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Año: 2019 Mes: ENERO-ABRIL Número: 83
Sección: INVESTIGACIÓN Apartado:
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La Formación de Formadores Éticos a la Luz de la Gestión de Ambientes Profesionalizantes.
Efrén Zamudio Sánchez

5 de abril de 2019

 

La Formación de Formadores Éticos a la Luz de la Gestión de Ambientes Profesionalizantes.

 

Efrén Zamudio Sánchez

 

            Es complejo hablar de la formación de formadores éticos, cuando nuestros espacios de capacitación profesionalizante están siendo cuestionados por haber cohabitado con una política neoliberal que desgastó nuestra estructura organizacional. Hoy es muy fácil desprestigiar a los líderes que buscaron la subsistencia de nuestras organizaciones, varios han sido relegados por los cambios políticos de la Cuarta Transformación, algunos resistieron y a la luz del momento, buscaron adaptarse dentro de sus posibilidades y competencias profesionales, otros más lograron presencia en los nuevos esquemas. Resulta que este punto de quiebre es un magnífico momento para repensar los procesos educativos que acaecieron, nuestra participación o falta de ella, el tipo de conciencia que sostuvimos…

 

En el ensayo se busca proyectar la oportunidad que tenemos actualmente para lograr mejoras en el funcionamiento de nuestros espacios formativos y de revalorar nuestro ideario valoral.

 

El apartado “En la Cuarta Transformación”, es una selección de ideas sobre el tema, de cómo se aprecia en el Gobierno actual, los logros de la Reforma Educativa del Gobierno de Peña Nieto en la Profesionalización de los Docentes. En “Viviendo el Control de la Reforma del 2012 al 2018”, exploramos uno de sus mejores logros reformistas, el control de varias de las instituciones formativas. El tema “La Política Educativa Neoliberal” revisaremos como estos idearios gubernamentales afectaron la vida de las instituciones abriéndolas al mercado y cambiando su razón de ser. El apartado “Instituciones con muy Pobre Madurez Organizacional”, observa y sostiene como varios de nuestros espacios formativos están en los niveles de desarrollo organizacional más bajo, cuando su orientación debe de ser del más alto nivel. La idea “La Educación en el Ámbito de lo Social”, atiende a la educación como un hecho social, un espacio de encuentro, de ambientes inclusivos y dialógicos. Al desarrollar “Construir una Visión Comunitaria”, se promueve la gestión de ambientes comunitarios y colaborativos como espacios interculturales ricos en valores. Al desdoblar “Postular Nuestro Propio Códigos de Ética”, se invita a generar en los colegiados un esquema de valores compartidos, con una visión común. En “Desarrollando una Comunidad de Mejora”, se esboza como los grupos de mejora, pueden evolucionar a equipos y posteriormente a comunidades de mejora, se ven como espacios que propician el desarrollo de ambientes éticos.  La visión “Comunidades Profesionales de Aprendizaje”, ofrece una retrospectiva de como los investigadores encontraron en ellos una oportunidad para lograr el aprendizaje de los alumnos y se busca mirarlos como una opción para lograr “La Formación de Formadores Éticos a la Luz de la Gestión de Ambientes Profesionalizantes”. Soy un Servidor Público que busqué mejorar los Centros Educativos bajo mi Coordinación; en este ensayo buscó compartir una idea que he ido construyendo en el último año de mis funciones. Espero que la lectura sea de su interés y agradezco a la UPN 094 y al Doctor Jaime Raúl Castro Rico, su invitación en esta rica experiencia formativa.

 

En la Cuarta Transformación.

 

La Dirección General de Investigación Estratégica del Senado de la República, publicó en febrero de 2019, el documento “Los retos del nuevo gobierno en materia educativa”. El Instituto Belisario Domínguez, expresa un análisis desde su perspectiva de la situación actual de los diferentes niveles y modalidades educativas, ellos intentan la definición de un nuevo proyecto educativo nacional, por lo que están valorando los resultados de las acciones puestas en práctica por anteriores gobiernos. Entre los tópicos, Elsie Rockwell, Investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) ofrece una investigación titulada “Reforma educativa, privatización y equidad de la educación pública”. En ella explícita a la reforma educativa del sexenio 2012-2018 como un régimen que cambio estructuralmente la operación de la SEP, no solo en lo laboral, los cambios fueron en muchos frentes. Sostiene la progresiva privatización de los servicios públicos. En el sector educativo, se legislaron conceptos, normas y reglas de operación para facilitar la transferencia de recursos a empresas privadas, licitando servicios y compras. Dejando a un lado las instituciones públicas. Cfr. (Instituto Belisario Domínguez, 2019)

 

Es innegable que hemos presenciado como se han gestado cambios y comprado servicios y mercancías a gran escala en las áreas de formación de formadores. Un ejemplo es la compra de cursos y diplomados, la desaparición de áreas técnicas y el cambio de vocación de varios espacios de actualización que en otra época apuntalaron diferentes esquemas reformadores en los diferentes gobiernos. Varias de éstas en un sexenio perdieron la madurez organizacional que habían ganado desde su creación y atestiguaron la transferencia de recursos públicos como subvención al negocio de la educación a través del apoyo a empresas particulares para apoyarlas en atender su antigua misión, la de formar formadores. En algunos casos de forma inconsciente, en muchos más con apatía y en varios más buscando su subsistencia como instituciones.

 

La Ley del Servicio Profesional Docente, se presentó como una oportunidad para que nuevas áreas de Formación de Formadores se transformaran hacia una vocación de apoyo y ayuda para los docentes evaluados; pero en el trasfondo, lo que se consolidó fue un modelo de certificación de competencias en donde se restaba responsabilidad al Estado y se auspició el espíritu privatizador neoliberal en la educación para ofrecer los cursos del Programa de Desarrollo Profesional. Schokolnik, Araos & Machado, 2005. Definen la certificación de competencias, como:

 

“…el reconocimiento público, documentado, formal y temporal de la capacidad laboral demostrada por un trabajador, efectuado con base en la evaluación de sus competencias en relación con una norma y sin estar necesariamente sujeto a la culminación de un proceso educativo. A nivel internacional, este instrumento se ha posicionado como una herramienta de validación y credibilidad social de las capacidades reales de los profesionales para responder ante un trabajo. Supone, por tanto, una verificación del nivel de empleabilidad de un trabajador.” (Guerrero, De los Ríos, Gómez, & Guillén, 2010)

 

