevos conocimientos, acción y competencias docentes. El acompañamiento visto como un trayecto de constante transformación y un renacer de la profesión, que le impulse en los momentos de flaqueza.

Ya que se debe evitar en esta profesión que pueda suceder lo que diría Luis Villoro “aceptar ser cómplices de una realidad mediocre o desdichada; el conformismo suele ser el compañero del desencanto” (Villoro, 2003)

Un acompañamiento constructivo, crítico, reflexivo y profesionalizador.

Quién es la figura indicada para ello? EL Apoyo Técnico Pedagógico, que con el perfil que le es requerido para llegar a la función, cubre esos requisitos.

En la presente propuesta que se pretende desarrollar se plantea como objetivo promover un acompañamiento constructivo desde una perspectiva crítico reflexiva que permita una profesionalización del Apoyo Técnico Pedagógico a través de la toma de conciencia e implementación de los cambios pertinentes hacia la mejora de su función.

Y para su logro se pondrá en práctica el diálogo reflexivo como una propuesta para el logro del objetivo.

Por lo que también es necesario resignificar la función del Apoyo Técnico Pedagógico mediante el compromiso y la reflexión de que en la medida de que se profesionalice la misma, más impacto educativo se tendrá hacia los colectivos.

Un Apoyo Técnico Pedagógico bien preparado, que continúe su formación formando, que se encuentre a la altura de cualquier reforma, siempre estará motivado para desempeñar o ejercer su función de manera crítica y reflexivamente.

Los Apoyos Técnico Pedagógicos de Educación Básica en la Ciudad de México, han pasado por diferentes procesos de formación (formación inicial, académico, incluso administrativo) que les han brindado herramientas para llevar a cabo su función, la cual muchas de las veces no es posible cumplir como está establecida en lineamientos por cuestiones diversas como las administrativas, de poder, de concepciones, estigmas, etc. Por diferentes caminos llegaron a ella, con esfuerzo, dedicación, concursando, preparándose, o también, incluso, con apoyo de un supervisor, por evadir la función en grupo, etc. Pero ya están en la función, se encuentran cubriendo un perfil que los caracteriza y distingue de las demás funciones.

Y de ahí que también tenga necesidades de formación que, muchas veces, al igual que el docente, enfrentan en solitario. Y en repetidas ocasiones debe saber y  poder solucionar en lo inmediato, lo requerido por los docentes.

El ATP que realmente cumplen con la función también tienen requerimientos de asesoría, de apoyo y de acompañamiento y en esta modernidad líquida ansiosa de novedades (Bauman, 2005), debe mantenerse en constante actualización y fortaleciendo, de la mano con el docente la formación ciudadana, como uno de los pilares del quehacer docente.

 

Detectando una problemática

A través de las diferentes reformas nacionales e internacionales, se ha hecho hincapié en la necesidad de reorientar los procesos de formación docente hacia un enfoque centrado en su desarrollo como profesional de la educación que se concientiza en su rol como sujeto de cambio.

Dichas reformas y la misma sociedad representan un desafío para los docentes y las escuelas, llaman cada vez más, a prestar atención en el aspecto de la profesionalización docente. Para lo que no es suficiente con simples procesos esporádicos de apoyo o cursos desvinculados de sus problemáticas reales.

El docente enfrenta desafíos en el aula, si recibe un asertivo apoyo y una correcta asesoría por parte del Apoyo Técnico Pedagógico su práctica en el aula será exitosa. Y al ATP quién le tiende su mano para lograr esto? Nadie se quiere hacer responsable de esa tarea titánica, por lo tanto es él mismo quien debe buscar como profesionalizar su función.

De ahí que se haga patente una formación más dinámica que parta de las necesidades reales de las figuras académicas y para ello se plantea que el acompañamiento pedagógico sea entendido como un mediador entre la formación en el colectivo y para la vida, relacionada con los nuevos conocimientos, acción y competencias docentes. El acompañamiento visto como un trayecto de constante transformación y reencantamiento hacia la profesión y en este caso hacia la del ATP.

 

Definiendo el problema

En estos tiempos de nuevos modelos educativos se tiene la percepción de que los docentes, los directivos y cada uno de los actores educativos tiene mayores elementos para llevar a cabo dicha función. Y cuando se dejan de mover las aguas de este mar educativo se aclaran y observamos que tal vez no es así, está un poco turbio.  Se requiere una acción más allá de la asesoría para fortalecer esas funciones que repercutan en una mejora educativa y en un reforzamiento de la ciudadanía como un elemento central en la tarea educativa, la cual ha sido dejada de lado por muchas de las reformas educativas, con el pretexto de que el ciudadano solo consume lo material (Olivera, 2015)

Las figuras educativas deben procurar la concientización de los alumnos en ser ciudadanos de primera y que eso no lo determine una participación en el mercado laboral.

