Se necesita un valor.

Puedes Buscar por: Año, Número, Autor, Artículo.

Menú Principal

Redes Sociales

Contador

Número de visitas: 97851 desde Febrero 2012

Sitios de Interés

Revista Xictli
Revista Xictli Nueva Época

Comentarios sobre el artículo

Comentarios (0)

Artículo

Estas viendo el artículo número: 1

Imprime el artículo

Año: 2012 Mes: ENERO-MARZO Número: 63
Sección: PRÁCTICAS DE CLASE Apartado: Gestión Educativa
Ver más artículos de esta sección

Perspectiva positiva y prospectiva de la función directiva ante los retos organizacionales y educativos
Leornardo Ceja Ávalos

No es el más fuerte de la especie el que sobrevive,
ni el más inteligente, sino el más adaptable al cambio.

Charles Darwin.

Introducción

 

La literatura en torno a la doble labor de la función directiva es vasta, sin embargo en la mayoría de los casos predomina la tendencia normativa. Una constante en este tipo de literatura es el tomar en cuenta la complejidad en torno a la labor del directivo como gestor educativo. Pese a ello el análisis realizado no toma en cuenta que las restricciones organizacionales, económicas y políticas forman parte del contexto en el que se desenvuelve el trabajo cotidiano del directivo.

El directivo como gestor educativo desarrolla su labor en dos arenas simultáneamente. Por una parte, el gestor se enfrenta a la necesidad de innovar en el análisis y soluciones de los problemas de la organización educativa. Por otra, el directivo dirige su esfuerzo organizacional hacia el logro de objetivos que permitan promover la calidad de la educación.

En ese contexto, los retos organizacionales y educativos representan la labor clave que debe desempeñar el directivo para cumplir su papel en la implementación de la política educativa. En el presente trabajo se expone desde un enfoque positivo los retos organizacionales y educativos a los que se enfrenta el directivo. El objetivo de este ensayo es plantear el papel del directivo como el eslabón para alcanzar los fines diseñados para una exitosa implementación.

El ensayo se integra por dos apartados y una conclusión. En el primer apartado se exponen las ventajas de la educación de calidad que guían la gestión educativa. En el segundo apartado se plantean determinados aspectos de la literatura que brindan una perspectiva normativa de la labor directiva. Finalmente, en la conclusión se reflexiona acerca de la función directiva en su labor organizacional y educativa.

 

Retos educativos

 

La labor de los gestores educativos suele asociarse frecuentemente con los aspectos organizacionales de su función, sin embargo se debe tener presente que las actividades cotidianas tienen como principal objetivo alcanzar las ventajas que conlleva la calidad educativa. A través de distintos documentos de investigación se han difundido los efectos esperados de promover una educación con mayor calidad, buscando con ello que la labor de los docentes y directivos contribuya en la mejora de la calidad de vida de la población.

La literatura identifica que las mejoras en la calidad de la educación tienen un efecto positivo en diversos ámbitos, tal es el caso del crecimiento económico, de modo que a largo plazo se logra recuperar la inversión realizada. Asimismo, existen otros indicadores que demuestran cómo la educación se relaciona con otras mejoras en la calidad de vida. Por ejemplo, la educación se relaciona con menores niveles de fertilidad y de desnutrición, así como en la prevención de enfermedades infecciosas y con el acceso a oportunidades (Sánchez, 2006:16).

La importancia de trabajar por la igualdad educativaes el reto más importante en la actualidad toda vez que se relaciona con diversos efectos positivos. Un ejemplo de ello lo constituyen los efectos en el avance de la equidad de género. Diversos estudios muestran que las mujeres con mayor educación tienen la capacidad de tomar mejores decisiones en su vida personal, reducen la incidencia de enfermedades prevenibles y contribuyen a mejorar la economía del hogar, además de que cuentan con mayores oportunidades laborales en el sector formal. (Sánchez, 2006:17)

Desde una perspectiva positiva de la política pública, los retos globales en torno al logro de los objetivos de la política educativa en general y de la calidad educativa en lo particular representan aquellos resultados que se busca alcanzar mediante la labor de los docentes y gestores educativos. Aun así, para desarrollar tales resultados es necesario que estos últimos contribuyan con su labor a una de las etapas más complicadas de la política educativa y de la política pública en general: la implementación.

 

Retos organizacionales

 

El papel de los directivos como parte de la implementación de la política educativa ha sido objeto de análisis, así como una serie de recomendaciones para eficientar su labor y propiciar un ambiente organizacional en constante adaptación, retroalimentación, compromiso y en general siguiendo las tendencias organizacionales de la Nueva Gestión Pública.