El docente tiene que demostrar su capacidad para enfrentar una evaluación certificadora de sus competencias docentes. El modelo certificador iniciaba un espiral que conflictuaría en pocos años a la Educación Normal. La Ley permitió a una gran diversidad de licenciaturas afines a la formación pedagógica, su incorporación cómo maestros de grupo, aunque sus perfiles profesionales fueran diferentes a lo requerido para la docencia. Los profesionistas demostraron ser aptos para contestar los instrumentos de evaluación; pero en la práctica presentan deficiencias en el dominio del plan, en la aplicación de los programas de estudio, no logran aplicar los enfoques curriculares, tampoco las didácticas específicas y en su mayoría nunca tuvieron un acercamiento sistemático a la práctica docente. La investigadora Cordero Arroyo Graciela, 2019; nos relata en su artículo “Aprendizaje profesional docente: propuesta de acuerdo legislativo”, cómo los nuevos aspirantes comenzaron a entender que los egresados universitarios tienen más oportunidad para trabajar en educación básica que un normalista especializando, lo cual generó, entre otros factores, la reducción de la matrícula de las Escuelas Normales; ahora existen muchos profesionistas que requieren esquemas de actualización para realizar una práctica más cercana al aprendizaje de los alumnos… Cfr. (Instituto Belisario Domínguez, 2019)

 

Viviendo el Control de la Reforma del 2012 al 2018.

 

En la última década del segundo milenio, al igual que toda América Latina, en México se inició en un proceso de transformaciones para responder a un modelo neoliberal, en donde el mercado y de los intereses individuales se han instalado en los ámbitos de la vida social. En el educativo, las reformas incluyeron modificaciones en la organización, financiamiento y gestión de los sistemas, como en los procesos pedagógicos y los contenidos curriculares. Cfr. (Vazquez, 2015)

 

Para Vázquez Olvera Ma. Gabriela, 2015.

 

“…lejos de configurar un proyecto propiamente educativo, emergen como nuevas herramientas de regulación para hacer congruentes los sistemas educativos con el actual modelo hegemónico. En ese sentido significan profundas rupturas con los modelos en los que se habían venido configurando los sistemas de educación pública e implican la instauración de nuevas pautas y mecanismos de control social.” (Vazquez, 2015)

 

Nuestro País ha venido privilegiando al capitalismo competitivo, la actividad económica respalda a la empresa privada, operando en un mercado libre con gran liberación económica y como condición para la libertad política.  Se trata de abrir mercados en donde no lo hay. La pérdida de espacios formativos para docentes es un ejemplo directo, se atacan a las áreas formativas hasta difuminarlas en el País, para luego comprarle en un primer momento a las Universidades actualización para la educación básica y media superior; no se veía mal, también se promocionó invertir diez veces más capital en la actualización de los docentes con cursos a la medida para cada figura educativa; se proponía capitalizar a las Universidades públicas y privadas con los recursos públicos... Los últimos cursos durante el sexenio, nos mostraron áreas formativas aplicando estrategias remediales para cubrir la cuota operativa correspondiente a las empresas privadas, se les buscó espacios y se les subvencionó la logística con recursos institucionales y del personal. La reforma en el gobierno de Peña Nieto, retomó prácticas empresariales, en donde la calidad de un docente se medía a través de inspecciones y pruebas diseñadas con estándares que se denominan perfiles, parámetros e indicadores, la calidad de la educación fue asociada a una evaluación ligada a la medición de los resultados a través de instrumentos estandarizados, el argumento de una mayor eficacia en la prestación de los servicios, promovió cambios en las reglamentaciones y en las estructuras legislativas, introduciendo nuevas formas de regulación y control por parte del Estado, en el ejemplo que relato, se creó un mercado obligatorio para tomar los cursos comprados a la iniciativa privada. Se trató de modificaciones para afianzar los procesos de mercantilización y privatización en el espacio educativo; pero tristemente con pobres resultados. Cfr. (Medina, 2018)

 

La Política Educativa Neoliberal.

 

El posmodernismo llega hasta nuestros días, promoviendo una cultura de la emancipación, la búsqueda por libertad, igualdad, una identidad más independiente, con idearios aparentemente propios, con nuevos valores de mercado, una visión de éxito basada en la propia autorrealización, en el logro personal. Una doctrina de los derechos humanos individuales en donde se fundamenta la ética pública, los sujetos de esos derechos son los individuos aislados, en plena y abierta manifestación de sus variados intereses particulares.  Nuestras instituciones ofrecen libertades concretas que preservan la vida de los individuos, como tales, cualesquiera que sean sus pertenencias colectivas.  El individualismo se publicita en la moral pública, es un nuevo liberalismo, más moderno, que revindica las libertades individuales contra la intromisión de los poderes del Estado, su filosofía alza una barrera frente a las exigencias de las colectividades a las que pertenece.  La democracia se ha vuelto coherente con el individualismo, al suponer los resultados de las decisiones individuales sumadas de ciudadanos iguales. El adelgazamiento del Estado busca convertir a los Gobiernos en dóciles servidores de las empresas privadas; hay una propaganda que anuncia ideas sobre productividad y desarrollo en donde el poder político busca la liberación de las fuerzas del mercado, la caída de las trabas a la industria y al comercio; como medios para lograrlas.  Para Luis Villoro, 2001; la libertad individual, democracia, Estado debilitado y desarrollo, resumen el pensamiento de un liberalismo renovado, estas prácticas han trastocado al mundo globalizado. En su libro “De la Libertad a la Comunidad”, plantea como la adhesión mundial a estas ideas, no ha suscitado entusiasmo, hay un creciente malestar hacia la exclusión que la envuelve. La libertad en el credo liberal, sostiene la capacidad de cada quien, para elegir un plan de vida, pero no la posibilidad de realizarlo, no todos están en situación de convertir en realidad sus elecciones de vida, no hay igualdad en las condiciones mínimas para satisfacer las necesidades básicas, tampoco igualdad de oportunidades sociales para ejercer nuestra elección:  hay una gran exclusión de un sector poblacional y una pésima conciencia de pertenencia a una misma colectividad. Cfr. (Villoro, 2001)

 

Nuestras áreas de formación de formadores están instaladas adentro de una sociedad neoliberal, somos el escenario de numerosas complejidades dentro de un mundo muy competitivo. En el último sexenio nos hemos enfrentado al mercado de la actualización que privilegió a la empresa privada, incluso cuando se otorgaron concesiones a las universidades públicas, los operarios eran en su mayoría particulares. A un mundo profesional en competencia por el favor de los funcionarios público… los principales puestos y la tranquilidad laboral no dependen de las habilidades o competencias para ejercer una función, son entregados por adhesión política en forma discrecional.