Es necesario superar uno de los problemas que en la historia educativa ha caracterizado al docente, el aislamiento y el trabajo individual (que caracteriza a nuestros sistemas y que se ha asumido exitosamente), el encierro en su aula y la falta de oportunidades para compartir experiencias con otros colegas y que actualmente se vislumbra en los Consejos Técnicos y ha querido superarse al proponer un trabajo colaborativo. Se pretende dejar atrás el enfoque fiscalizador o normalizador por parte de la autoridad y destructivo de la calidad. Esto se vería mayormente favorecido por un acompañamiento pedagógico hacia los ATP y por parte de ellos hacia el colectivo.

Ya que una de una de sus funciones es intervenir en los Consejos Técnicos y aportar al colectivo, pero eso aún no es entendido por los supervisores y prefieren encargarlos de su trabajo administrativo y de actividades sin trascendencia educativa o muchas de las veces los encargan completamente de la supervisión escolar.

Las diversas modalidades de profesionalización que se centran en la escuela permiten que mediante el acompañamiento se faciliten innovaciones, se construya colectivamente o entre pares, se prueben nuevas prácticas, respondiendo a las características y necesidades de cada una de las escuelas, favoreciendo nuevas prácticas.

Esto sucede porque es posible probar nuevas estrategias didácticas contextualizadas y analizar las dificultades probables basados en escenarios reales. Al verse acompañados los ATPs en su lugar de trabajo pueden revisar y apropiarse de los aprendizajes realizados en su formación para enlazarlos con los desafíos que enfrenta sus tareas.

De esta forma el acompañamiento proporcionará a los ATPs, una mediación, andamiajes y la colaboración necesaria para asumir riesgos, proponiéndose transformar y fortalecer su labor.

De esta forma ante la situación que enfrentan los Apoyos Técnicos Pedagógicos de no contar con un apoyo que les permita desempeñarse en su función de una mejor manera, se propone un acompañamiento constructivo, crítico, reflexivo y profesionalizador.

 

Objetivo

Promover un acompañamiento constructivo desde una perspectiva crítico reflexiva que permita una profesionalización de las figuras educativas a través de la toma de conciencia e implementación de los cambios pertinentes hacia la mejora de su función.

 

Lo anterior se justifica haciendo un recorrido que de manera retrospectiva nos lleva a la creación del PRONAP (Programa Nacional de Actualización Permanente de Maestros de Educación Básica en Servicio) en 1994 facultado para la actualización docente, el cual para 2006 se ve sustituido por el Sistema Nacional de Formación Continua y Superación Profesional para Maestros de Educación Básica en Servicio y en la que se retoma la idea del SAAE (Servicio de Asesoría Académica a la Escuela) argumentando que una de las tareas pendientes es la de generar mecanismos institucionalizados para que este funcione bajo un esquema articulado en el marco de los Centros de Maestros dado que los servicios de asesoría que se brindaría para acompañar sustancialmente a los colectivos escolares tenían el firme propósito de generar condiciones para la formación continua.

Laborando en dichos Centros de Maestros he tenido la oportunidad de observar vertiginosos cambios al respecto de la formación continua de las figuras educativas.

De ahí que otro giro en la actualidad, enmarcado en el surgimiento del Servicio Profesional Docente es garantizar una oferta de programas formativos, pertinentes y con calidad que atienda las necesidades que deriven de la Ruta de Mejora, de las evaluaciones externas e internas para fortalecer el logro educativo de los alumnos, orientada al desarrollo profesional del docente y personal con funciones de dirección, de supervisión y de asesoría técnico pedagógica que se encuentren en servicio en la educación básica.

Para lo que se crea específicamente el SATE (Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela) con la misión del apoyo, asesoría y acompañamiento especializado al personal docente y personal con funciones de dirección y como una estrategia de atención al desarrollo profesional docente. Estas reglas de operación son afines al Plan Nacional de Desarrollo en el sentido de que la creación del SATE está asociado a la formación y profesionalización docente.

El acompañamiento se debe basar en el intercambio profesional y en el apoyo académico a las escuelas de acuerdo con su contexto, experiencias, condiciones y necesidades particulares de apoyo para la mejora continua de la práctica, así como de la enseñanza y el aprendizaje.

Uno de los ejes en que se han organizado las reformas educativas es el que corresponde a la profesionalización docente, únicamente centrado a la certificación de programas, y su acreditación. Enfocado a un control social de la educación y como tal la escuela cumpla con su función de preparar individuos para una sociedad concreta e ideológicamente definida (Gutiérrez, 2010)

Como menciona Michael Fullan es posible encontrar referencias para pensar en el cambio educativo y la relevancia de cada actor educativo para llegar al mismo, pensar en una formación ciudadana real y no de dichos o de libros, sino como parte de la socialización de los alumnos, la adquisición de su responsabilidad, la adquisición y ejercicio de valores sociales (no consumistas), la participación, cooperación y una buena convivencia.

Es una imperante necesidad que el docente ponga su mirada en una formación ciudadana en relación con el otro y con los otros para una verdadera formación integral.

 

Se puede destacar el aspecto positivo del acompañamiento en cuanto a los intereses que se pueden fortalecer como la orientación al aprendizaje, la responsabilidad, el cambio, el compromiso, etc.

