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Año: 2012 Mes: ABRIL-JUNIO Número: 64
Sección: LENGUAJE Apartado: Lenguaje y Comunicación
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EL PUESTO DE PERIÓDICOS Y REVISTAS DE LOS JAIMES
Maricela castillo Fernández

Hoy al ver pasar a Pablo tercero llevando de la mano a Pablo cuarto mientras su esposa conducía el coche de las triatas, me di cuenta cómo la vida pasa por mis manos, bueno, esto es figurativo, soy un respetable puesto de periódicos y revistas en la colonia Parque de San Andrés Coyoacán.

 

¡Nunca he permitido que la pornografía ensucie mis paredes y cristales!

 

Recuerdo como si fuera ayer, cuando al primer Pablo su mamá lo traía en brazos y su padre caminaba orgulloso a su lado, qué tiempos, pero esperen, ¡Qué pasa! ¿De dónde salen estas revistas? Jaime, por Dios, no me las cuelgues, mi dignidad es mancillada con ¡esto! ¡Cómo te atreves, Jaime sexto, a romper de tajo una tradición de más de cien años! ¡Ay, si Jaime primero lo viera, lloraría a mi lado! Qué puedo hacer, soy sólo un puesto de periódicos y revistas que depende de su encargado, cómo explicar a este mozalbete de apenas diecisiete años que ¡la tradición es mucho más importante que el dinero! Cómo decirle que los Jaimes han sido respetados y hasta admirados por las familias de la colonia, gracias a no vender este tipo de revistas.

Es cierto que la venta general ha disminuido, particularmente los lunes cuando salen de clase los chicos de la secundaria, preguntan más por revistas de este tipo. Cómo justificar la demanda de los trabajadores de las pequeñas empresas que operan en las cercanías. No lo justifico, casi lo entiendo, el puesto cercano a nosotros, apenas una calle adelante, tiene esta especialidad, por llamarle de alguna manera, y nos ha quitado algunos clientes que encubren en la compro del diario matutino su preferencia por esa literatura, si se me permite llamarle así, ¿Qué pensarían sus abuelos si los vieran? ¿Serían tan blandos como yo?

Reconozco que los años me han hecho tolerante, la indignación momentánea fue por orgullo, también reconozco que el vender este tipo de revista atraería gente nueva y nos daría a Jaime sexto y a mí, la posibilidad de acercar a estos lectores a la literatura que a mi juicio vale la pena. Qué tal si en la compra de cincuenta revistas de éstas, se cuela un clásico, y así ganemos un lector más en el futuro. No sé si los años me hacen blando. Será porque quiero tanto a este chamaco. ¡Esperen!, ¿a qué juegas Jaime? Ja, ja, ja, no eran nuestras, se las guardo al vecino. Pensándolo bien no es mala idea.

Mientras estoy distraído con educar a Jaime, unos malandrines han golpeado al muchacho y robado nuestras pertenencias, tal parece que los policías bicicleteros aparecen cuando no pasa nada, todos los días están aquí dos o tres veces y hoy precisamente hoy que mi muchacho agoniza, ¡Dónde! Jaime, no te mueras, yo puedo consumirme entre las llamas, soy viejo, pero tú no, estás naciendo a la vida, Jaime, Jaime…

26 junio de 2009


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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