 

Hemos sido testigos de cómo el poder del Estado ha enfrentado al normalismo mexicano en forma severa, no solo es el genocidio estudiantil, las leyes del Servicio Profesional Docente, están privilegiando a diferentes carreras universitarias al abrir la competitividad a través de exámenes en donde no se ven las competencias educativas para ocupar las plazas docentes destinadas a las Escuelas Normales; ha sido un intento exitoso para volverlas menos atractivas; a una política deseosa de ganar lo máximo al menor costo posible, recordemos cómo el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, dilapidó en dieciséis meses de su gestión un gasto en publicidad oficial mucho mayor que el gasto en la profesionalización de los docentes de México en el mismo periodo; se vivió una Reforma Educativa mediática, en donde las decisiones públicas en materia educativa eran excelentes, la calidad educativa y el éxito del funcionario se avalaron con un resguardo financiero opaco y discrecional, entre el gobierno y los medios de comunicación en el País. Cfr. (Roa, 2018). Al enfrentamiento de intereses particulares por negociar con los suministros destinados a las áreas operativas; utilizamos materiales, edificios, equipos, libros, servicios, cursos… de los cuales no se transparenta el gasto público y quedan en la discreción de algunas áreas contables que custodian la información con candados alejados del escrutinio público. Cfr. (Villamil, 2018).

 

Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, existió una tendencia para disfrazar a los aviadores, como asesores técnico pedagógicos, varios de los recursos fiscales nutrían al SNTE y a su partido político. Los comisionados y la corrupción en el sistema educativo se utilizaron para desprestigiar a diferentes áreas formativas. La Evaluación de la SEP y del Gobierno Sexenal saliente, mantuvieron un discurso sobre haber identificado en las actividades de formación continua talleres aislados y esporádicos; en donde no se tienen en cuenta las formas en las que los docentes generan aprendizaje profesional; pero su solución fue contratar servicios externos a la SEP, en algunos casos los resultados fueron positivos; pero hay una visión generalizada en el magisterio de haber alejado la formación continua de las bases.  El ya cercano a desaparecer Sistema de Asistencia Técnica a la Escuela solicitaba propiciar un intercambio e interacción para influir de manera significativa en cómo aprenden los docentes basados en el apoyo mutuo y la colaboración. En esa idea se asociaron términos como desarrollo profesional docente, formación permanente, formación continua, formación en servicio, desarrollo de recursos humanos, aprendizaje a lo largo de la vida, reciclaje o capacitación. Cfr. (Ornelas, 2011)

 

Al desaparecer varias de las áreas técnicas o contemplar su reducción: las Oficinas de Proyectos Académicos de las Direcciones Operativas, la Dirección General de Educación Física, los Equipos Técnicos de los Estados y de las Direcciones Operativas de los diferentes niveles educativos, los Centros de Maestros como realidad Nacional… Varias de estas organizaciones mutaron para evitar su extinción y encontraron una posibilidad al alinearse a las nuevas políticas, en la Ciudad de México los Centros de Maestros cambiaron para apoyar funciones administrativas, emergentes o difusas; subsistieron con la promesa de volverse Centros de Asistencia Técnica a la Escuela o desaparecer. Se aprovechó la situación para eliminar resistencias, para ir estableciendo una serie de mecanismos estructurales para volver más débiles estas áreas y entregar una gran cantidad de gasto público a Instituciones privadas. Ante la opinión pública, el magisterio nacional era el culpable de éstas malas prácticas gubernamentales, de la mala educación, de los falsos comisionados, de la vinculación con los corruptos líderes sindicales, de las protestas en las calles… En las áreas de formación de formadores vivimos inmersos en una sociedad cuyos valores son la preservación de los derechos individuales y la protección de la vida privada, vivimos retraídos al ámbito de la vida personal y familiar, resguardamos nuestros intereses particulares, desentendiéndonos de los colectivos; cohabitamos la disgregación de los lazos comunitarios, al no poder ser solidarios a otras instituciones, cooperamos con los victimarios y no sólo fuimos víctimas. Las Instituciones que sufrieron menos este tipo de políticas, tienen una perspectiva de comunidad, son muy diferentes a las sociedades por contrato, han sido capaces de mantener unido el tejido social, los intereses particulares están subordinados a preservar un interés común, son capaces de disminuir las desigualdades causadas por la competencia; pero no fue el caso de todas las áreas.

 

La sociedad por contrato es resultado de las decisiones individuales de los contratantes, dirigidos por sus intereses particulares. La comunidad se dirige por el interés del todo. Cada individuo se considera un elemento perteneciente a una totalidad. En las comunidades existe tensión entre los intereses particulares y los del todo; pero cuando los sujetos de la comunidad incluyen en sus deseos lo deseable para todos, la comunidad se realiza y permanece como una meta regulativa. Su fundamento es el servicio, no el cálculo del propio beneficio, existe la obligación de prestar una contribución al bien común, cuando el servicio es asumido con libertad, permite una realización con mayor plenitud.

 

Instituciones con muy Pobre Madurez Organizacional.

 

En México, pocas veces se analiza y reflexiona en torno a la madurez organizacional de nuestras Instituciones Educativas. Esto es relevante porque nos aporta un modo distinto de percibir y comprender cualquier sistema humano: persona, grupos, instituciones, organizaciones, centros educativos y áreas de formación de formadores. De la Herrán, 2015; plantea la idea de no solo ver concepciones como la eficacia escolar o las organizaciones que aprenden, y propone considerar las organizaciones que maduran; su artículo de investigación: “Teoría de la madurez organizacional: una contribución a la Organización Educativa” responde a inquietudes como ¿Qué se entiende por madurez organizacional?, ¿De qué depende?, ¿En qué competencias apoyar el anhelo y los proyectos de innovación necesarios y cómo redefinen la eficacia y el aprendizaje de las organizaciones, antes aludidos? Sí la comprensión organizativa se mira desde una perspectiva axiológica, hacia las organizaciones que evolucionan, a la definición de competencias básicas de la madurez institucional, a la posibilidad de articular una organización educativa centrada en la conciencia, afirma que también se revisará los criterios éticos que manan de ella. Cf. (De la Herrán Gascón, 2015)

 

Los Centros de Maestros de la Ciudad de México, después de la aplicación de las políticas neoliberales y de las reformas estructurales para el control de la organización, están ubicados en el primer estadio de madurez organizacional… El último año del sexenio de Peña Nieto, asumieron un papel subsidiario dentro de las políticas de formación continua, se volvieron fácilmente substituibles, las funciones administrativas que operaron, se pueden efectuar por un personal más económico; dejaron de tener la posibilidad de cumplir sus planeaciones internas, poco a poco dejaron de proyectar y prever su orientación formativa; lo relevante fue operar en la emergencia, se trabajó en la incertidumbre y no siempre desde una perspectiva positiva, se esperaban instrucciones centralizadas, con interrupciones a dinámicas de trabajo interno, los Coordinadores estuvieron envueltos en juntas extraordinarias en forma constante para atender incidencias irrelevantes, se perpetuó la falta de recursos para atender la infraestructura, la formación del personal se vio direccionada a cubrir cuotas institucionales del consumo de los recursos públicos asignados a empresas privadas y no a sostener la profesionalización del personal, se perdieron varias de sus prácticas internas de autoformación.