En este sentido el ATP al profesionalizarse apunta al compromiso serio de una labor humana, creativa y abierta (Caudo, 2007)

Amén de que el acompañamiento se pueda considerar punitivo o como un mecanismo de control por parte de la autoridad ya que ella lo determina, puede ser enfocado hacia la profesionalización.

Puede ser posible generar procesos de apoyo y respaldo mediante el intercambio e interacción profesional. Para ello será necesaria la habilidad profesional de pensamiento y acción reflexiva.

Bases teóricas

Para el planteamiento teórico respecto al acompañamiento crítico-reflexivo se toman como base las diferentes investigaciones realizadas tanto en América Latina como en Europa.

Pretendiendo poner en marcha el acompañamiento pedagógico desde una perspectiva crítico reflexiva.

En la cual se instituye el Diálogo Reflexivo como un proceso de interacción fluida entre la figura y el acompañante, quien orienta la reflexión crítica sobre la propia práctica a fin de posibilitar la construcción de saberes desde la experiencia así como el aprendizaje autónomo y el continuo mejoramiento de la práctica.

Al hablar de “reflexión crítica” no se trata de cualquier tipo de reflexión, puesto que esta implica un nivel complejo que trasciende la simple reflexión.

Por lo que se espera que el participante:

Observe su propia práctica y descubra los supuestos que la sustentan.

Someta sus supuestos a prueba para evaluar su pertinencia.

Reflexionar sobre qué solución es más adecuada en el contexto que labora.

Extraer aprendizajes de su propia experiencia.

Solucionar nuevas alternativas.

Tomar decisiones.

Poner en práctica lo decidido.

La reflexión crítica permite que el mismo sujeto sea quien se analice y cuestione su quehacer visualizando nuevos escenarios hacia una transformación de su práctica.

El diálogo reflexivo pretende desarrollar la competencia reflexiva del docente, la actitud crítica, el aprender a aprender de la propia experiencia, la construcción de nuevos saberes y por lo mismo, es una valiosa herramienta para la autoformación y del desarrollo profesional docente.

La reflexión que se pretende lograr transita desde el nivel descriptivo, analítico y crítico.

Donald A. Schön (1930-1997) se considera como un influyente en el desarrollo de la teoría y práctica del aprendizaje del profesional reflexivo en el siglo XX y se constituye como un auténtico referente en el tema de la profesionalización. Menciona a la reflexión entendida como una forma de conocimiento, como un análisis y propuesta global que da orientación a la acción que realiza el sujeto.

 

Conclusión

Toda educación que se imparta debe ser de calidad y quienes están inmersos en esta acción educativa también tienen el compromiso ético de ejercer su práctica con calidad.

La calidad educativa no puede estar separada de una formación y profesionalización docente y de todas las figuras involucradas en el acto educativo y esto se articula a la necesidad de acompañar a dichas figuras, en especial a quien se le ha asignado la responsabilidad de estar cerca del docente, lo que enseña, del aula y de lo que aprende el alumno.

La escuela es un espacio público en donde se construyen los sujetos y toman diferentes direcciones, por lo que podemos procurar con un acompañamiento, que esta dirección sea la correcta o la más cercana al éxito. Debemos de esta manera potenciar los valores adquiridos y fortalecer la formación de la ciudadanía.

La formación del ciudadano se incluye en el sistema de relaciones que tiene todo individuo, y constituye un proceso en el que se reflejan las mejores transformaciones como productos personales en el alumno, docente y figuras educativas.  

Esto facilita que los individuos puedan actuar en calidad de personas, junto a los demás

y por consecuencia, puedan llevar a cabo aprendizajes en todos  los  sentidos  mediante  los intercambios correspondientes.  Sin esta posibilidad, dado el carácter social del hombre,

es más difícil lograr una verdadera formación integral.

 

Con la propuesta de acompañamiento a los Apoyos Técnico Pedagógicos para que al ejercer su función se profesionalicen in situ, se fortalece a la vez la labor del docente.

 

Más allá del aprendizaje situado, según el enfoque sociocultural Vigotskiano se puede citar la cognición situada, que según Díaz Barriga Frida (Barriga, 2003), afirma que el conocimiento es situado y que forma parte y es producto de la actividad, el contexto y la cultura. Donde cobran importancia la mediación, la construcción conjunta de significados y los mecanismos de ayuda ajustada, dando pie a la solución de problemas auténticos.

 

 

 

Referencias

Barriga, F. D. (2003). Cognición situada y estrategia para el aprendizaje significativo. Revista electrónica de investigación educativa, 5.

Bauman, Z. (2005). Modernidad liquida. Argentina: FCE.

Caudo, M. V. (2007). La construcción de los sujetos de la educación. ups, 106.

Gutiérrez, F. (2010). Educación como praxis política. México: Siglo XXI.

Olivera, M. G. (2015). La calidad de la educación. Temas y problemas de nuestra América, 93-124.

Villoro, L. (2003). De la Libertad a la Comunidad. Madrid: FCE.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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