En ese contexto, se ha reconocido la complejidad del ambiente organizacional a cargo del gestor educativo (Ramírez, 2003:98; Fullan, 2007:166).. El gran reto de la función directiva radica en aplicar a su cotidianidad las distintas disposiciones normativas para mejorar su papel. Un ejemplo de este tipo de disposición lo constituyen las seis actitudes que debe tener un líder para crear excelencia, propuestas por Hickman y Silva, entre las que se encuentran: las revelaciones o intuiciones creativas, sensibilidad, visión, versatilidad, enfoque y paciencia (Anónimo, 2003:91).

La gran virtud de las disposiciones normativas es que proporcionan un modelo que como tal representa una abstracción del deber ser. Ante dicha idea, el gran reto de la función directiva está en guiar su labor utilizando de manera óptima las restricciones de su labor. Trabajar con tales limitantes es como surge la perspectiva positiva, como aquella encaminada al cumplimiento de las obligaciones laborales del directivo, teniendo presente las motivaciones individuales de los colaboradores del gestor educativo.

El papel decisivo del gestor educativo en la implementación de la política educativa ha sido analizado por determinados autores, quienes ya sea que consideren a tales directivos “como factores centrales del cambio” (Ramírez, 2003:99) o como el personal que “proporcione la presión y apoyo específicos para la implementación” (Fullan, 2007:171). En cualquiera de tales perspectivas, los retos y compromisos de los gestores demandan una nueva forma de solucionar problemas o alcanzar metas con el objetivo de lograr una mayor calidad educativa.

Un primer acercamiento respecto a la forma de aplicar las disposiciones normativas a una perspectiva positiva la plantean Cuban y Blumberg (Fullan, 2007:168). Estos autores permiten advertir que reorganizar los distintos papeles (administrativo, político e instructivo) que desempeña un gestor administrativo es uno de los primeros cambios necesarios para reorientar la función directiva y organizacional en general, a efecto de trabajar por el logro de los retos educativos, ya que estos últimos son los que representan la finalidad de la gestión educativa.

Por otra parte, si bien las ventajas de la calidad educativa y la vocación instructiva permiten guiar la labor del gestor, la literatura también proporciona algunas herramientas o elementos de análisis que permiten poner en práctica las distintas disposiciones normativas. La visión prospectiva constituye un elemento relevante para la solución de problemas cotidianos. Esto es, “el futuro es previsible a través de la construcción de escenarios” (Casassús, 2003:17).

Bajo el criterio prospectivo, las funciones del gestor educativo pueden fortalecerse para acoplarse con flexibilidad a las distintas restricciones propias de su labor, toda vez que es posible flexibilizar la planificación mediante la reducción de la incertidumbre organizacional (Casassús, 2003:18)

 

Conclusión

 

El gestor educativo es el eslabón para lograr la implementación de las políticas educativas globales, por ello, tiene un doble reto. Por un lado la lucha cotidiana por fortalecer una organización eficiente interna y en su relación con las escuelas a su cargo así como en la coordinación con las actividades generales de las que forma parte.

Por otro lado, el gestor educativo además de esforzarse por guiar su labor sobre la base de su función instructiva también debe llevar más allá su compromiso y retroalimentar su labor estando al día de los resultados y diagnósticos obtenidos mediante procesos de evaluación internos y externos. Sin embargo, cumplir ese doble reto se torna como una ardua labor, ya que para lograrlos el gestor educativo debe desarrollar su labor con las limitantes que imponen lo posible y lo deseable.

 

Bibliografía:

 

  • Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal, 2006. La supervisión en la educación básica para impulsar la mejora continua.
  • Fullan, Michael G. y Suzanne Stiegelbauer, 1997 (reimp. 2007). El cambio educativo: guía de planeación para maestros. Trillas.
  • Sánchez Yeskett, Demian, 2006. La Educación Básica en México: Clasificación estatal y recomendaciones. Fundación IDEA.
  • Ramírez Dorantes, Georgina, 2003. Conferencia presentada en el taller “La importancia de la supervisión escolar en el marco de la modernización educativa” en Antología de Gestión Escolar. SEP.
  • Cassasús, Juan, 2003. “Marcos conceptuales para el análisis de los cambios en la gestión de los sistemas educativos”, en Antología de Gestión Escolar. SEP.
  • Anónimo, 2003. “El director y el supervisor como administradores modernos de la educación”, en Antología de Gestión Escolar. SEP.

Artículo publicado en la Revista Xictli de la Unidad UPN 094 Ciudad de México, Centro, México. Se permite el uso citando la fuente u094.upnvirtual.edu.mx

Imprime el artículo

Volver al Inicio