 

Fig. 1 Madurez Organizacional. Cfr. (INTEF, 2019)

 

Se tornaron espacios aislados, con muy pocas zonas para ejercer la autonomía profesional, se privatizo poco a poco el trabajo, volviendo difícil detectar lo que hacía cada uno de sus miembros, la jerarquización de las funciones fue creando discrecionalidad laboral y una organización en donde todos resuelven la tarea con muy poca vinculación organizacional, sin una visión compartida, sin idearios institucionales, tampoco valores compartidos. ¿Cómo transitar a una organización que genera y comparte conocimiento? La vocación de cualquier área de formación de formadores debe moverse en el nivel más alto de madurez organizacional. (Fig.1) El cuarto estadio representa el compromiso institucional con la transmisión a otras organizaciones del conocimiento aprendido, el difundir los aprendizajes realizados y contrastados, sometiéndolo a debate público, implica socializar y compartir el conocimiento adquirido. Son organizaciones abiertas, organizadas en un proyecto colectivo, las tecnologías de la información y la comunicación posibilitan la realidad de una organización abierta y compartida, con valores propios, capaces de atender escenarios de cambio continuo, con agilidad en la detección de necesidades, rapidez en la generación de respuestas y capacidad para incorporar cambios e institucionalizar mejoras desde una visón prospectiva y comprometida con el cambio. La organización abierta debe tener facilidad para transformarse en compartida; la anticipación, la innovación y la flexibilidad, son importantes; pero los valores morales y éticos de la organización son trascendentales dentro del compromiso social para atender la formación de los docentes y sus colectivos. Mejorar una institución implica el compromiso colectivo, el trabajo cooperativo, la autoevaluación, la difusión y contrastación de lo aprendido, el establecimiento de vías para la mejora permanente. Cfr. (INTEF, 2019)

 

La Educación en el Ámbito de lo Social

 

El proceso educativo no solo implica adaptación social, permite tanto el desarrollo social, maduración y el perfeccionamiento. La educación humaniza, se potencializa al creer en la capacidad para perfeccionarnos de manera continua. Es un encuentro personal, implica diálogo, saber escuchar; comunicación y encuentro. La pedagogía es un lugar de conflicto y diálogo, con complejas interrelaciones con la política, el poder y la moralidad. La educabilidad es la afirmación de que la educación es factible en la persona, somos plásticos y dúctiles… recibimos influencias, estímulos y reaccionamos elaborando nuevas estructuras que nos personalizan y socializan. A los formadores nos toca el papel de educador, la educatividad es la posibilidad real de influir decisivamente en la formación de otra persona; la autoeducación no es un absoluto, estamos sometidos a influencias. La educación no es accidente, nos afecta y construye nuestra integralidad, nos permite desarrollar nuestras potencialidades, perfeccionarnos, nos da sentido, nos modificamos o transformamos, asimilamos conocimientos, corregimos defectos, adquirimos hábitos y modos de obrar y todo esto en el mundo social. Somos una construcción entre la cultura y el propio desarrollo. La “unicidad” está fundamentada por la interioridad, es nuestra capacidad para pensar y obrar conscientemente y de decidir en forma autónoma y libre; pero necesitamos de los demás para crecer; la dimensión social es esencial y constitutivo para los seres humanos. La interacción está mediatizada por la cultura, es un campo dialógico conflictivo; es una descomunal red de significaciones abierta a las posibilidades de nuevas resignificaciones e interpretaciones a partir del trabajo reflexivo y critico; cuando establecemos relaciones interpersonales con algún mediador, vamos desarrollando los procesos psicológicos superiores. La relación entre la persona y la cultura, no se debe imponer, se estimula, se despierta y necesita de un ser humano autónomo y libre, que pueda actuar con visión, en y para la cultura. Cfr. (Di Caudo, 2007)

 

Construir una Visión Comunitaria.

 

El concepto de comunidad tiene su origen en el vocablo latino communitas se refiere a un grupo, conjunto o asociación de individuos que comparten elementos, características, intereses, propiedades u objetivos en común, tienen conciencia de ello y de sus diferencias con otras comunidades. Comparten el idioma, las costumbres, la visión del mundo, los valores, las creencias, ubicación geográfica, tareas, trabajo, los estudios, roles, problemas, intereses…. Una comunidad no estructurada alude a la reunión de individuos que conforman un determinado sistema o ecosistema. En una comunidad estructurada existe un alto grado de pertenencia con sentimiento de proximidad e igualdad social. En la medida en que una comunidad humana se desenvuelve, los individuos elaboran, comparten y socializan una identidad común, expresarse con signos o señales como lo son: La pertenencia o membresía, es decir, la historia, la identidad, los símbolos, los derechos y los deberes de la comunidad, entre otros; la influencia para realizar una determinada acción conjunta; la integración, que busca el respeto, la popularidad, el estatus, la satisfacción de todas las necesidades del grupo; el compromiso, donde el deseo por llegar a las metas y el conocimiento de los miembros del grupo es suficiente para crear lazos emocionales firmes y brindar afecto, contención y seguridad.

 

En la literatura especializada es posible constatar una gran diversidad de significados que se asigna al término “Comunidades de Aprendizaje”; con diferentes fundamentos y en una amplia diversidad de prácticas, las cuales forman parte de iniciativas de innovación de métodos educativos enmarcados en propósitos y contextos diferentes entre sí. 

 

El trabajo colectivo desarrollado bajo el formato de comunidades, comparte valores y prioridades, orientadas hacia la relación personal o hacia la relación profesional; se hace de las problemáticas profesionales el núcleo del debate. Se trata de superar etapas y de pasar de encuentros grupales: virtuales o presenciales; al fortalecimiento de equipos de trabajo y a la creación de comunidades profesionales; son dinámicas formativas que funcionan en los colectivos mejorando los resultados de lo aprendido en la escuela. 

