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Año: 2016 Mes: SEPTIEMBRE - NOVIEMBRE Número: 77 - 78
Sección: INCLUSIÓN Apartado:
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El nuevo papel de la escuela: transición y reinicio en el epígrafe de la educación inclusiva.
Teresa de Jesús Pérez Gutiérrez

El nuevo papel de la escuela: transición y reinicio en el epígrafe de la educación inclusiva.

Por:Teresa de Jesús Pérez Gutiérrez.

 

Es un hecho que la sociedad ha cambiado, que vivimos en una transición  que se manifiesta como una renovación permanente, un reinicio, donde la incertidumbre, la ausencia de óptimos fijos, la creciente diferenciación de los  actores, la heterogeneidad o lo diverso aparecen como nuevo y fundacional. Esto provoca la transformación de las instituciones socializadoras reconfigurando la producción y transmisión de los mensajes culturales que generan la adhesión y cohesión social necesaria para el funcionamiento de la colectividad.

Se trata hoy, de conciliar la diversidad con la diferencia , es decir el derecho a ser distinto y con el  ser en el mundo de establecer una vieja y deseada interconectividad entre igualdad, diferencia e inclusión. Cabe recordar que el capitalismo nace con vocación inclusiva e igualitaria, sin embargo durante su desarrollo creo mecanismos de homogenización que sofocaron la diferencia, incrementando la desigualdad y la exclusión al no lograr eliminar las barreras discriminatorios y diseminar una cultura de la solidaridad.

Un institución clave para lograr la inclusión y equidad en el capitalismo es sin duda la escuela quien asume dos funciones:

  1. La función integradora a través de la promesa de permitir a todos el acceso a los códigos de la modernidad, es decir producir y reproducir un patrón cultural común. Y
  2. Como instancia socializadora responsable de la transmisión, legitimación y adhesión de los mensaje culturales de los patrones de conductas exigidos para la integración social.

La nueva circunstancia del capitalismo, requiere reconfigurar las funciones de la escuela moderna para lograr la integración social y cultural debilitada, por la ruptura de los discursos modernos que se definieron en oposición a la diferencia. Hoy se trata de cultivar la diversidad y reducir la desigualdad, de aceptar al otro como fundamento de la inclusión. La inclusión aparece  como la expresión de poder vivir juntos a partir de lo que nos hace iguales y de lo que nos hace diferentes, es una disposición unificadora. La escuela debe ser parte activa de este cambio cultural  que geste nuevos patrones éticos y de convivencia social.

“La diversidad es una realidad con la que debemos convivir en la escuela y fuera de ella, para ello debemos comprenderlas como un valor a potenciar y a promover, puesto que es en la diversidad donde se encuentra el respeto mutuo, la colaboración, el conocimiento donde  todos los miembros de una comunidad son dignos de consideración y estima”. ( Muntaner, 2000; 5)

Veamos como esta premisa es incorporada por la UNESCO, en su informe “Dos pilares de la educación en el Siglo XXI” :  Aprender a aprender y aprender a vivir juntos. La primera corresponde a la dimensión cognitiva y la segunda a la cultural. El desarrollo de estos dos pilares supone que la escuela introduzca experiencias nuevas que incorporen los cambios del espacio externo.

Aprender a aprender implica reflexionar sobre las propias experiencias de aprendizaje que obliga a los educadores a la búsqueda de alternativas pedagógicas. Mientras aprender a vivir juntos por su parte implica vivir experiencias de contacto con el diferente, experiencias de solidaridad, de respeto, de responsabilidad con respecto al otro, que la sociedad no proporciona naturalmente. La  escuela ha de promover vínculos de reciprocidad, complementariedad, corresponsabilidad e integración.

En este sentido, la “atención a la diversidad“ en el espacio escolar y aúlico ha de generar respuestas institucionales y pedagógicas para construir sujetos diferentes con el derecho a ser distinto y de ser en el mundo.

“La atención a la diversidad no puede reducirse al a consideración del alumno escolarmente problemático como diversos y a la utilización de los apoyos especiales para este alumno concreto (...). La atención a la diversidad promueve la igualdad de oportunidades para evitar la desigualdad y la discriminación en la educación y en los parámetros de calidad de  ésta. Se plantea decididamente que la misión olvidada de la escuela es poner en marcha un modelo de formación de los ciudadanos en el que se permite y se potencie la inclusión de todos en el concierto intercultural que caracteriza la vida de las sociedades industrializadas occidentales.“ (Muntaner, 2000;6)

Igualdad y diversidad se convierten en un binomio necesario en el espacio escolar y en sus prácticas pedagógicas pues obligara a los actores educativos a la reflexión  en torno al modelo de enseñanza empleado  al currículo, a las estrategias para compensar las dificultades de aprendizaje   ya sean por causas sociales o personales. Solo así se  logrará incluir a los alumnos que han sido marginados y segregados por sus capacidades, por sus características físicas, por su sexo, raza, clase social.

No sólo se trata de promover adecuaciones curriculares, nuevas metodologías de aprendizaje, una nueva figura de educador como tutor que acompaña la formación del  alumno sino fomentar una nueva cultura de la convivencia y la solidaridad, que no sólo quede expresada en un formación valoral convencional sino la constitución de un nueva ética que en lo privado y lo público considere a la alteridad a lo diferente.

Se trata de promocionar desde la escuela un conjunto de pensamientos, sentimientos actitudes y valores que pauten las relacionales con el otro y con los otros dentro del marco establecido, es decir fomentar un cultura y educación cívica que tenga por contenido esos pensamientos, actitudes y valores como expresiones de una sensibilidad inclusiva. Sólo así individuo y colectividad social lograr se parte del mismo proceso y van gestando la conciencia del otro. De este modo:

Se trata “de la construcción de un“ orden social basado en la equivalencia ”por ende, supone avanzar en la superación de las condiciones materiales y simbólicas que están en la base de la dominación, y esto es más que respetar las diferencias; esto supone la incorporación en las relaciones sociales de reciprocidad entre distintos dentro de un marco de respeto en la justicia y la integración social.” (Corti Ana,2000;102).

Lo que nos lleva por el largo y difícil camino de la constitución del sujeto con autonomía y capaces de expresar demandas, necesidades y de comprender lo que sucede para los liberales la formación del ciudadano que se expresa en la esfera pública para los de izquierda la formación de un actor social con capacidad reflexiva y de actuación política.

 

BIBLIOGRAFÍA

Calderón Fernando, etal. Ciudadanía y Desarrollo Humano. Argentina Editorial Siglo XXI. 2007.

Corti, Ana Maria. “Socialización e integración social.” En Revista Fundamentos en Humanidades, diciembre, año/vol 1, número 002. Universidad Nacional de San Luis, San Luis , Argentina pp. 90-105.

Guédez Victor, “ La diversidad y la inclusión: implicaciones para la cultura y la educación”. En Revista Sapiens, junio , año/vol 6, número 001, Universidad  Pedagógica Experimental Libertador. Caracas, Venezuela, pp.107-132

Muntaner Joan. “ La igualdad de oportunidads en la escuela de la diversidad” en Profesorado. Revista de Currículo y Formación de Profesorado, año/vol.4, Número 001. Universidad de Granada. España pp.1-18

Gramigna Anita. “ La Epistemología de la diferencia en la formación educativa” en Perfiles Educativos, tercera época, año/vol XXVII, número 108, Universidad Nacional Autónoma de México.México . D.f. pp.70-94.


Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

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