 

En 1976, el sociólogo estadounidense Daniel Bell introdujo la noción de la “sociedad de la información”, en su libro El advenimiento de la sociedad postindustrial, dónde formula que el eje principal de ésta será el conocimiento teórico y advierte que los servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad apoyada en la información, donde las ideologías estarían sobrando.” (Viveros, 2010)

 

Hacia 1990 las principales economías del mundo iniciaron una reflexión sobre el tema, UNESCO, en particular, ha adoptado el término “sociedad del conocimiento”, o su variante, “sociedades del saber”, dentro de sus políticas institucionales ha desarrollado una reflexión en torno al tema, para incorporar una concepción más integral, no ligada solamente a la dimensión económica.    Dentro de ella se examinan las desigualdades en cuanto a las oportunidades de los estudiantes para tener éxito en la escuela y, a partir de ahí, continuar con algún tipo de educación que les permita acceder a un empleo profesional, para alcanzar su potencial individual y abatir las desigualdades sociales y económicas. La reflexión se ha dirigido a mirar como única posibilidad de asegurar educación para todos y aprendizaje permanente y de calidad para todos, es haciendo de la educación una necesidad y una tarea de todos. Cfr. (UNESCO, 2005)

 

Somos una permanente construcción ética, política y comunitaria, los formadores aprendemos a medida que nuestros educandos aprenden: estudiando, haciendo y reflexionando; colaborando con otros docentes, observando cuidadosamente a los estudiantes y sus trabajos, compartiendo lo que vemos; nuestros ambientes son importantes áreas cooperativas de aprendizaje. Los programas de formación pueden dotarnos de las herramientas conceptuales para concebir el conocimiento como algo problemático, como un fenómeno condicionado y creado históricamente. La reflexión crítica nos puede permitir la comprensión del trasfondo constitutivo de las prácticas, cuestionar la neutralidad de algunas prácticas, evitará su naturalización. Los espacios para capacitar al magisterio requerimos del desarrollo de estrategias grupales, de la priorización de procesos comunicativos que nos acerquen vinculándonos, de fomentar espacios comunes de aprendizaje y construcción del conocimiento compartido, de permanente reflexión y acción pensada dialécticamente con el contexto y la realidad, necesitamos sensibilidad histórica, una mirada prospectiva para descubrir al otro como sujeto y construirnos mutuamente con una visión y valores compartidos. La comunidad no renuncia a la afirmación de la propia identidad personal; pero ofrece la ruptura de la obsesión por sí mismo y la apertura para mirar al otro, a los demás. Procura plenitud, al individuo inserto en el fin de contribuir al bien común. La asociación política de corte liberal favorece virtudes públicas derivadas del respeto a la libertad de los demás, como lo es la tolerancia. La comunidad no solo respeta la pluralidad de fines y valores individuales, los postula comunitarios, los integrantes los deben volver suyos. La ética pública contribuye a su realización mediante el servicio recíproco, ahí crecen virtudes sociales: generosidad, solidaridad, fraternidad…

 

El pensamiento comunitario está continuamente amenazado por el individualismo, los intereses personales o familiares se colocan por encima de cualquier servicio a la comunidad. Cuando el individualismo se resiste a las limitaciones, llega a pensar en su exclusión, en algunas ocasiones, el servicio a la colectividad se convierte en coacción e imposición. Existen comunidades con poder político, entre ellas las comunidades tradicionales, a nivel de clan, de poblado o de nación… Mantienen valores y fines colectivos transmitidas por la tradición y reafirmadas por la costumbre. Instalar una nueva forma de comunidad en los espacios de formación de formadores es posible y podemos aprovechar muchos de los constructos que nos permiten nuestras raíces comunitarias; nos enlazaría a un nivel éticamente superior; en la comunidad renovada tendrían por fin la cooperación de todos en la equidad. Para instalar una visión de este tipo, nos ayudaría no imponen prejuicios colectivos heredados, la salvaguarda de las libertades personales fundamentales, que no podrán ser violadas por ninguna decisión comunitaria, compensar las desigualdades derivaría de una democracia participativa donde nadie quedara excluido, los fines implicarían mejorar los servicios formativos evitando la marginación, el proceso educativo debe estar sujeto a una regla de equidad.

 

Postular Nuestro Propio Códigos de Ética

 

El 19 de agosto de 2015 se actualizó el Código de Ética de los servidores públicos del Gobierno Federal; en ellos se pide adición a los principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, se nos incita a volverlos intrínsecos al servicio público, indicando que deben regir nuestra actuación. El principio de eficiencia nos involucra para actuar conforme a una cultura de servicio orientada al logro de resultados, procurando en todo momento un mejor desempeño de las funciones a fin de alcanzar las metas institucionales. Contiene valores de actuación que todo servidor público debe anteponer en el desempeño de su cargo:  El de interés público solicita una actuación buscando en todo momento la máxima atención de las necesidades y demandas de la sociedad por encima de intereses y beneficios particulares, ajenos a la satisfacción colectiva; el de respeto reclama un trato digno y cordial, propician el diálogo cortés; hay de respeto a los derechos humanos; de igualdad y no discriminación; equidad de género; el de entorno cultural y ecológico lleva a asumir una férrea voluntad de respeto, defensa y preservación de la cultura y del medio ambiente; existe el de integridad; los de cooperación propician el trabajo en equipo para alcanzar los objetivos comunes; hay de liderazgo; los de transparencia privilegian máxima publicidad de la información pública; los de rendición de cuentas nos conllevan a informar, explicar y justificar las decisiones y acciones que tomamos, están sujetan a un sistema de sanciones, así como a la evaluación y al escrutinio público de nuestras funciones por parte de la ciudadanía. Atender el código de ética nos conlleva a mirarnos como servidores públicos capaces de operar en cooperación con integridad, con la observancia de los principios y valores intrínsecos a la función pública, en el fortalecimiento de la cultura ética y de servicio a la sociedad. La observancia de estos principios nos dirige desde detectar áreas sensibles o vulnerables a la corrupción, a proponer la adopción de cambios a las estructuras y procesos a fin de inhibir ineficiencias, corrupción y conductas antiéticas, al igual que recomendar, diseñar y establecer mejores prácticas a favor del servicio público, en lo personal veo las practicas neoliberales alejadas de estos principios, son útiles como normas de control; pero imaginemos que podemos postularlos en nuestros idearios, en nuestra visión de madurez organizacional. Nos podemos imaginar postulando nuestros propios códigos de ética. Cfr. (DOF, Diario Oficial de la Federación, 2015)

 

Desarrollando una Comunidad de Mejora.

 

Las áreas de actualización somos espacios públicos para construirnos en múltiples direcciones y alternativas, en ellos podemos comprender, indagar, proponer, dinamizar nuestro desarrollo individual, relacionándolo con el entorno sociocultural. Hemos tenido capacidad de crear y organizar escenarios de comunicación donde las relaciones humanas y los productos culturales que se intercambian. Existimos en áreas privilegiadas para poder descubrir a un docente interaccionándose interculturalmente con diferentes colectivos, somos espacios de encuentro, en donde podemos prevenir aspectos psicopedagógicos para prepararnos y actuar anticipadamente; de rehabilitación oportuna a situaciones educativas complejas: colegiando en torno a la planeación, evaluación, enfoques didácticos, formación de valores, convivencia, procesos de identidad… Si buscamos vivir en el encuentro, lograremos una verdadera construcción y ser acogidos por la comunidad docente. 

 

Fig. 2 Construcción de una Comunidad de Mejora  Cfr. (Malpica, 2014)

 

Operar una comunidad de Mejora (Fig. 2) implica ideas muy similares a la etnografía del discurso propuesta por Candela Antonia en 1999, cuando en el aula se estudia como participan los alumnos en la construcción del conocimiento, para tratar de entender cómo se enseña y aprende ciencia. Pensemos que en vez de alumnos es el análisis conversacional de transcripciones de la interacción discursiva entre docentes, con diferentes aspectos pedagógicos en situaciones de conflicto, también podemos detectar las ideas diferentes y los recursos argumentativos de los formadores. Reflexionar de cómo establecen los participantes lo que es un hecho pedagógico, aceptando el error y la necesidad de conocimiento especializado como parte del proceso, y cómo lo distinguen de un hecho cotidiano. La evidencia empírica jugará un papel importante en la construcción del conocimiento didáctico; pero que ésta, lejos de ser objetiva y única, será reconstruida en el discurso produciendo distintas versiones de lo que se ve en el colectivo. Se puede analizar cómo se promueve el debate los maestros y cómo participan argumentando sus puntos de vista cuando no están de acuerdo con sus pares, habrá un proceso orientado hacia la construcción de consensos sobre la problemática, el consenso puede diferir de la versión del coordinador, la dinámica es horizontal.  Al dejar a un lado la asimetría institucional y al analizar en detalle el contenido de la interacción, poco a poco implicará que el colectivo no subordine sus ideas a lo que solicita algún líder, aún dentro de esa estructura ellos pueden defender su punto de vista.  Podemos lograr la gestión de un conocimiento vivo y en construcción a través de un proceso de negociación entre un colectivo, cuyos docentes argumentan, explican y discuten apropiándose de los recursos discursivos, muy alejados de sostener un papel pasivo. Cfr. (Candela, 1999)

 

Los beneficios de transformarnos en comunidades de mejora, implica primeramente la construcción de grupos, después de equipos, hasta lograr una comunidad; existen diferentes tipologías, hay comunidades de aprendizaje, de práctica o profesional de aprendizaje; todas ofrecen potencial para intercambiar, colaborar e innovar pedagógicamente. Formar a los formadores implica transformar las estrategias de asesoría apoyo y acompañamiento que utilizamos; para romper el aislamiento de los profesores en los centros educativos.

 

Muchos docentes nos hemos sentidos aislados de los colegas. Se está solo para planificar, ejecutar, estudiar, evaluar... La evidencia de investigación nos señala la importancia de las interacciones como fundamentales para el mejoramiento de la práctica y para favorecer la mejora en los aprendizajes. La manera de contrarrestar el aislamiento, favoreciendo el intercambio y colaboración entre colegas, surge del aprendizaje en comunidad. El compromiso mutuo de los participantes es un factor decisivo para desarrollar aprendizajes compartidos.

 

Los espacios formativos podemos concretar encuentros formales para producir una interpretación colectiva de las preocupaciones referidas al centro como situaciones problema; juntos podemos colaborar e investigar para encontrar prácticas con  incidencia en la mejora de aprendizajes.  Muchos hemos logrado un desarrollo profesional docente producido de forma relativamente autónoma y personal; perdiendo la riqueza de los procesos que no ocurren de forma aislada, el espacio intersubjetivo y social; la experiencia generada en interacción con un contexto o ambiente en donde podemos vincularnos activamente.  Podemos repensar el ambiente social, organizativo y cultural en el dónde convivimos y mantenemos las múltiples interacciones sociales que involucran en el sentido de pertenencia a una comunidad escolar.

 

La sociedad actual nos favorece asociar el aprendizaje de los docentes con las redes sociales debido al auge de los recursos tecnológicos disponibles. Estas plataformas pueden acercarnos a muchas formas de interactuar y reflexionar unidos. Ciertas situaciones informales, como lo son las en las redes sociales favorecen la interacción dinámica de comunidades de intercambio.

 

Un verdadero aprendizaje de calidad debe ser independientemente del nivel social o cultural, y nos debe llevar a aprender a vivir juntos, uniendo las voces, capacidades y esfuerzos de todas las personas, tanto en los procesos de aprendizaje como en la toma de decisiones. Para pedagogos como Ramón Flecha, César Coll, Paulo Freire… Entre los centros de educación que logran aumentar el aprendizaje y superar el fracaso escolar a través de una mayor participación y solidaridad, están las comunidades de aprendizaje, las escuelas al abrir sus puertas a los miembros de la comunidad, se transforman, dando así una respuesta educativa igualitaria, volviéndose más informadas. Cfr. (CREA, Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades, 2013)

 

Hay gran variedad de términos y conceptos similares tales como: comunidad de práctica, comunidad colaborativa, comunidades profesionales de aprendizaje, círculos de aprendizaje, redes de conocimiento y práctica o comunidad virtual de aprendizaje.

 

El concepto de aprendizaje tiene sus raíces en el vocablo latino “aprehendere”, que significa “coger”, apuñar algo para que no se escape. Para Piaget, el proceso de aprendizaje es más importante que la mera adquisición de conocimientos. En el constructivismo, el aprendizaje es el proceso del individuo, en donde por medio de su propia actividad cambia su conducta, su manera de pensar, de hacer y de sentir. La sociedad del conocimiento destaca el desarrollo de competencias y habilidades transferibles, como estrategia básica para propiciar el aprender a aprender. Las necesidades del mundo actual demandan aprendizajes de estrategias para seguir aprendiendo. Los conceptos de comunidad y aprendizaje, al unirse nos ofrecen concepto de comunidad de aprendizaje.

 

Comunidades Profesionales de Aprendizaje.

 

Entre todas las comunidades de mejora, veo en las Comunidades Profesionales de Aprendizaje (CPA) como una visión capaz de incidir en el aprendizaje de los alumnos y profesores, como una oportunidad pertinente de mejora en los indicadores educativos y en la profesionalización. De mirarnos en el diálogo igualitario entre toda la comunidad de profesionistas, con prácticas más horizontales e inclusivas, una forma de lograr “la formación de formadores éticos a la luz de la gestión de ambientes profesionalizantes”.

 

Comunidad Profesional de Aprendizaje (CPA) es un cuerpo de investigación que comienza en el la década de 1980, se preocupó en gran medida de las escuelas y departamentos como mediadores en contextos de enseñanza. Las respuestas de los maestros a los estudiantes y las nociones de buenas prácticas de enseñanza eran fuertemente mediadas por el carácter de las comunidades profesionales en las escuelas... Hay un conjunto de investigadores que exploraron aspectos de la cultura escolar en donde los docentes lograron mejores resultados a partir de su interacción profesional, veamos algunos referentes temporales.

 

A partir de la década de los años sesenta, investigadores como Dan Lortie, Susan Rosenholtz, y Judith Little demostraron cómo ciertas culturas de trabajo no solo dificultaban, sino que entorpecían la mejora del trabajo de los profesionales y en consecuencia del centro en su conjunto. La colaboración empezó así a asomarse como una alternativa potente para el desarrollo del profesorado y de la institución educativa como tal. Cfr. (Krichesky, 2013)

 

En los 80, Judith Warren Little comenzó a investigar distintos equipos y grupos de profesores que habían comenzado a colaborar entre sí. Analizó así las condiciones en las cuales los profesores actúan como colegas en una comunidad, constituyendo a la vez una tipología de etapas desde posiciones de independencia plena hasta relaciones de interdependencia significativa. Su investigación destacaba que la colegialidad podía servir tanto para impulsar el cambio como para conservar el presente. No se trata simplemente de compartir prácticas sino de que los docentes se ayuden entre sí para diferenciar entre las prácticas eficaces de aquellas que no lo son. Cfr. (Krichesky, 2013)

 

En 1990, Peter Senge demarca una teoría sobre el desarrollo del aprendizaje en las organizaciones. Puntualiza siete problemáticas que suelen aquejar a las organizaciones y que dificultan su desarrollo: Las personas se identifican exclusivamente con su puesto de trabajo, no ven su aporte al sistema, no se sienten responsables de sus resultados globales. Las culpas o responsabilidades de las dificultades de la organización se atribuyen por fuera de ésta.  Las personas se vuelven más agresivas para luchar contra un enemigo externo, reaccionan contra él, aun cuando esa amenaza sea o no real.  El foco en los hechos inmediatos desemboca en explicaciones “fácticas” que pueden ser ciertas en alguna medida, pero impiden comprender los patrones más amplios que subyacen a los hechos y sus causas. Resultaba fundamental aprender a ver los procesos lentos y graduales en las organizaciones. Se puede aprender de la experiencia, sólo cuando se realiza un acto y se observan las consecuencias de ese acto. La educación no suele capacitar a las personas para admitir que no conocen la respuesta a una situación problemática.  Cfr. (Senge, 2018)

 

En 1992, Milbrey McLaughlin publican por primera vez el concepto de comunidades profesionales, desde el Centro de Investigaciones sobre la Enseñanza Secundaria. Los investigadores encontraron, en un primer momento, que ante los desafíos de la heterogeneidad y diversidad en las aulas, los profesores pueden adoptar tres enfoques diferentes: enfatizar y reforzar prácticas vinculadas a la pedagogía tradicional, bajar las expectativas de aprendizaje o introducir cambios en las formas de enseñanza. Los autores reconocieron que solo algunos de los profesores que adoptaron esta tercera vía consiguieron adaptaciones eficaces que derivaron en mejores aprendizajes por parte del alumnado. Curiosamente, todos ellos pertenecían a comunidades profesionales que les motivaban y les apoyaban en ese proceso de transformación de la enseñanza. A partir de esta develación, decidieron enfocarse en lo que ellos mismos denominaron “comunidades profesionales docentes” (teacher´s professional communities). Cfr. (Krichesky, 2013)

 

En el 2000, en el libro los centros educativos como organizaciones que aprenden se anunciaba que transformar a los centros educativos en “organizaciones inteligentes” no era un proceso lineal y de fácil aplicación, sino que en realidad el principal aporte de este modelo consiste en brindar ciertas ideas o supuestos que sirvieran para explicar cómo pueden aprender las escuelas, explicando a su vez porqué, muchas veces, no lo hacen. Cfr. (Bolívar, 2000)

 

En 2007, Bolam, Stoll y Greenwood; publican “Comunidades de aprendizaje profesional: divergencia, profundidad y dilemas”. Sobre aprendizaje profesional, nos precisan la no existencia de una definición universal de comunidad de aprendizaje profesional, pero parece haber un amplio consenso internacional que sugiere un grupo de personas que comparten e interrogan críticamente su práctica en un curso continuo, reflexivo, colaborativo, inclusivo, orientado al aprendizaje, para promover el crecimiento. Estructuran su trabajo con cinco interrogantes: ¿Qué es una comunidades de aprendizaje profesional?, ¿Qué hace que las comunidades de aprendizaje profesional sean efectivas?, ¿Qué procesos se utilizan para crear y desarrollar una comunidad profesional de aprendizaje?, ¿Qué otros factores ayudan o dificultan la creación y el desarrollo de comunidades efectivas de aprendizaje profesional? Y ¿Son sostenibles las comunidades de aprendizaje profesional efectivo?

 

Desde el 2013, F. Javier Murillo y Gabriela J. Krichesky han publicado varios artículos sobre el tema y hacen reflexiones de aspectos como la autocomplacencia: quien crea que ya lo hace bien, que no necesita mejorar, está en el camino para hacerlo mal y cada vez peor. Aprender sobre el proceso de cambio escolar implica comprender su complejidad, conocer las etapas que lo componen y saber anticiparse a las resistencias que genera. Iniciar un proceso de cambio escolar que sea sostenible a lo largo del tiempo implica elementos o dimensiones las cuales deben contemplarse para que resulte especialmente eficaz. Cfr. (Murillo F. J., 2018)

 

En este recorrido podemos apreciar que el concepto es un constructo abierto para definir una Comunidad Profesional de Aprendizaje; la idea hace referencia a un grupo de personas que, de modo inclusivo y colaborativo, se apoyan mutuamente, indagando de modo reflexivo, para aprender más sobre su práctica en orden a mejorar los aprendizajes de los alumnos.

 

Si la propuesta es crear una nueva cultura de aprendizaje para los alumnos, esto no sucede si no se ha generado también una cultura de aprendizaje para los propios profesores en donde exista conciencia de que si se trabaja en conjunto, todos podemos aprender de todos, compartir logros profesionales y personales, y también de las dificultades y problemas que se encuentran en la enseñanza, lo que implica “reculturizar” la escuela para tender a incrementar su capital social mediante el establecimiento de redes en donde se analizan, intercambian experiencias y se reflexiona, conjuntamente , sobre lo que pasa y lo que se quiere lograr, la revisión conjunta de la propia práctica, incrementa la propia satisfacción y efectividad como profesionales en beneficio de los alumnos. Cfr. (Ministerio de Educación y Formación del Profesorado. España, 2018)

 

La Comunidad Profesional de Aprendizaje  permite focalizar el conocimiento referido a la enseñanza y al aprendizaje de manera que la responsabilidad del éxito de los alumnos sea asumida por todos los docentes.  La posibilidad de intercambiar con otros brinda confianza y seguridad y reduce la resistencia al desarrollo de prácticas innovadoras. Un centro educativo configurado como una comunidad profesional de aprendizaje se estructura en torno las siguientes dimensiones (Louis y Kruse, 1995; Bolam, McMahon, Stoll y otros, 2005):

 

  • Valores y visión compartidos: Son construidas y compartidas en torno a las metas de la escuela, comprometidas y focalizadas en el aprendizaje de los alumnos, predominan altas expectativas y hay una cultura de mejora.

 

  • Responsabilidad colectiva por la mejora de la educación ofrecida: el personal está comprometido por el aprendizaje de todos los alumnos, existiendo una cierta presión entre compañeros para que todo el profesorado actúe en la misma dirección.

 

  • Focalizada en el aprendizaje de los estudiantes y en el mejor saber hacer de los profesores: Se centra en la misión de incrementar las oportunidades de aprender de los alumnos; lo que conlleva que los profesores se preocupan por aprender de modo continuo, mediante la planificación, trabajo y enseñanza en equipo.

 

  • Colaboración y desprivatización de la práctica: relaciones cooperativas y apoyo mutuo como un aprendizaje de la organización. Disposición a poner en común lo que cada uno sabe hacer, solicitar ayuda a otros y aportarla, hay crítica de conocimiento y retroalimentación.

 

  • Aprendizaje profesional a nivel individual y de grupo: todo el personal está implicado y valora la mejora del aprendizaje profesional, hay un conjunto de actividades dirigidas a tal finalidad. Se desarrolla una práctica reflexiva mediante la indagación e investigación sobre la enseñanza y el aprendizaje: observación mutua, autoevaluación, investigación-acción… los datos se analizan y usan para la mejora.

 

  • Apertura, redes y alianzas: las iniciativas externas son empleadas para analizar lo que sucede internamente, el personal está abierto al cambio y por establecer redes o alianzas con otras instituciones, hay idea de apoyo conjunto.

 

  • Comunidad inclusiva, confianza mutua, respeto y apoyo: Se cuida en extremo que todos los miembros se puedan sentir activamente implicados. Las diferencias individuales y la disensión son aceptadas dentro de una reflexión crítica que promuevan el desarrollo del grupo. Cfr. (Ministerio de Educación y Formación del Profesorado. España, 2018)

 

Una Comunidad Profesional de Aprendizaje (CPA), ofrece un contexto favorable a prácticas de enseñanza basadas en la evidencia, las discusiones entre los docentes se centran en el aprendizaje de los alumnos y en la incidencia de las intervenciones pedagógicas. Los maestros y profesores poco a poco se apropian de conocimientos teóricos y los incorporan a un contexto práctico; también de valores comunitarios y construyen una nueva definición formativa de su labor en donde la ética y la morar se desarrollas en formas muy naturales.

 

Conclusiones

 

La Formación de Formadores Éticos a la Luz de la Gestión de Ambientes Profesionalizantes, implica cobrar conciencia de nuestras áreas de oportunidad dentro de los nuevos esquemas políticos. Hoy existe un área de oportunidad para transformar las políticas neoliberales; pero implica perder ciertas libertades en favor a la construcción de un trabajo comunitario, de consolidar códigos de ética institucionales apropiados por los colectivos docentes.

 

 La persistencia de normas de privacidad, aislamiento e individualismo generadas a lo largo de su historia por los Centros Educativos ha legitimado las estructuras, relaciones y condiciones de trabajo organizativo, y se reflejan en el funcionamiento del centro escolar como un agregado de comportamientos individuales, muchas veces los contextos son poco propicios para el aprendizaje profesional y las mejoras organizativas.

 

Requerimos romper la cultura individualista, promover la colegialidad y el trabajo en colaboración.  En centros educativos donde las normas profesionales y estructuras organizacionales favorecen y sostienen un desempeño individual de los docentes, tienen desventajas ante otras donde se promueve un trabajo profesional más colectivo. La calidad de los resultados es frecuentemente más alta en centros educativos donde se ha desarrollado una cultura colaborativa, y que la disposición orientada hacia el progreso es más fuerte donde la gente colabora de manera permanente en su trabajo. Una comunidad de mejora permite la concreción natural de valores comunitarios, la consolidación de esquemas éticos, la construcción de una visión común orientada al logro de un mejor desempeño académico por parte de los usuarios de los Centros Educativos.

 

Constituirnos en Comunidades Profesionales de Aprendizaje (CPA) no es algo espontáneo, requiere tiempo, recursos pedagógicos, asesoría, así como esquemas de seguimiento, evaluación y estímulos de índole profesional. Estos procesos están asociados a las capacidades de los equipos directivos, se desarrollan mediante procesos de formación, de colaboración y de intercambio entre pares; pero una vez instaurados, el trabajo constructivo permea el rendimiento escolar e impacta en la madurez organizacional de las instituciones, promoviendo valores y una cultura ética en los formadores y colectividad en su conjunto.

 

 

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Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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